—Bienvenidos al Palacio de Cristal, gatitos míos.
Es una voz claramente masculina que sale de esos dos ojitos. Al acercarnos a la voz, un foco lo ilumina desde arriba. ¡Es un gato negro! Con dos intensos ojos esmeralda. No tengo ni idea de qué está pasando, pero tampoco puedo despertarme... así que será mejor que siga el juego.
—¿Qué es este lugar? —pregunta Minka, en posición de combate— ¡Sácanos de aquí o te meto una leche, felino!
—Ah, qué malas maneras. Y yo que iba en son de paz. Permitidme que me presente: me llamo Sebastian. Se-bás-tian. Soy un orgulloso miembro de la raza Felis catus —el gatito mueve su cola, suavemente, de izquierda a derecha—. Habéis sido elegidos para participar en el Torneo de la Penumbra...
De repente, el gato parece aumentar su tamaño, enseñando sus dientes en un gesto de ferocidad. Sus ojos le brillan como faros. Qué miedo...
—...tanto si queréis como si no.
Después de eso, vuelve a su aspecto inicial de gato aparentemente manso. Vale, lo hemos entendido perfectamente: aquí se hace lo que tú dices. ¿Y qué remedio nos queda?
—Pero dejémonos de presentaciones, ¿miau? Demos paso a nuestro primer concursante.
—¡Espera! —chilla Minka— ¿Y si no queremos luchar?
—Ah, siempre tiene que haber una persona que habla antes de pensar... —Sebastian se lame una pata— Es simple, felina: quien pierda o no luche quedará atrapado en este sueño hasta el final de los tiempos. Pensáos bien lo que hacéis, purrrr.
¡Y se queda tan pancho...! Los cuatro nos miramos los unos a los otros, con una indescriptible sensación recorriéndonos el cuerpo. De pronto, el foco se apaga, Sebastian desaparece y sentimos como decenas de presencias mirándonos. Ahora, el foco vuelve a encenderse en otra parte del espacio en el que estamos.
—¡Damas y caballeros! —reza la voz, que parece provenir del haz de luz— ¿Están preparados para brillar cual centella en el firmamento? Pues no esperen más, porque ya ha llegado ¡la estrella, el cometa, el astro más fulgurante del Universo!
Varios focos se encienden a lo largo de lo que parece ser un pasillo que empieza delante de nosotros y terminan en el haz de donde proviene la voz. Otras luces iluminan, de manera más tenue, el aparente círculo donde estamos: parece una especie de estadio, con gradas alrededor habitadas por... palomas, cuervos, hormigas gigantes y... otros bichos. ¿Nos hemos metido en una película de Pixar sin saberlo?
—I am here! I am Flynn Fyrelight!
Una figura finalmente aparece debajo el gran foco de donde provenía la voz: una persona de nuestra edad, delgada como un palillo dentro de lo saludable. Con el pelo negro como la noche, en una melena corta ligeramente ondulada y peinada en todas direcciones, el flequillo hacia un lado; cejas relativamente gruesas y unas facciones de cara muy finas para un chico pero bastante toscas para una chica... En cierta manera me recuerda un poco a Finn, si bien su barbilla es algo más puntiaguda. Y, al contrario que Finn, este o esta tal Flynn no sabría decir si es chico o chica.
Lo más extraño es que lleva nuestro uniforme. ¿Es de segundo o tercero? Nunca lo he visto... Ah, bueno, no: lo más extraño es que ha aparecido en una pose un tanto peculiar: su mano derecha, abierta, le tapa la cara; la otra la tiene hacia un lado. Es casi como una referencia a cierto anime popular de machotes y stands...
—¿Y quién se atreve a eclipsar mi radiante luz estelar? —Flynn deja de posar y nos mira a los cuatro— ¿Vosotros? ¿Con esas pintas de don nadie? Especialmente... —me señala con un dedo, con una pose especialmente exagerada— ¡¡tú!!
¿Yo? Vale, soy la más normalucha del cuarteto. Pero si los otros tres son una chica gato, un mozo trajeado y un luchador en calzones con una espada de tres metros... entonces sí, sí, soy una doña nadie.
—Se han decidido los oponentes —puedo escuchar la voz del gato Sebastian en mi cabeza... y aparentemente en la de los otros tres, también, a juzgar por sus reacciones—. Que dé comienzo el baile.
Aún estoy atónita por lo que dice Flynn. ¿Por qué yo? ¡Los otros tres tienen más pinta de peleones que yo! En fin, qué remedio, aunque... ¡yo nunca he luchado contra alguien en serio antes! Me da lástima hacerle daño, pero... ¡pero lo importante es que yo no reciba daño! Puedo usar una Coraza, como aprendimos el miércoles, o como hace Finn tan bien.
Concéntrate. Acumula maná en tus manos. Forma dos bolas de maná puro en cada mano. Entonces, métele toda la energía que puedas, si total aquí es ilimitado. Y ahora, dales fuego y luz a las de cada mano.
—¡Pirocoraza II y Lumicoraza II!
Las esferas de maná brillan como cuatro focos de luz: dos de color rojizo y dos amarillas. Sin dudarlo un instante, las aprieto contra mi cuerpo. Noto como millones de hilos cálidos como una gruesa manta en invierno recorren cada milímetro de mi cuerpo. Ahora ya estoy lista para lo que haga falta.
—Corazas, ¿eh? Las Corazas son solo una táctica para que los magos débiles sean más fuertes. ¡Deja de ponerte en evidencia! ¡Sé lo debilucha que eres en realidad!
Sí, sí, lo que tú digas, pero yo debo protegerme. Flynn se saca del bolsillo una especie de varita que, al hacer un movimiento en seco, se extiende al triple de su longitud. ¡Un cetro, plegable como si fuera un paraguas! ¡Qué chulada! Pero no hay tiempo para quedarse mirando a las musarañas, puesto que mi contrincante se acerca lentamente hacia mí, pasito a pasito. Y yo aquí, sin mi palo, completamente desarmada. Glups...
—You will be engulfed by my shine! Zero-Kelvin Freeze!
Su cetro plegable emite una centella de color celeste muy brillante y, entonces, el suelo y parte de las paredes del estadio donde estamos se congelan. Incluso... ¡mis pies! ¡Me he quedado anclada al suelo! Oh, esto es un problema...
—Ahora ves nuestra diferencia de potencial, ¿eh? ¡Estás a años-luz de alcanzarme!
¡Esto es malo! ¡Ha alzado sus manos y está acumulando mucho maná! Como no salga de aquí ¡va a acabar conmigo! Piensa, Alicia...
—¡No podrás escapar de esta! ¡Es mi ultimate attack!
Solo tengo que salir del hielo y echarme a un lado lo más rápido posible. ¡Debería ser capaz de esto! ¡Concentra fuego en tus manos y échatela a tus pies!
—Cosmos and Waterfall! —exclama Flynn en un perfecto inglés. El brillo de su mano derecha se extingue, pero al mismo momento una lluvia de estrellas se acerca a una velocidad amenazante hacia mí. No puedo dejar que me golpeen.
—Lanzallamas —lanzo, sin gritarlo a los cuatro vientos. De mis manos salen unos pequeños chorros de fuego que rápidamente descongelan mis pies. Con todas las fuerzas que poseo me lanzo hacia un lado para que no me den las saetas de luz, aunque, como el suelo está helado, resbalo y me caigo.
En ese momento, una espectactular tromba de agua me engulle y me aplasta contra la pared del estadio. ¡Uuuf! ¡Mi espalda! Pero eso no será suficiente para terminar conmigo. Mi contrincante hace una mueca con la cara: está claro que no está satisfecho.
—¡Tsk! ¡No eres más que una chispita en comparación con el Sol! But this will extinguish your flame! Elemental Suppresion!
¿Qué ha hecho eso? No he visto ningún efecto... si bien ahora está empezando a acumular energía lumínica en todo su cuerpo. No, ¡no! ¡Va a volver a lanzar otro hechizo y parece más potente! Debo interrumpirle de alguna manera, pero estoy muy lejos...
Espera un segundo... Puedo crear un rayo de energía lumínica si hago pasar el maná por un agujero mental muy pequeño. ¡Como cuando una manguera tiene un pinchazo, que sale el agua muy finita a mucha presión! Solo tengo un intento, pero hay que intentarlo.
—¡Amplificación lumínica!
...por emisión estimulada de radiación. Ahora mismo no estoy como para pensar nombres. Con la mano derecha apuntando a Flynn como si fuera una pistola, un rayito de intensa luz blanca sale de mi dedo. Incluso hace un efecto de sonido, así como "¡piuum!", como si fuera una peli de ciencia-ficción.
—Kugelbl...! ¡Ugh!
El disparo acierta de lleno en su pecho y su energía que acumulaba se disipa instantáneamente. Flynn se muestra desconcertado. ¡Esta es mi oportunidad...! No lo dudo ni un instante: cargo una bola de fuego en mis manos y me lanzo corriendo a toda velocidad hasta la otra persona. Y, cuando la tengo delante, tomo aire, lanzo las manos hacia adelante y saco todo lo que tengo dentro de la manera más violenta posible.
—Allá va...: ¡Megaardor!
De mis palmas salen tal cantidad de llamas que podría montar una central telefónica, con una violencia e intensidad que harían llorar a cualquier bombero. Nadie normal podría sobrevivir a eso; en efecto, Flynn estalla en un montón de... ¿purpurina violeta? sin siquiera poder reaccionar a ello.
—¡La ganadora es Alicia Wilkins, miau!
La voz de Sebastian retumba en mi cabeza mientras un foco de luz me ilumina desde arriba. ¿He ganado? ¿Me debería sentir bien? ¿Podemos salir ya de este sueño, por favor...?
Finn, Corvin y Minka corren hacia mí. ¡Casi me había olvidado de ellos!
—¿Estás bien? —se preocupa la pelirroja, medio-gato en este sueño.
—No podíamos movernos ni hablar —añade Corvin.
¡Ya me extrañaba a mí que no dijeran nada...!
—El show debe continuar. Que dé paso el siguiente bailarín.
De igual modo que con Flynn, el foco se vuelve a encender un poco más allá. Y la persona que aparece es... la morena moderna de pelo violeta que luchó contra Minka el otro día. Ay, ¿cómo se llamaba...?
—¡¡¡Petra!!! —exclama Minka, cegada por la rabia— ¡¡Me las vas a pagar!!
¡Eso! Petra Roca. Sería muy cruel que alguien con ese nombre no pudiese usar magia de tierra. Ella se queda de brazos cruzados y mira a la pelirroja con desdén.
—¡Hmpf! ¡Acabo de llegar y el Patriarcado ya me está violando! ¡Luego os quejáis de las radfems!
—Se han decidido los oponentes —vuelve a sonar la voz del extraño gato presentador en mi cabeza—. Que dé comienzo el baile.
Al terminar de oír esas palabras, mi cuerpo se paraliza. Mis sentidos siguen funcionando, pero no puedo hablar ni moverme. ¡Es justo lo que decían Corvin y el resto!
***
—¡¡¡Petra!!! ¡¡Me las vas a pagar!!
Reconocería esa cabellera lila hasta a tres kilómetros de distancia. ¡La zorra que insulta a los que son diferentes a ella! Es ese tipo de persona a la que disfrutaría acariciándola en la cara con mi puño hasta que recobrase el sentido.
—¡Hmpf! ¡Acabo de llegar y el Patriarcado...!
Me la suda. ¡Me la suda! ¡Aaaargh! Cada vez que alguien dice "patriarcado" de forma no irónica apago el cerebro. ¡Debería ser legal pegar a las TERFs!
Me tiemblan las manos. ¡Necesito descargar mi ira ya!
—Se han decidido los oponentes. Que dé comienzo el baile.
Mi filosofía para este combate va a ser "no items, hostias only, Final Destination". Cada segundo que pasa ¡es un segundo que está derrochando oxígeno! Voy a lanzarme a toda velocidad con un Impulso eólico a máxima potencia. Lo voy a llamar...
—¡Ariete sónico!
Así, con las manos hacia atrás y soltando un montón de magia de viento. El efecto es instantáneo: me impulso a una velocidad supersónica hacia ella, que obviamente no puede esquivar. Entonces solo agacho la cabeza y dejo que la inercia haga su trabajo por mí, que para eso le pago en maná.
"¡¡Catapuum!!" es lo único que escucho y veo, porque obviamente no voy a lanzar un cabezazo con los ojos abiertos. Se ve que el golpe ha sido tan espectacular que Petra se ha desvanecido como si fuera confetti. ¡Qué flipe!
—La ganadora es Minka Summerthorn, miau —comenta Sebastian una vez más—. Una victoria rauda como el viento.
A mí me gusta este plan: ¿alguien dice "patriarcado"? No problemo, cabezazo a velocidad Mach 1 que se lleva. Yo encantada de que mi cabeza sirva para algo más que para aguantarla encima de los hombros.
—Pero ¿qué ha pasado? ¿Alguien lo ha visto? —pregunta Corvin, confundido mientras me trueno los nudillos, satisfecha.
—Se ve que la ha derrotado embistiéndola contra la pared a toda velocidad —gracias por la explicación, Finn.
—El show debe continuar. Que dé paso el siguiente bailarín.
¡Sorpréndenos, Sebastian! ¿Quién es el siguiente al que deberíamos derrotar?
—Mi nombre es Miguel Lebleu. Me gustaguía pagticipag en un combate honogable entre caballegos.
Vaya por Dios. ¡Con las ganas que tenía yo de aplastar a más personas en este sueño...! Finn intenta pasar a la acción pero Corvin se lo impide... al mismo tiempo que mis sentidos y mi cuerpo dejan de reaccionar...
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