Nos situamos en un mundo donde la Tercera Guerra Mundial ya ha ocurrido y de la manera más cruel posible.
La población mundial se ha reducido a menos de la mitad, viven en pequeñas sociedades, en puntos concretos y protegidos. Allí el desarrollo tecnológico y científico está satisfactoriamente avanzado y permite una mayor comodidad y adaptación, sin embargo nadie quiere pisar fuera de las murallas que rodean estas pequeñas ciudades, donde el verdadero problema yace y las consecuencias de la guerra se hacen más palpables.
"Jugar a ser Dios es un juego peligroso, pero no imposible".
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