Hola, mi nombre es (...) y, de nuevo, he faltado a una sesión.
Por segunda vez se ha perdido lo que había escrito, no se hacen borradores de ningún tipo. Pero bueno, venía a hablar de que he descubierto al culpable de mi última ausencia, pues si falle previamente ha sido, en parte, por falta de organización.
No debemos dejarnos llevar por ella, ya que nos causa suficientes males en nuestro día a día, a veces sin que nos demos cuenta. Debemos dedicarle un espacio y un tiempo para hacerla, con sinceridad para con nuestras limitaciones, constancia en su aplicación y flexibilidad por lo que pueda sucedernos.
Aunque nunca se tenga del todo claro qué es lo que nos puede ocurrir o los retos a los que nos tendremos que enfrentar, debemos estar preparados con opciones y planes posibles, para que podamos improvisar con algo de organización. Un reto complicado, pero que realmente nos puede aportar mucho más de lo que perdemos aplicando el esfuerzo que nos supone.
Si queremos llegar a algún lado debemos saber cómo hacerlo, planificar los pasos, para cometer los menores errores posibles, y el orden, para conseguir llevarlos a cabo. No lo conseguiremos todo, pero iremos mejorando y poco a poco estaremos mejor dirigidos a nuestro destino que caminando a lo loco.
Seguiré siendo un juguete roto, aunque lo vaya llevando mejor cada día, con una trayectoria que da lugar a la esperanza, incluso. Siento no escribir más, pero... en esta ocasión no soy capaz ni de emular algo cercano al escrito que he perdido.
Muchas gracias.
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