En una visita al parque, en una vieja banca, encontré a un hombre mayor que solía ver siempre que volvía de la escuela. Lo veía día tras día, mientras alimentaba a varios animales del parque que se acercaban sin miedo a él, pero se alejaban siempre que alguien más pasaba cerca de la banca.
Era un día nublado, en el que salí de la escuela con algunas dudas sobre lo que haría en el futuro por las preguntas de un profesor. Había ido al parque para tratar de despejar mis dudas y pensar sobre lo que deseaba para mi futuro, y el camino que deseaba seguir. Y mientras pasaba por el parque, me encontré nuevamente con el hombre mayor, quien esta vez me hizo una seña con la mano para acercarme.
-Parece que algo serio atormenta tu joven mente hoy, niño –Dijo el hombre, mientras se movía a un extremo de la banca para permitirme sentarme-.
-Mi nombre es Alex, señor –Dije-.
-Y el mío es Andrés –Dijo, dejando un poco más de comida para los animales que se alejaron un poco por mi presencia-. En todo este tiempo, es la primera vez que hablamos, ¿O no?
-Eso creo.
-Bueno, lo que te quería preguntar: ¿Qué puede estar atormentando tu mente con tanta seriedad en este momento de tu juventud? Y no intentes engañar a mis viejos ojos, porque mis experiencias no me traicionan, y sé que algo ocurre contigo.
Pensé un momento antes de hablar.
-Señor, usted que ha vivido bastante, ¿Sabe cómo se puede vivir una vida sin arrepentimientos?
El hombre mayor tuvo una pequeña risa.
-Esa pregunta, mi joven amigo, es algo que varía de persona en persona.
-¿Qué significa?
-Escucha con atención, niño. ¿Alguna vez, te has preguntado el por qué de lo que haces cada día?
-¿A qué se refiere?
-Por ejemplo, ¿Por qué me hiciste esa pregunta, de todas las posibles preguntas que pudiste haber hecho? Pero piensa bien la respuesta. No pienses en lo que trajo esa pregunta a tu mente, piensa en lo que quieres de ella.
Pensé un momento, y entonces respondí.
-Porque estoy pensando en lo que deseo para mi futuro.
-¿Y por qué estas pensando en lo que deseas para tu futuro?
Pensé por más tiempo, pero no supe que responder.
-No lo sé. Solo es algo que mi profesor había hablado para todos en general, pero no he podido sacarlo de mi cabeza.
-Bueno, entonces te preguntaré otra cosa: ¿Qué es lo que deseas para tu futuro?
-Esa misma es la pregunta que el profesor nos dijo a todos, “¿Qué es lo que desean para su futuro?”
-¿Y qué le respondieron?
-Muchos solo lo tomaron en broma, pero después de clases, la pregunta seguía rondando en mi cabeza.
-¿Y has estado pensando con seriedad en la respuesta?
-Por supuesto. Pero no encuentro la respuesta.
-Bueno, creo que puedo ayudarte con algo.
Después de verme con una pequeña sonrisa, el hombre mayor sacó una pequeña libreta de notas del bolsillo de su chaqueta y arrancó una hoja. La doblo dos veces, y me entregó la hoja en la palma de mi mano, para después cerrar mis dedos sobre ella.
-Lee lo que dice con detenimiento, y piensa entonces en cuáles son las preguntas adecuadas, y a que respuestas debes llegar. Por ejemplo, ¿Por qué estas estudiando? ¿Qué motivo tienes para asistir a la escuela? Y no pienses en la lista de asistencia, sino en el motivo por el que asistes cada día, y te mantienes ahí.
Después de decir esas palabras, el hombre mayor se levantó con el apoyo de su bastón y comenzó a caminar hacia la salida del parque. Antes de leer lo que decía el papel, miré con detenimiento el parque a mí alrededor, y traté de aclarar mi mente para poder reflexionar bien lo que podría decir la nota.
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