IV
Cuando Kriel y Krisal llegaron a los lugares donde residían, de inmediato notaron el ajetreo, sin embargo siempre que intentaban conseguir respuestas, nadie se las daba y en cambio los ignoraban, así que simplemente lo dejaron pasar, pues en sus mentes aún se mantenía la curiosidad y la sorpresa, de esa nueva sensación a la cual no sabían responder, más aun en el caso de Kriel, ya que para ella esa reacción la había visto en los kurs.
- ¿al final que nos diferencia de los Kurs?, si soy diferente a ellos ¿Por qué puedo aproximarme a algo tan característico de seres tan débiles? – se preguntaba en su mente Kriel mientras se dirigía a Metatron para saber que sucedía –
Kriel estaba un tanto exhausta, pero al darse cuenta que Metatron no había regresado y que las virtudes se habían reunido en la sala principal, tomo la iniciativa y al ser la octava virtud, irrumpió en la reunión.
- ¿Quién se creen para aprovechar mi ausencia? – exclamo fuertemente Kriel –
- ¿acaso no he estado con ustedes en el calor de la batalla? ¿acaso no defendí sus espaldas en los momentos difíciles? – continuo Kriel – he hecho lo que se me ha pedido, incluso a costa de dejar a mi hermano.
En ese momento se levantó la virtud más fuerte, puso la mano en el pecho de Kriel provocando que saliera disparada contra la pared del recinto, luego tomo su hacha de guerra y la incrusto en medio del lugar de la reunión.
- Yo el Arc San Gael, la virtud de la sabiduría reto a una contienda a la virtud del silencio San Kriel.
Kriel se repuso se limpió un poco, tomo su mirada fría habitual, desenvaino sus dos espadas y se acercó lentamente a su contendiente mientras se dirigía a Gael y las demás virtudes.
- Todo este tiempo he sabido lo que ven en nosotros los semis, sabemos por qué nos separaron luego de formarnos, pero se acabó, me canse de ver cómo nos miran con odio y recelo…
En ese momento Kriel se tomó el pecho fuertemente, y comenzó a respirar cada vez más rápido, no era para menos toda su ira acumulada, estaba saliendo a flote y esta vez no la iba a contener.
- …yo accedí a ser virtud para no ser una carga para mi hermano, ¿saben qué? Acepto el reto de Gael y además de ello me enfrentare al mismo tiempo con las demás virtudes, luego de eso que pase lo que sea.
Mientras sucedía eso los coros y los Arcs que estuvieron en la reunión de dios se estaban dirigiendo a sus puestos para prepararse contra los Kurs, cuando de pronto dios se detuvo y contemplo como la luna lentamente se hacía cobriza, este fenómeno era supremamente extraño y las sospechas del momento de la reunión serian confirmadas.
Al estar totalmente cobriza la luna, se abrían abierto las puertas del lugar de reunión de las virtudes, pero de allí salió una golpeada Kriel, con sangre en todo su cuerpo, con heridas profundas, a pesar de ello aún mantenía su mirada fría, cuando las puertas llegaron a su punto máximo de apertura, lo único que se podía ver eran los cuerpos sin vida de las siete virtudes.
Al darse cuenta de lo sucedido Kriel se fue rumbo al templo de dios, ya que se había preocupado por su hermano Krisal, pues él fue confinado con los coros debido a que era mucho más fuerte y volátil que ella. Dentro del pecho de Kriel siempre estaba la preocupación que su hermano también estuviera bajo ataque y aun sabiendo en lo que se está metiendo debía ir a apoyarlo, si de alguna manera llegaban a desaparecer lo harían juntos.
Krisal llego como de costumbre al orbe en el cual habito desde el día que lo separaron de su amada hermana Kriel, a diferencia de la residencia de los Arcs en el templo de dios todo aún se mantenía en calma, sobre todo porque dios no se encontraba, por tal motivo cada uno de los habitantes del lugar estaban concentrados en pulir sus habilidades para agradar a dios.
Una vez en el lugar se sentó junto al lago donde solía bañarse, al notar su reflejo tocaba bajo sus ojos como siguiendo la ruta de la secreción de sus ojos, la novedad que tanto le había incomodado a Kriel, ahora estaba comenzando a surtir efecto en Krisal, lo cual era normal, pues él nunca salía de la morada de dios y por tanto no tenía el tipo de experiencias que tenía Kriel en la frontera.
De pronto Krisal sintió la necesidad de salir a ver el cielo, cuando logro llegar al lugar en el que se observan las estrellas se llevó una gran sorpresa, la luna de cobre por alguna razón se había adelantado una noche, lo cual era extraño, el único que podía hacer eso era dios, pero cuando sucedía todos eran avisados, en esta ocasión se sintió distinto y la sensación de que algo malo iba a comenzar invadió el pecho de Krisal, por desgracia todo se confirmó cuando siete pilares de los ocho que representaban a las virtudes, se desplomaron dejando sin defensas a Neoumbra.
- Ya te diste cuenta ¿verdad muchacho? – exclamo Irvath, mientras aterrizaba suavemente cerca de Krisal – al parecer algo no está del todo bien ¿no crees?
- Es muy extraño, se supone que esos pilares están conectados a la vida inmortal de las virtudes – agrego Evirail, quien acompañaba a Irvath – al parecer no eran tan inmortales como pensábamos, aun así es raro que solo se mantenga el pilar del silencio.
Krisal sabía que el hecho que Irvath y Evirail estuviesen ahí no era normal y lo más seguro es que estaban allí por órdenes de dios. A pesar de que eran semis, todos sabían muy bien el lazo que compartía Krisal y Kriel, así que Krisal pretendiendo no entender nada, siguió la corriente para entender mejor.
- Es un honor tenerlos aquí – respondió Krisal – pero se me hace extraño que ustedes no vengan con un instrumento al sitio donde se alaba a dios.
Luego Krisal les extendió la mano.
- Si no tienen intención de hacer música, no veo por qué deban estar aquí, además, no me preocupa que solo quede el pilar de mi hermana, recuerden que las virtudes siempre están en situaciones peligrosas, probablemente han fallado – agrego Krisal mientras sonreía –
En ese momento la mano de Irvath golpeo en señal de rechazo la mano de Krisal, esa acción confirmo todo, ahora se habían acumulado los sentimientos que por eones todos habían ignorado y se estaban exteriorizando.
- Lo siento Krisal – dijo Irvath – pero no hemos venido a hacer música, venimos a agradar a dios de otra forma.
Krisal entendió que ninguno de ellos pretendía pelear, así que intento aligerar un poco el ambiente, por lo que iba a proponer un juego para pasar el rato y aligerar la tensión. Sin embargo eso simplemente no podría ser, de repente la secreción que tanto llamaba su atención surgió, pero solo dejo caer una gota y cuando llego al suelo, en ese segundo Kriel ingreso angustiada al lugar de residencia de su hermano con una mezcla de ira y preocupación.
Kriel y Krisal se miraron fijamente incluso ignorando a Irvath y a Evirail, para ellos solo importaba que todo estaba bien, luego de un cálido abrazo, Evirail los interrumpió con un comentario volátil.
- Semis ¿cómo es que la virtud del silencio Kriel esta ensangrentada si no existe reporte alguno que mencione algún tipo de roce con los Kurs?, ¿acaso sabes algo virtud?
Kriel miro a su hermano con una mirada que más que frialdad demostraba arrepentimiento y resignación, luego volteo la mirada a Evirail, mostrando una mirada tan profunda que intimidaba.
- Señor entre los Arcs, la sangre que tiñe de carmesí mi cuerpo es la misma que corre por sus venas, es la de las otras virtudes, por alguna razón no fui juzgada frente a los Metatron o frente a dios, simplemente fui retada a duelo y respondí.
Evirail estaba perplejo, pero esa sensación lentamente muto a odio, sensación que disimulo muy bien, sin embargo luego de que Kriel dijera esas palabras se volteó y continúo.
- Ya me di cuenta que mi hermano está bien – luego de decir eso Kriel se acercó a su hermano y le dio un beso en la mejilla, lo cual sorprendió a Krisal, Irvath y Evirail – pero Krisal debes saber que los Arcs se preparan para una guerra, yo por ahora debo hablar con dios, debo saber algo.
En el momento en que Kriel se disponía a volar, Evirail la tomo del brazo y la lanzo hacia el interior del recinto de Krisal, luego desenvaino su espada.
- Mil disculpas Kriel pero no puedes salir de aquí, no sin antes recibir tu castigo.
En ese momento Krisal iba a interrumpir el combate, después de todo no podía haber ningún tipo de ejecución sin previo juicio y el visto bueno de dios, pero fue detenido por Irvath.
- Lo siento Krisal, pero lo que hizo Kriel es muy malo, debe ser castigada, pero más importante es que si intentas detener esto, me veré obligado a que compartas el destino de tu hermana.
- Pero no es justo – replico Krisal – ella merece ser tratada con justicia, si dios y los Metatron dictan que ella debe ser castigada no me opondré pero nosotros no…
- Espera un momento Krisal – lo interrumpió Irvath – tal vez tu no lo sepas, pero lo que acaba de hacer Kriel es una práctica Kur, también sabemos de la secreción de sus ojos y dios nos ha dicho lo que te induce a hacer cuando se encuentran, tu hermana está contaminada por las costumbres Kur, esto es lo mejor.
Krisal no quería problemas y solo intentaba pasar por alto lo que sucedió ante sus ojos, sabía que era un castigo, sabía que estaría en problemas si hacia algo, lo único que podía hacer era esperar a que dios detuviera esto o algún Metatron, pero cada vez se sentía más inútil, sobre todo porque su hermana no se rendía y le oponía resistencia a un Arc, no cualquiera, uno de alto rango, a sabiendas que no iba a lograr mucho y cada vez que Kriel lograba asestar un golpe o esquivar un ataque letal, solo despertaba la ira de Evirail.
De repente todo se silenció, Evirail había logrado tomar del cuello a Kriel, la cual intento por todos los medios liberarse pero no podía, al saber que había llegado el momento le escupió en el rostro a Evirail, este no mostro sensación alguna, solo la soltó, la volteo de una patada, para que Kriel quedara de espalda, la tomo de las dos alas y con su pie en la espalda comenzó a arrancarlas, Kriel tenía tanto dolor que no podía hablar, solo se escuchaban alaridos.
- Lo siento Irvath, pero jure que la protegería, las cosas han cambiado, ahora simplemente no puede obedecer, ahora no es suficiente – se dirigió Krisal a Irvath –
En ese momento Krisal grito tan fuerte que formo una honda de choque lo suficientemente explosiva como para que toda la parte superior del templo de dios fuera destruida. Luego que se disipo el polvo, solo había tres acciones, Kriel temblaba de dolor en el suelo, Irvath miraba con un miedo encarnado a Krisal que por primera vez desplego todas sus alas, él tenía la secreción en sus ojos de nuevo, mientras sostenía en su mano el corazón de Evirail.
- Irvath aún puede irse y no le hare nada – susurro Krisal – aun soy un coro y no quiero derramar más sangre.
- Lo siento semi, pero no hay vuelta atrás – exclamo Irvath – no importa que pase sé que no hay rencores.
A lo lejos se escuchó un estruendo, dos energías demasiado fuertes se habían encontrado, de lo que fue el palacio de dios, no quedo ni la sombra, en el centro del choque yacía muerto Irvath, mientras Krisal miraba el cielo con una melancolía que no podía exteriorizar, mientras Neoumbra era cubierta lentamente por una niebla espesa.
En ese momento Krisal pronuncio un canto especial y del cielo descendieron unos cuantos Mechias y se llevaron los cuerpos sin vida de Irvath y Evirail, una vez se marcharon Krisal se acercó a Kriel, la levanto y le susurro una canción al oído, cuando eso sucedió los dos se iluminaron por un instante y las heridas profundas de Kriel sanaron.
- Lo siento Krisal, te falle y ahora todo el esfuerzo que tu hiciste fue en vano.
- Kriel, no importa que pase, las cosas son como son, no hay vuelta de hoja, aunque estuviéramos en otro lugar del Arcverso, el destino es solo uno y se recorre en un sentido único.
- Y ahora ¿qué haremos hermano?
- Lo que se hace en este mundo ir a donde dios para que nos dé una explicación.
En el momento que los hermanos iban en camino hacia donde estaba dios fueron atacados sin previo aviso por Pelesei y Ametron. Cuando intentaron reaccionar era demasiado tarde ya habían perdido los sentidos, al ver el resultado solo quedaba por hacer algo y en ese momento les quitaron las alas a los semis y los arrojaron a la frontera para que murieran lentamente como traidores.
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