Después de estar, no sé cuántas horas, jugando a juegos, que si juegos de militares con disparos que todos me parecían iguales, que si juegos de minijuegos donde sale Mario, que si no sé qué de un final fantasy, algo de cuidar personas o juegos incluso de estrategia o de estudios…
- Suerte que le dije que solo un poco…- suspiré mientras me tumbaba en cama.- Y mañana de nuevo a clase… Estos tres días he hecho de todo… Nunca pensé que un día podía rendir tanto.
El cansancio me pudo y cuando me quise dar cuenta estaba mi despertador sonando como loco. Apurado me levanté y, para mi asombro, Alice ya estaba en el salón vestida con un ligero vestido azul marino y con un maletín negro.
- Buenos días- me saludó con media sonrisa- ¿Desayunamos?
- Buenos días…- respondí sorprendido mientras me dirigía a la cocina- Pensé que tenías mal despertar.
- Y así es, pero como solía desayunar en alguna cafetería pues… me tenía que levantar antes, y como me levanté a esa hora, me ha sobrado para despertarme sola.- se explicó mientras se sentaba a mesa.- ¿Cuánto falta para acabar el curso? Digo, pronto será verano.
- Un poco más de un mes - respondí- aunque me tendría que poner las pilas, pronto empezará la semana de exámenes y entonces sí que no habrá tiempo ni de respirar.
- Entiendo… Pues mucho ánimo- me sonrió.
Desayunamos y Alice me dejó dos calles antes de mi instituto, cosa que agradecí bastante. Fui caminando después hasta la entrada donde me esperaba un nervioso Adrià que, en verme, se acercó.
- ¡Por fin, hombre! No sabes lo preocupado que me tienes. Te quise llamar, pero sabiendo cómo estaban las cosas…
- Pues mira, estoy intacto y con móvil nuevo- presumí de mi teléfono móvil.
- ¿Y eso? ¿Te ha deshecho de tus primos?- se sorprendió.
- No, la verdad es que ha pasado algo que nunca me hubiera imaginado.- entonces tocó el timbre de inicio de clase- Luego te lo cuento, vayamos a clase.
- ¿Ahora me dejas con la intriga? Bueno, al menos te veo feliz. Nunca te vi tan bien la verdad- comentó pasando su brazo alrededor de mi cuello.
Empezaron las clases y pensé que era algo diferente a lo normal. Aunque era la misma clase, los mismos compañeros, las mismas asignaturas con los mismos profesores, notaba como si todo fuera nuevo. En llegar la hora del recreo, mientras merendábamos, le expliqué más o menos lo ocurrido desde el viernes.
- ¡Jolines! Te ha pasado de todo en solo tres días. ¡Te ha tocado el gordo! Nunca mejor dicho.- se balanceó en la silla- Por fin la suerte te sonríe, ya te trataron muy mal, ahora al menos puedes relajarte. Aunque sea un poco.
- Ya, bueno, pero tampoco quiero abusar de todo lo que ha hecho por mi ¿sabes?- comenté mientras le enseñaba las llaves de casa.
- Un día me has de dejar ir a ver ese piso- sonrió- ¿Y que ha sido de tus tíos y el trabajo?
- De ellos no sé, pero yo volveré a seguir con el modelaje. Aunque Alice insiste que también estudie.
- ¿Ya has pensado que vas a hacer?- Rebuscó en su mochila para sacar un papel arrugado- No tengo claro qué lado elegir, pero tengo seguro que no será la rama científica, cuanto más lejos de la química y la física mejor.
- Me lo imaginaba- sonreí ante su afirmación- Aún no se. No hay nada que me llame ni me desagrade.
- Pues vaya dos…- suspiró mientras guardaba las cosas- ¿Cuál es nuestra próxima clase?
- Inglés- también recogí.
- Pues vaya… Por cierto, ¿te vendrá a buscar? Yo quiero ver esos cochazos que dice que tiene, bueno eso y subir- dijo algo emocionado Adrià.
- No, después de clase tengo que ir directo a la agencia, allí comeré y me pondré a trabajar, tenía pensado volver a su casa solo.
- Que poca gracia… Bueno, ya habrá tiempo de que me la presentes. Y ya me dirás si tiene una hermana o alguna prima- bromeó entre risas.
Las clases fueron pasando y en terminar me dirigí a la agencia donde Chloe me esperaba. Ella también me hizo contar sobre cómo me fue y sobre cotilleos, aunque por lo visto no se esperaba que Alice tuviera esos gustos y esa personalizada.
- Ver para creer, no me lo esperaba. Pero al menos fue un cambio para mejor- me decía mientras me acompañaba a la sala que servía de camerino.- Estás como más alegre, hasta el fotógrafo ha dicho que esta ha sido una fantástica sesión de fotos. Y eso que él es muy arrisco.
- Me alegro, aunque con este abrigo creí que me asaba- suspiré sacándomelo- No pensé que ya tendríamos que hacer fotos de esta clase.
- Es para un recorte de publicidad. Ya te dije que el trabajo se te ha acumulado por ir dejándolo pasar. Así que ponte bien las pilas porque aun te que un largo día por delante- Me dijo con agenda en mano- ¿Quieres una barrita de chocolate y cereales para recuperar fuerzas?
- Sí, lo haré lo mejor que pueda.- respondí aceptando también el dulce.
- Aunque si hubiera sabido que ella tenía esa personalidad tan despreocupada consigo misma, no le hubiera dicho nada- repensaba Chloe- Aunque tampoco quería quedarme de brazos cruzados.
- Pues yo te lo agradezco mucho. Me quiero esforzar para devolverte el favor- sonreí mientras me cambiaba.
- Eso está bien.
Las sesiones y demás reportes fotográficos se alargaron hasta entrada la noche. La manager se ofreció a llevarme a casa, bueno más que ofrecerse me obligó a aceptar, era tarde y quedaba lejos. Me bajé en frente del edificio y me despedí de ella. Las calles estaban bien iluminadas y se podía ver coches de muy altas gamas pasando cada cierto tiempo. El edificio tenia algunos pisos con las luces encendidas, entre ellos el de Alice por lo que supuse que estaría ya en casa. Saqué la llave y abrí la cancela, el patio estaba iluminado por unas luces colocadas en el suelo haciendo de pasillo hasta la puerta del edificio. Allí, en acercarme, me abrió un hombre alto vestido de traje negro, era Bruno, quiero decir, Rafa…
- Señorito, tal vez no sea buena idea subir…- me comentó pero no me dio más explicación y volvió a la recepción.
Extrañado avance igual al ascensor y subí al piso.
- Ya estoy en casa- dije mientras cerraba la puerta tras de mí.
Me extrañó no escuchar a Blue o Alice respondiéndome. Avancé hasta el salón, donde vi a un hombre joven sentado en el sofá y junto a él de pie un hombre de traje marrón y mirada serena.
- Vaya, ¿Quién es este?- preguntó y el hombre que se encontraba de pie se inclinó y le murmuró algo al oído- ¡Aah! Así que tú eres el perrito abandonado que ha recogido Alice… No sé porque, me esperaba algo más… No sé, ¿llamativo? ¿Guapo? O ¿educado?
Pillado por sorpresa, solo pude estar allí de pie procesando que hacían esas personas dentro del piso y varias cosas más pero tuve que decir algo pues empezaban a mostrar impaciencia por el silencio.
- ¿Quiénes sois y que hacéis aquí?- tartamudeé.
- Esa es una forma de presentarse- se levantó y se acercó a mí- Tú, que has hecho humillar a Alice frente a mí. Tuvo que arrastrarse de nuevo a la empresa y volver a trabajar con nosotros para poder tenerte junto a ella. Tuvo que volver con el trabajo después de haber conseguido la libertad por algo como tú. Si no eres nada, tendrías que saber dónde está tu posición. Para solicitar todo lo que hizo en un solo día, abogados y papeleo, se necesita algo más que dinero.
Estábamos frente a frente, él era ligeramente más alto que yo, más o menos de la misma altura que Alice. Aguanté la respiración, pero consiguió que yo bajara la vista. Pude ver que vestía con un elegante traje de negocios.
- ¡Pero bueno! ¿se puede saber que pasa aquí?- se escuchó una voz detrás mía mientras la puerta se cerraba bruscamente.
- En casa estoy- apareció Blue volando rápidamente hacia Alice que aun llevaba las llaves en la mano.
- Ya estoy en casa, Blue- acarició al pequeño periquito- Y ahora explícame que haces en mi casa, Gilbert… ¿Cómo has conseguido la llave?
El hombre se apartó de mí y se acercó a ella. Estiró los brazos a punto de abrazarla, a lo que Alice se apartó.
- No seas tan fría conmigo…- suspiró.
- Señorita, yo abrí la puerta por orden del señorito- inclinó la cabeza, la otra persona que se había quedado junto al sofá.
- No te preocupes, Sebas. A fin de cuentas me lo imaginaba.- suspiró resignada Alice mientras dejaba el maletín sobre la mesa y se sentaba.- Podéis sentaros.
- Si me lo pides tú, me siento- dijo Gilbert.
Los dos nos sentábamos, mientras el tal Sebas quedó de pie junto a Gilbert.
- Os presento, Axel este es mi hermano Gilbert Von Goldaugen, el heredero de la empresa de mi padre y presidente de algunas empresas vinculadas con ella.- explicó Alice.- Bien, él es Axel Blanc y seguro que al fisgar por mis papeles ya sabes todo lo demás- puso un posado serio.
- No me puedo creer que decidieras volver por él. Tienes un alma muy caritativa y generosa, hermanita… Y eso es lo que más adoro- comentó alzándose para abrazarla, a lo que ella lo volvió a apartar.
- Señorito, le recuerdo que no tenemos mucho tiempo, tiene una reunión en Hong Kong. Su padre quiere que sea puntual.
- Lo sé, lo se…- se cruzó de brazos- bueno, solo me pasé para dejarte esto en persona.- comentó dejando un sobre blanco con el nombre de Alice Von Goldaugen escrito en letras negras y en relieve.
- ¿Qué es?- dudó al cogerlo, no lo abrió.
- Tendrías que poder imaginarte que es.- alzó una ceja.
- No voy a ir- le devolvió el sobre.
- Piénsalo- volvió acercárselo a ella.- No te morirás por ir, a aparte ahora que vuelves a estar en el negocio, esto solo puede ayudarte.
Alice chasqueó la lengua mientras su hermano se levantaba y Sebas se inclinaba para salir de la sala.
- Espero vernos después hermanita- dijo alejándose- y espero no tener que verte mucho Axel.
- No vuelvas y aquí tienes las llaves de tu coche- respondió toscamente y le dio las llaves al tal Sebas.
- Si nos disculpa.- se despidió Sebas.
Aun después de que ellos salieran, un pesado silencio permaneció en la sala. Alice no se movió un chisco de su lugar.
- Tal vez debí haber ofrecido algo de bebida… Me pilló de sorpresa y ni lo pensé…- murmuré algo nervioso- Que mala hospitalidad de mi parte.
- No te preocupes, ese tipo no se merece ni un vaso de agua del grifo.
- No lo entiendo muy bien, pero tal vez tu hermano solo se preocupaba por ti…- dije sin saber nada.
- No sabría que decirte- estiró su mano y abrió el sobre.
Dentro había una pequeña tarjeta. No pude leerla, pero parecía una invitación a algo. Alice la volvió a guardar y suspiró.
- ¿Por mi culpa has tenido que aceptar algo que no quieres? ¿Volver a la empresa?- me angustié en pensar en las palabras de su hermano.
- No te preocupes por ello, no es que sea algo que no pueda llevar.- me sonrió ligeramente.
- Pero tu hermano me ha dicho que te has arrastrado para conseguir volver a la empresa y así poder hacer todo lo que hiciste por mí en un solo día. Lo de ser mi tutora legal.
- ¡Oh, por dios! Que exagerado- se rio ligeramente.- No me arrastré ni mucho menos. Ya estaba en casa de mi hermano cuando pasó todo aquello, ¿recuerdas? En parte yo estaba atendiendo todo los papeleos que le correspondían a Gilbert y le amenacé de dejar todo a medias si no usaba su influencia y me adelantaba lo del tutelaje.- acarició suavemente mi cabeza- Así que no te preocupes por ello. Él siempre se pone así por cada cosa que hago, si supieras tú, cuando decidí dejar la casa de mi padre y vivir sola, o empezar a trabajar de modelo… – Esta vez rio ampliamente- algunas sirvientas decían que el habernos criado siempre juntos, hizo que tuviera un lazo muy estrecho conmigo.
- ¿Pero no es típico de hermanos que eso pase?
- Hum…- su cara cambió completamente y adoptó un posado melancólico- oficialmente y en registros y donde lo mires estamos como hermanos, pero la realidad no es así. Gilbert es mi hermanastro. ¿Te acuerdas de la secretaria de la que te hablé la otra vez?- yo asentí con la cabeza- pues ella es su madre. Gilbert es un año mayor que yo y totalmente alemán, aunque en los papeles ponga que tenemos los mismos padres…
- ¡¡Qué!! ¿Y para que esa tontería?
- La prensa y otras empresas solo esperan encontrar cosas como estas para empezar a boicotear todo…En aquellos años no hacía mucho que mi padre había dado a conocer a lo que sería su prometida, mi madre, pero un año antes de la boda… bueno, nació Gilbert. Adelantaron todo para taparlo y así proteger la empresa y a la familia.
- Que complicado lo tenéis- susurré en ver que el mundo al que pertenece Alice era mucho más cruel de lo que pensé.
- Da igual, no te preocupes por estas cosas. No te tienen que afectar.- se levantó.- Me voy a dar una ducha, vuelvo en un rato.- se marchó y se llevó el sobre con ella.
- Vale, yo creo que primero prepararé la cena pues…
Después de aquel incidente la noche fue algo tensa y Alice decidió irse muy temprano a cama. Yo me quedé en mi habitación pensando en todo aquello, porque si su hermano realmente quisiera eliminarme del mapa no le resultaría nada difícil. Solo espero que algo así no tenga que llegar a pasar.
Comments (0)
See all