Bistritz: Esperando a que un hombre me ofrezca una copa.
El hombre se sentó a un lado mío. Como lo pensé compro la bebida más cara del lugar, algunos hombres o mujeres por sexo están dispuestos a todo.
Diego: Mi nombre es Diego, ¿cuál es tu nombre?
Todo estaba yendo como quería.
Bistritz: Bistritz Real, un placer.
Acerque mi mano y este la beso. Me conto que al parecer la mujer no lo dejo solo porque el otro hombre tenía más capital, sino que lo dejo porque su trabajo es matar a familias que no quieren dejar sus tierras. El imbécil creía que me parecía más atractivo, pero solo me daba más ganas de matarlo.
Como regla para mí y mi familia solo comemos a los que se lo merecen.
Después de unas copas me llevo a su casa. Abrió la puerta de esta y comenzó a besarme.
Comencé a quitar los botones de esa camisa. Lo empuje hacia la pared y bese su cuerpo marcado.
Diego: Tiene usted mucha fuerza.
Comencé a quitar su pantalón. El idiota se excitaba cada vez más.
Bistritz: Se me olvido algo, estoy casada.
Al enseñarle mi anillo lo tome del cuello y lo arroje contra la mesa. Diego comenzó a tratar de correr, antes tome el cuchillo cercano para panes y lo ensarte en su cráneo.
Bistritz: Lo lamento, pero no me acuesto con mi comida además jamás engañaría a mi esposo –limpie mis manos de la sangre salpicada.
Decidí probar, no llevaría cualquier cosa a mi familia y mucho menos a mis hermosos hijos, Janeth y Bram. Metí el dedo en el orificio que le hice con el cuchillo para tomar algo de sangre y probarla.
Mmm. Esto sabía muy excelente. Mis empleados me hicieron el favor de llevar el cuerpo para prepararlo.
6:00. La noche cayo y la cena estaba lista. Como Janeth no estaba preparada para saber tenía que inventar algunas mentiras.
Janeth: Madre que comeremos hoy.
Bistritz: Carne de venado linda –acaricie sus pequeños cachetes lindos.
Ella parecía enojada.
Janeth: Discúlpame madre, pero siempre se hace eso. No me malentiendas me gusta y el jugo de proteínas que hacen, pero leí un libro donde la madre conejo se preocupa por su hija y le da verduras ¿tú no te preocupas por mí?
Bistritz: Janeth no digas eso, para mi tú y tu hermano pequeño son lo más importante, pero esta carne sirve mucho más a tu cuerpo.
Lucy la hermana de mi esposo llego a la cocina. Ella escucho lo que decía Janeth y trato de ayudarme.
Lucy: Mi querida niña, tu madre hace todo lo mejor para ti. Confía en ella.
Janeth: si tía, lo lamento mami.
Janeth se fue a su cuarto. Lucy enfadad voltio a verme.
Lucy: No le han dicho nada.
Mina llego al lugar y viendo el vestido de Lucy con desagrado.
Mina: Es enserio Lucy, un vestido de noche solo para cenar.
Mina es la esposa de Arthur el hermano de mi esposo. Ella es muy reservada, pero ayuda en muchas cosas. A diferencia de Lucy que quiere que el mundo la vea y quieran ser como ella, pero a la vez comprende a los demás algo que Mina no hace.
Lucy: Eso a ti no te importa querida nuera, solo porque tú te vistas como mujer que no quiere ni que su propio esposo la toque todas tenemos que hacer lo mismo.
Mina: No quieres que te haga daño.
Lucy: ¡A sí! Te recuerdo quien es más poderosa de las dos.
Mina azoto los platos que traía en las manos en el fregadero. Se acercó a Lucy.
Las separe.
Bistritz: Recuerden que esta noche tenemos invitado, así que lo quieran hacer es fuera de casa. Y la última vez casi destruyen la casa.
Ambas se separaron. Y se alejaron.
Mina: Muchos integrantes de la familia no estarán, al parecer salieron a la ciudad, solo seremos nosotros.
Lucy tomo una fresa y comió de ella.
Lucy: Lo lamento, yo iré de igual manera a la ciudad, pero yo no voy a divertirme como los niños, yo asistiré a un nuevo centro nocturno gay con Jack. Disfruten su cena.
Lucy salió con su enorme vestido y chaleco negro brillante. Parece que ellos comerían muy diferente además Lucy y Jack son esposos jóvenes apenas tienen los 28 cumplidos. A esta pareja le gusta experimentar con todo.
A Mina nunca le gusto este tipo de ideas.
Mina: Yo apoyo que estén haciendo nuevas cosas, pero meterse con más gente.
Comencé a ayudar a Mina con los cubiertos.
Bistritz: Dale a dos jóvenes un cuerpo inmune a enfermedades y pueden hacer locuras con él.
Mina: Cuando yo era joven jamás hice eso con Arthur. Aun así, estábamos muy enamorados.
Bistritz: Cada quien como quiera –Hice una pequeña pausa.
Bistritz: Mina tengo una mala noticia. Will Wester, Lucy Wester, Arthur Wester y Asmodeo Wester regresaron a la cacería antigua matando a cualquiera, aunque sea una persona sin culpa.
Mina: ¿Qué? ¿de qué hablas? No puede ser, todos lo dejaron cuando nacieron los niños.
Bistritz: Lose, que quieres que te diga, fue lo que me dijeron los empleados.
Mina: Si la señora Wester se entera que están volviendo a hacer la actividad que mato a su marido…
Ambas nos callamos, la anciana estaba muy mal. Mina movió las manos cercas de su cabeza dando a entender que ya no quería saber nada.
Llevamos la vajilla a la mesa y la servidumbre llevo los pedazos de carne. Mina toco la carne viéndola un poco disgustada.
Mina: ¿Y quién era este o esta?
Bistritz un tipo que encontré en el bar que se lo merecía.
Mina sacudió sus dedos.
(Armando)
18/Octubre. 6:30 de la noche. No me había dado cuenta de la hora, deje la pluma a un lado. Mi mirada estaba cansada de mirar a un punto.
Unos minutos después llego una de las criadas con una máscara negra y un vestido oscuro.
Criada: La cena está servida, sígame por favor.
Me levante un poco desconcertado por la máscara. Al bajar vi que todos los empleados usaban mascaras negras, trajes y vestidos del mismo color.
Me senté, solo estaban 5 integrantes de la familia. Will Wester, la señora de Wester, su pequeña hija y su hijo bebe, Y creo que la esposa de uno de los Wester la cual usaba guantes blancos para todo.
Armando: Disculpe, pensé que estaría más familia.
Bistritz: Lo lamento salieron a divertirse a la ciudad.
La carne se veía muy bien. Me serví un poco de todo, la verdad tenía mucha hambre. La carne sabia interesante no recordaba haber comido antes algo tan agradable.
Armando: Disculpe mi arrebato, pero como es que el problema mundial no les ha afectado en lo más mínimo.
El señor Will dejo caer una gran carcajada.
Will: digamos que mis negocios no se consiguen en cualquier lugar.
No entendía a lo que se refería, pero sin duda era algo grande.
Paso el tiempo y llego la hora del postre-
Aun me desconcertaba lo de las máscaras. Una cosa que me llamo la atención es que una de las criadas parecía hombre. Al ver mejor me di cuenta que de hecho era un barón en un vestido.
Armando: Disculpe, eso es un hombre.
Después de decir esto la señora Bistritz se quedó quieta y volvió su mirada hacia mí. En ese momento en mi cuerpo entro un escalofrió que jamás había sentido.
Will voltio a ver a su esposa asustado y tomo su mano.
Bistritz sonrió y con una enorme sonrisa en su boca se dirigió hacia mí mientras serbia postre.
Bistritz: ¿Eso le molesta a usted?
La mujer de guantes que estaba a un lado esperaba mi respuesta.
Armando: Lo lamento, pero me parece que es grotesco y una verdadera abominación.
La mujer de guantes cerro los ojos. Bistritz voltio a ver a su empleado vestido de mujer.
Bistritz: ve a la cocina cariño –le dijo esto al hombre mientras besaba su hombro.
Bistritz: ¿Mejor señor?
Se levantó de la mesa y subió las escaleras. La niña pequeña Janeth voltio a verme.
Janeth: Disculpe, yo creo que cada quien hace lo que quiera ¿no?
Y esta familia que le sucede, parecen segados. Sin tomar mucho valor a lo que sucedió seguí conversando con el señor Will el único que parecía una persona cuerda.
Ya casi eran las 9:50 de la noche. Despidiéndome y agradeciendo el alimento al señor Will subí a la habitación 3.
Antes de dormir rece un poco implorando no regresar a este pueblo tonto y pidiendo no volver a ver a los Wester una familia hereje.
Por fin me acosté en la cama. Estaba listo y ya tenía mucho sueño mis ojos se comenzaron a cerrar poco a poco.
1:20 de la madrugada 19/Octubre. Me desperté después de escuchar un estruendo. Trate de encender la bombilla, pero esta estaba fundida.
Por la pequeña ventana entraba luz. Al ver al espejo vi a un hombre sentado en la esquina de la cama
Armando: ¿Quién es? –Tome una navaja que guardaba por seguridad.
En la cama no había nada, volví mi cabeza hacia el espejo y ahí estaba el hombre. Comenzó a voltear la cabeza hacia mí, mirándome la espalda.
No sabía qué hacer. Estaba sudando, mi piel se helaba.
En un momento el hombre alargo su cuello levantándolo hacia arriba y gritando.
Salí huyendo de mi cuarto. Comencé a golpear las puertas de las habitaciones.
Armando: ¡Ayuda!
Nadie acudía a mi socorro. Todas las luces estaban apagadas, apenas y alcanzaba a diferenciar las cosas. Comencé a golpear las puertas desesperado.
Una de las puertas estaba abierta y con luz. Sin dudarlo entre, era el baño. Cerré la puerta tan pronto como entre.
Comencé a sentir un gran mareo, me sostuve del lavabo. Tenía muchas náuseas.
Corrí a la taza de baño, pero al retirar la tapa todo estaba lleno de ojos. Esto produjo más náuseas en mí.
Trate de abrir la llave del lavabo, pero el agua no salía. A mi nariz llego un olor extraño y nauseabundo. Al fijarme bien el olor provenía de la ducha.
Corrí la cortina de baño para verificar que era ese asqueroso olor. Eran varios animales muertos, ratas, perros, ardillas, mapaches.
Vomite encima de todo esto. Era asqueroso, cerré la cortina y traté de tapar mi nariz. ¡Tengo que salir de aquí! No sé quién son estas personas. Estaba temblando.
Comenzaron a tocar la puerta. A cada momento la tención crecía. ¿Que debería de hacer? Voces de afuera comenzaron a sonar –abre la puerta por favor. las voces eran de todo tipo de personas.
Tratare de salir por la pequeña ventana. Al abrirla me percate de dos sombras que estaban abajo. No me importa tengo que salir ya o me mataran.
Logre salir de la casa y me deje caer. Deje todas mis cosas, pero ¡mi libro! Ahora que hare. ¿Es más importante mi vida? Pero que estoy pensando claro que lo es.
Me levanté y corrí alejándome de la casa. La señora Bistritz y el señor Will aparecieron enfrente de mí. Ella usaba un vestido naranja con un collarín dorado y su cabello amarillo estaba recogido hacia atrás. Él tenía un traje negro con gris.
Armando: Algo muy malo sucede en su casa.
Bistritz: ¿Enserio? A mí no me parece.
Mi cuerpo no me respondía, solo podía mover mi boca.
Armando: ¿Qué me sucede?
Will: ¿No cerraras su boca?
Bistritz: No, quiero escuchar sus gritos.
El señor Will le sonrió y la comenzó a besar muy apasionadamente. Ella correspondió el beso. Ambos comenzaron a tocarse enfrente de mí. Bistritz voltio a verme y con su mano derecha rasgo mi cara.
Caí al suelo. El dolor era insoportable sentía pedazos de mi cara colgando y solo veía la sangre salir de mi rostro. Grite tanto que mi garganta comenzó a sangrar por dentro. ¡Mi cara estaba destrozada!
No lograba moverme. La vista se nublaba a cada instante. Comencé a llorar y a pedir ayuda.
Armando: ¡Por favor ayuda!
Antes de perder la vista vi a Dylan viéndome y con una risa dijo.
Dylan: Eso solo los hace sentir más excitados. Jajaja.
Comenzó a reír mientras me decía adiós.
Ya… estab… murien…do.
(Mina)
19/Octubre. Observe por mi ventana como asesinaban a Armando. Parte de mi quería recordar esa época en la cual cazábamos por diversión, pero ahora no importa quién sea prefiero que muera tranquilo.
Pero recuerdo como asesinaba, mis preferidos eran los asesinos. Ver en su mirada el miedo y hacerle pasar todo lo que ellos les hicieron una vez a sus víctimas, una vez que nació mi primera hija Júpiter deje de hacerlo. Ella era todo para mí. Con su cabello naranja rizado y sus pecas igual en todo aspecto a su padre Arthur.
Después 3 años más tarde nacieron las gemelas Elizabet y Joanne. Mis dos ángeles de cabello blanco igual al de Lucy y ojos negros como su padre.
Por ellas deje la caza. Pero cada que veo a todos cazando quisiera volver a hacerlo.
Miraba al cielo recordando todos aquellos momentos.
(Casa de los Berth.)
(Cina)
18/Octubre. Soy Cina Berth la esposa de Robert Berth. Mi esposo trabaja en una pequeña granja. En esta casa vivimos 6 personas. Mi esposo, mi hijo Carlos e hija Amanda de 8 años, mi hermana Ramona y el padre de mi esposo Félix.
Cina Berth: Volví a ver a uno de los Wester.
Robert Berth: Querida tienes que dejar en paz a esa familia no te hacen nada.
Ramona: Mi hermana tiene razón, esas cosas no son humanos, deben de ser demonios.
Mi esposo no me creía. Esa familia estaba maldita. Yo lo sé, es lo que dicen en el pueblo. Esas cosas no son humanos.
Para mi cada que veo a esa mi sangre se detiene. Algo me dice que no son buenas personas, sé que guardan un secreto.
Ramona: ¿Dónde viste a ese Wester?
Cina: Era la novia de Asmodeo Wester, estaba conduciendo un coche. Ella misma.
Robert Berth: Querida los tiempos cambian.
Mientras lavaba los trastes logre ver que algo se movió afuera. Lo más seguro es que eran esas bestias queriendo entrar a esta casa. Cerré la ventana.
El reloj marcaba las 9:30 de la noche. Mis pequeños están ya en cama durmiendo al igual que mi marido y su padre. Solo mi hermana y yo estábamos con los ojos abiertos
Nos quedamos hasta altas horas de la noche para colocar sales en las puertas y ventanas al igual de colocar crucifijos para que las bestias no entren a esta casa.
Ramona: ¿Después de ver a Dania que sucedió?
Cina Berth: La mujer me sonrió mientras bebía una botella de alcohol y me decía adiós. Usaba un vestido corto demasiado abierto, se alcanzaba a ver, aunque ella estuviera en el coche.
Mirando fijamente afuera de la casa se veían las luces de otras casas, pero entre los arboles algo nos observaba. Mi hermana también sentía las miradas.
Mi hermana tomo la escopeta y salió.
Cina: ¡Ramona! –Trate de alcanzarla, pero mi hermana iba decidida.
Apunto la escopeta hacia la oscuridad y llena de valor grito.
Ramona: ¡No te tengo miedo criatura del demonio! –Mi hermana sostenía la escopeta con tanta decisión de disparar.
Mi niño Carlos salió asustado.
Carlos: que sucede mami. ¿Porque mi tía está jugando con esa arma?
Cina: No pasa nada –Cargue en mis brazos a Carlos.
Mi hermana se acercó a nosotros.
Ramona: Lo lamento hermoso, solo quería verificar algo –Ramona acaricio su cabello y dio un beso en su cabeza.
Volvimos a entra a casa y cerramos nuevamente todo.
(Dania)
18/Octubre. 10:00 de la noche. Que hermosa familia. Tan unida, pero la madre tan entrometida. Pronto los visitare y veremos si Ramona tiene el mismo valor cuando me vea cara a cara.
Cerraron las puertas y colocaron sal en las entradas y ventanas. Al igual que crucifijos. ¿Quién les dijo que esto es real? Ni si quiera esto causaría daño a un vampiro. Pero vamos a hacerlo mas desesperante para la familia.
Deslice la mano lentamente por la puerta. Pronto Amanda seria mía.
(Casa de los Wester)
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