Please note that Tapas no longer supports Internet Explorer.
We recommend upgrading to the latest Microsoft Edge, Google Chrome, or Firefox.
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
Publish
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
__anonymous__
__anonymous__
0
  • Publish
  • Ink shop
  • Redeem code
  • Settings
  • Log out

El Gato Violinista

Capítulo II

Capítulo II

Apr 11, 2019

Menuda sorpresa se llevó Waldo al descubrir que aquel virtuoso violinista que había estado buscando desesperadamente no era nada más que un gato flacucho de color negro con el hocico y las patas blancas que vestía un viejo esmoquin de cola de pato y llevaba un sombrero de copa roto de la parte de arriba como una vieja lata de conservas. El felino se encontraba sentado sobre un desvencijado y apolillado barril con los ojos entrecerrados sosteniendo entre sus patas delanteras un pequeño violín al que conseguía arrancar las notas más sublimes y armoniosas.

El muchacho se aproximó lentamente para observar de cerca al gato, pero como el callejón estaba tan oscuro, no reparó en que se encaminaba directo a un bote que estaba a rebosar de basura maloliente y chocó contra él provocando un gran estruendo que asustó al singular músico el cual dejó de tocar y bajó de su barril dando un gran salto presto para huir lo más rápido que le dieran sus ágiles patas.

— ¡Espera! ¡No te vayas! — le suplicó Waldo tratando de levantarse del suelo y sacudiéndose de encima una cáscara de plátano y un esqueleto de pescado que ya apestaba a podredumbre. — Nunca antes había escuchado a un gato tocar el violín como lo haces tú. Bueno, la verdad es que nunca antes había conocido a un gato violinista.

El gato detuvo su carrera y dio media vuelta para mirar a su interlocutor de frente, y para sorpresa de éste, se acercó y le respondió. — Tienes razón muchacho, un felino que tiene la extraña afición de tocar el violín no es algo que se encuentre todos los días.

— No, claro que no ¿y sabes? — le dijo Waldo. — Yo también soy violinista, toco todos los domingos en la plaza principal, aunque no soy tan bueno como lo era mi abuelo.

— No te aflijas por eso, jovencito — replicó el gato tratando de animarlo. — Todo es cuestión de tener habilidad y ponerla en práctica.

— Ya lo sé, pero es que trabajo todo el día en el puerto para ganar un raquítico salario que apenas me da para malvivir y rara vez dispongo de tiempo libre para perfeccionar mi talento.

— Me apena mucho oír eso — se lamentó el minino. — Si yo pudiera echarte una mano, o más bien una pata, para mejorar tu situación, con gusto lo haría.

A Waldo se le iluminaron los ojos de emoción al escuchar eso y una idea comenzó a brotar en su cabeza. — ¿Sabes? Creo que existe una forma en que puedes ayudarme.

— Muy bien muchacho, dime ¿de qué se trata?

— Estaba pensando, esto... se me había ocurrido que quizá... — titubeó el chico al tratar de explicarse — ...que quizá tú podrías enseñarme a tocar.

El gato meditó aquella propuesta durante unos segundos que a Waldo le parecieron eternos. — Si quieres que sea tu maestro particular de música tendría que exigirte un salario, y tú no tienes suficiente dinero para pagármelo. Pero no te preocupes por eso, te daré unas buenas lecciones de violín a cambio de dos condiciones que no tendrás problema en cumplir.

— ¡Soy todo oídos! — replicó Waldo frotándose las manos con gran regocijo. — Te prometo que cumpliré al pie de la letra cada una de las condiciones que me pidas.

— La primera de ellas es que quiero que me des alojamiento en tu vivienda, este barril en el que vivo es viejísimo y cuando llueve se cuela toda el agua y no me vendría mal tener un mejor techo donde dormir; y la segunda condición es que compartas conmigo una cuarta parte de tus alimentos ¿Estás de acuerdo?

— Bueno, mi buhardilla no es la gran cosa ni mi comida tampoco, sin embargo creo que las condiciones que me pides son justas. Vendrás a vivir conmigo pues, y cuando vuelva a casa por las noches me ayudarás a practicar con el violín.

— Entonces ¿trato hecho? — preguntó el gato extendiendo su pata derecha para que el joven la estrechara entre su mano.

— ¡Trato hecho! — respondió Waldo tomándole la pata.

— Por cierto, todavía no nos hemos presentado formalmente. Mi nombre es Wenceslao ¿y tú cómo te llamas?

— Oswaldo, pero todos me dicen Waldo.

— Muy bien Waldo, ahora ¡Llévame a mi nuevo hogar, por favor!

El felino y el muchacho emprendieron el camino a casa, y éste último se regodeaba para sus adentros pensando en que al fin, después de haber pasado por tantas penurias, la suerte le sonreía.

LaBoheme1987
Lilith Cohen

Creator

Comments (2)

See all
Mantequillaconsal
Mantequillaconsal

Top comment

Omg! Esto es increíble!!

0

Add a comment

Recommendation for you

  • Secunda

    Recommendation

    Secunda

    Romance Fantasy 43.2k likes

  • Silence | book 2

    Recommendation

    Silence | book 2

    LGBTQ+ 32.3k likes

  • What Makes a Monster

    Recommendation

    What Makes a Monster

    BL 75.2k likes

  • Mariposas

    Recommendation

    Mariposas

    Slice of life 220 likes

  • The Sum of our Parts

    Recommendation

    The Sum of our Parts

    BL 8.6k likes

  • Find Me

    Recommendation

    Find Me

    Romance 4.8k likes

  • feeling lucky

    Feeling lucky

    Random series you may like

El Gato Violinista
El Gato Violinista

1.5k views37 subscribers

Waldo es un joven aspirante a violinista pobre y sin talento que trata de sobrevivir tocando en las plazas de su ciudad a cambio de unas míseras monedas. Cuando comienza a resignarse a vivir en el fracaso, conoce a un gato que tiene un talento extraordinario para tocar el violín y le pide que le ayude a ganar dinero; el gato acepta, pero le impone varias condiciones que Waldo no está dispuesto a cumplir y su falta de palabra le ocasionará graves problemas.
Subscribe

8 episodes

Capítulo II

Capítulo II

207 views 5 likes 2 comments


Style
More
Like
List
Comment

Prev
Next

Full
Exit
5
2
Prev
Next