Dasher toma un respiro lento mirando la página en blanco con el brillante título del siguiente regalo en su lista, luego baja la vista a la barra de inicio donde están otros tres documentos abiertos, uno con su hipe que no planeaba escribir hasta que Ryan le echó gasolina a su imaginación y otros dos regalos de su lista. Cierra los ojos un segundo antes de abrirlos y mirar en su propio escritorio la hoja aún en blanco de un reporte que debe entregar al día siguiente que no había hecho por simple flojera. Decido a no dejarse vencer deja que sus dedos corran por las teclas para hacer el regalo, vale la pena tomar el riesgo de recibir un regaño por su amigo aún a pesar de su propia tristeza y desgano.
Al terminar estira sus dedos enviándoselo a Ryan con muchos emoticones de angelito asegurándole que trabajaría con el Capítulo 9 en cuánto terminase una tarea. Sin embargo las horas pasan como un veloz correcaminos, cada minuto burlándose de él y la carga de tareas así como de ideas en su lista de Que Hacer parecen burlarse de su persona. La nueva canción que le tiene obsesionado desde hace días y que su amigo le envíe un vídeo de una pareja que hace mucho le mencionó pero de la que aún desconoce, aunque le tienta como los mil infiernos no ayuda demasiado.
—Esa sensación de querer escribir algo pero no saber qué —le escribe a Ryan antes de dejar caer su cabeza en el escritorio lanzando un bufido de frustración.
A veces odia el pozo de ideas que es su cabeza, más ahora que tiene una historia propia en manos, un shortfic a la espalda y una larga listas de historias cortas que esperan por estar bajo sus dedos en un documento de Word pero a las que no les pone la mano porque simplemente cuando se siente inspirado tiene mucho que hacer. Y aún así se empecina en agregarse más y más trabajo; no quiere hacerlo, en verdad que no pero algo en su cabeza le dice que pronto su tiempo será tan limitado como horas de sol hay en un día de invierno y más ideas saltan a la superficie.
Mira su libreta con odio queriendo quemarla y olvidarse de todo lo que tiene pero cuándo están completas en su cabeza no hay nada que pueda hacer. Un nuevo mensaje de Ryan le hace alzar la cabeza para verlo.
—¿Te ayudo a elegir?
—Por favor —escribe en respuesta antes de incorporarse para tratar de terminar una de sus tantas tareas.
—Haré los papelitos —Dasher ríe ante el comentario y revuelve su rojo cabello para tratar de enfocarse mientras espera el nuevo método de Ryan.
Esperaba un regaño, pero la verdad le alivia bastante que Ryan le muestre esos pequeños atisbos de comprensión. Mientras espera le escribe que empezó el Capítulo 9 pero que fue sacado de su concentración y que luego lo terminaría, sabe que podrá como lo hizo con el 8, sólo necesita un poco de tiempo y un impulso de inspiración, nada más. Una fotografía salta en su pantalla, parpadea y la abre viendo la lista de números del 1 al 7 dónde posibles ideas están tapadas con lo que parece la funda de unas frituras; ríe no pudiendo evitar señalárselo a Ryan.
—Es mantecada hombre, ¡mantecada! —A su comentario le siguen emojis de risa por parte de ambos—. Ahora elige 2 números, esos los eliminaremos.
Dasher cierra sus ojos y pasa uno de sus dedos por el teclado numérico deteniéndose en uno repitiendo el proceso nuevamente hasta que sólo queda un número de la lista. Al ver las ideas que estaban escritas se lamenta porque algunas eran muy buenas y le comenta a Ryan que una de ellas de hecho ya está en su lista, solo que no se había sentado a hacerla.
—Pues la verdad hombre, ya tenemos mucho en la lista y lo sabes.
—I know, I know pero —Dasher no quiere imaginar qué pasaría si Ryan viviera con él. Sus palabras podrían ser de aliento para cualquier otro pero puede ver sus ojos azules mirándole acusadores a través de la pantalla, a veces bromea con que no hace ciertas historias en un parpadeo porque siente la respiración de su amigo en su cuello para que termine con el capítulo de turno.
—Pues mira, esto es lo que haremos —y Ryan le sigue pasando videos sugiriendo varias ideas que le animan un poco.
Tal vez, al día siguiente pueda sentarse en paz a hacer una que otra historia en lugar de estudiar para su examen del jueves o preparar su exposición el mismo día. Después de todo, el miércoles es un día lo bastante largo como para dedicarle algunas horas a eso.
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