IX
La luna de cobre brillaba como nunca, frente a ella dios estaba terminando de lanzar su último ataque, por fin se había librado de los Kurs, por fin se había librado de su pasado, él sabía que debía destruir cualquier rastro de su raza, ya que la tecnología kurs era sensible al alma y cualquiera con la suficiente fuerza de voluntad podía activar algo que lo pusiera en apuros e incluso lo matara.
De pronto la niebla comenzó a emitir un brillo verde y comenzó a formar figuras, todas eran cosas que una vez vivieron cuando la civilización Kur estaba en su punto más alto, dios estaba perplejo, pero antes de reaccionar se dio cuenta que estaba rodeado de mariposas, las cuales estaban posadas en cada ángel, él sabía lo que significaba, las muertes estaban compitiendo por los espíritus, así que dios tomo toda su energía, extendió su mano, pero en el momento que iba a acabar con todo fue interrumpido.
- Recuerdo ese día, todos nos miraban con recelo a pesar que recién nos habíamos formado…
- … luego fuimos divididos como bestias, se nos trató como objetos sin emociones.
Frente al ejército de dios, gigantesco e imponente, se encontraban dos pequeños destellos, eran Kriel y Krisal habían logrado ganarle a Genath, por lo que ganaron sus alas, las alas de los Kurs, en ese momento concentraron toda su energía y gritaron con gran fuerza al unísono.
- ¡SOMOS LOS ÁNGELES DESECHADOS, SOMOS LOS SEMI, MITAD ÁNGEL, MITAD KURS, AUNQUE NOS CUESTE LA VIDA Y LOS ASPECTOS DE LA MUERTE NOS MALDIGAN, ACABAREMOS CON LAS PRETENSIONES DE DIOS!
Luego de ello los semis cargaron contra el ejército de dios que comenzó a cerrar filas para que dios pudiera cumplir su voluntad, Krisal invoco su energía y con una onda expansiva activo las flechas suspendidas en el cielo de los Kurs y las conecto a las mariposas y las plumas de los ángeles, por lo que asesino a más de la mitad del ejército, luego tanto él como su hermana iniciaron con la danza que hacían cuando se les permitía verse, esa era su estrategia para detener a dios.
La danza acabo con los demás ángeles, ahora solo quedaban los dos coros restantes y los dos Arcs que se mantenían en pie, así que Kriel desenfundo su espada y Krisal sus hachas y comenzó el intercambio de golpes, el tiempo era indispensable, cada segundo que pasaba, la energía de todo era absorbida por las alas de dios. Kriel logro acabar con los coros, mientras Krisal se encargaba de los Arcs, pero dios logro cargar y ejecuto su ataque fulminante.
No se oía nada, en el cielo estaban suspendidas las lágrimas del cielo y la sangre de un semi, Kriel utilizo su cuerpo para absorber el ataque de dios, de ella no quedo nada, Krisal quedo en shock por un instante, con la rabia en sus ojos dejo inconsciente a los Arcs con los que luchaba y se acercó a dios lo más rápido que pudo antes que lanzara otro ataque, lo tomo del rostro y con la mirada fría que tenía cuando no estaba junto a Kriel le pregunto.
- ¿dios, cierto?
- Así es, soy dios ¿a qué ha venido hasta aquí?
- Vine a decirle que lo perdonamos, pero que no podemos dejar que alguien muerto por dentro destruya lo que no comprende.
Luego de decir eso Krisal tomo toda la energía de dios y se alejó lo más que pudo, cuando estuvo más lejos, invoco la niebla que había cubierto todo, lo que le permitió crear una esfera con el dentro, luego de eso Krisal sonrió y exploto con tal fuerza que el impacto acabo con todo lo que estaba en el cielo, salvo con dios que siguió suspendido en el aire, en medio de la nada.
- Así que la profecía se cumplió – pensaba dios –
- Te lo advertimos, tu obsesión por controlarlo todo te jugo en contra – respondió Luna –
- Ahora supongo que me llevaras a la tierra de los muertos como castigo – dijo dios mientras en su rostro se observaba un gesto de dolor –
- No dios, tú ya estás muerto, desde el día que le diste la espalda a los tuyos, tu castigo es seguir existiendo hasta el día del juicio del tribunal de los espejos.
En ese momento dios con la fuerza que le quedaba fue al lugar más alto de Neoumbra y la elevo a un lugar más arriba de todo lo que existía, él sabía que como castigo dentro de sí habitaba la fuerza de las otras virtudes Kur.
En el momento que Neoumbra llego al sitio que dios quería, este se dio cuenta que de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, tomo una de ellas y la arrojo al viejo mundo, este reverdeció, luego ascendió y formo dos figuras de barro, ambas lucían como Kriel y Krisal, les dio vida y creo a muchos iguales, este era el símbolo de su arrepentimiento, ahora no cometería el mismo error.
Ahora dios se sentía vacío, no tenía pasado, se sentía mal por haber sacrificado a sus hijos, tal vez en el futuro volvería a recrear su utopía, pero jamás olvidaría que la verdad no es absoluta, después de ello se sentó junto a su trono, soltó unas cuantas lágrimas y con voz sollozante, dijo.
- lo siento.
X
Krisal estaba frente a un pórtico gigante, el mismo lucia precioso hecho de metal con adornos en cristal de muchos colores, frente a él estaba Luna y a su lado una niña que tenía los ojos llorosos, Krisal se acercó a ellas lentamente.
- Sabes chico llego la hora de la gloria – exclamó Luna –
- ¿Qué quieres decir con eso? – pregunto Krisal –
- Veraz están muertos y la función de los aspectos es darle una estadía mientras llega el ultimo día, a cambio ustedes deben darnos sus experiencias, ¿estás dispuesto?
En ese momento Lana se trepo en la espalda de Krisal.
- Vamos Krisal es hora de jugar – le susurro Lana al oído –
- Jum. entiendo – sonrió Krisal – pero ¿por qué Kriel esta así?
- Veraz – repuso Luna – ella asesino a muchos seres, su castigo es ser niña y vagar sola, nada más severo, ya que se sacrificó.
Krisal se agacho a nivel de la pequeña Kriel y le sonrió a pesar que sus ojos se inundaron de lágrimas.
- Luna sé que tengo derecho a un deseo.
Luna lo miro.
- Sé que quieres y te lo concedo, sobra decir que pudiste pedir cualquier cosa.
Luego de decir eso Luna se marchó, conforme se alejaba tras ella se iba abriendo el pórtico.
- En esta ocasión ganaste Lana, serás la guardiana de la experiencia de esos dos.
Lana se fue corriendo dando saltos hasta que atravesó el umbral del pórtico.
- ¡Vamos a jugar, no se queden atrás, les queda toda una eternidad para que jueguen conmigo¡
Tras ella estaba el pequeño Krisal y la pequeña Kriel.
- ¿quién eres tú? – pregunto Kriel –
- Yo soy tu hermano – le respondió Krisal sonriendo – y nunca te dejare sola.
Luego le extendió la mano a Kriel y ella la tomo, al cruzar el umbral del pórtico muchas personas comenzaron a saludarlos, ellos ya no estaban solos, no eran una anomalía y no podían ser discriminados, ellos por fin tenían lo que habían querido siempre, un lugar donde sentirse contentos, un lugar al cual pertenecer.
FIN.
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