Me encuentro completamente rodeado por la oscuridad, comienzo a caminar pero no encuentro nada, ni luz ni un camino, nada que me ayude a salir de esta oscuridad…
Trato de gritar el nombre del demonio, pero mi voz no sale, mi una palabra logro pronunciar, comienzo a sentir desesperación y a sofocarme. No logro respirar bien, hasta que comienzo a sentir unas frías y finas manos sostener fuertemente mi garganta. Trato de liberarme, pero no tengo la suficiente fuerza, no puedo ver el rostro de mi atacante debido a su larga caballera. Trato de hablarle, mi voz si sin salir. “¿Por qué haces esto?” fue mi pensamiento. De algún modo parece haber leído mi pensamiento ya que a pesar de que no podía ver su rostro de algún modo pude ver su sonrisa “Deberías haber muerto”.
Me despierto sobresaltado, solo se había tratado de un mal sueño. Acerco mi mano al cuello, esa pesadilla se sentía tan real. Pensante, me percato tarde, del lugar en que me encontraba. Una habitación completamente en ruina. Entraba una pequeña brisa por la ventana resquebrajada. El cielo estaba completamente nublado. Escucho el sonido de la puerta abriéndose, es el demonio.
- ¿llegue tarde para despertar a la princesa con un beso?
- ¿Qué es lo que paso?
-Vaya, vaya ¿ya me has olvidado? ¿No recuerdas nada de lo que paso?
Mi cabeza duele de solo tratar de recordar. Hasta que en mi recordé los gritos y maldiciones de la joven quien ardía en las llamas.
-la mate…
-si no lo hacías ella hubiera acabado contigo
-no debería de ser así…
-está muerta ya deja de lamentarte.
-Maldición al menso finge que realmente te intereso lo que paso. ¡¿Siente algo?!
-Mi único interés es que tú no te mueras. Así que come esto y relájate. Dormiste por casi tres días
-…
Me arroja la comida que había traído, pero no le di importancia, me quede atónito cuando menciono la cantidad de días que había estado descansando.
-come.
-tres días… cómo es posible…
-aun no estás acostumbrado a tu poder.
-eh?
“¿mi poder?” la espada, usar esa cosa hizo que me durmiera.
- ¡no la volveré a usar!
-tendrás que hacerlo quieras o no. Por lo que te conviene empezar a manejarlo. Ahora come y luego te entrenare
- ¿porque lo haces?
-hice un contrato contigo. Tu alma me pertenece yo decidiré cuando morirás.
- ¿entonces solo me quieres vivo por el contrato?
Me levante de la cama para abandonar la habitación el me sostiene el brazo pero me trato de liberar.
-Deja de ser terco edmond y come, estas tan débil que ni de mi agarre puedes liberarte
Por mas enojado que me encuentre en estos momentos él tenía razón, volví a sentarme en la cama y comí lo que me había traído.
- ¿Me escucharas ahora que te has calmado?
Suspiré y asentí, mientras continuaba comiendo.
- Edmond en este mundo entraras personas como aquella chica que solo desearan matarte. Por más que a ti no te guste atacarlos a ellos, deberás de hacerlo.
Se sentó al lado mío.
-En estos momentos tu eres débil y el que aun tenga mi apariencia de demonio. Lo demuestra.
Recuerdas la apariencia de paxhet? Era más humana que demonio. Pese a la locura de su dueña…
Tendrás que empezar a verme realmente como tu compañero y confiar en mí, si quieres fortalecer tu poder.
-cuando te convoqué, estaba muriendo y pensé realmente que te llevarías mi alma…
-pensé que sería una pena, que la persona que pensó que era “hermoso” cuando me vio por primera vez, muera de ese modo
por ese cráneo que tenia de cara no puedo saber su expresión con exactitud, pero sentí como si estuviera sonriendo.
-Pese a que tú sabes ya mi nombre yo aún no conozco el tuyo.
- Soy Azazel, pero dime Sam.
-Entonces será sam.
-bueno descansa un poco más yo tratare de conseguir más provisiones.
Asentí, él se levantó de la cama y abandono la habitación. Me recosté en la cama un rato, pero no logre cerrar un ojo, decidí salir un rato de aquella habitación. Toco las paredes del edificio y me pregunto porque este mundo está en completo caos y por qué hay demonios…
Caminando fuera del edificio y por alrededor del lugar, no había ni un solo alma. Tanta calma, hasta que escucho el lamento de un animal. Era más fuerte cuando me acercaba hasta en encontré el origen del sonido. Un pobre perro lastimado en la pata, me acerco para poder curarlo. El perro me ve y cojeado trata de acercarse. Le acerco mi mano y este me mira, para luego morderme. El sentir sus dientes clavándose en mi piel, solté un grito y me sorprendí al ver como su apariencia cambia drásticamente de perro herido, aun demonio grande.
-Debí de quedarme en aquella habitación….
Comments (6)
See all