Mire por la ventana y vi que los futbolistas estaban en medio de un partido, lo que se traduce como tiempo valioso para recoger mi diario antes de que ellos se den cuenta de que voy a hurgar en su ropa.

Si el plan sale mal me tratarán de pervertida, pero tengo que intentarlo.

Mire al desgraciado que tiro mi libro. El tenia una risa malévola y no disimulada su alegría con la situación. Me acerque a el y le di una patada en la entre las piernas. ¡No me juzguen, tenia que desquitarme antes de irme!

El chico se comenzó a retorcer de dolor y su amigo trataba de ayudarlo.

-Maldita perra, pagaras por hacerme esto- Dijo David, mientras seguía tirado en el piso.

-Tu seras el que pague por tirar mi diario- Dije con una cara fulminante.

-¿Por que David tenia tu diario?- Pregunto Eduart.

-Lo siento, pero no puedo seguir perdiendo el tiempo- Dije al instante y salí corriendo en ese mismo momento.

Baje las escaleras los mas rápido que pude, ¿por que demonios los institutos educativos no tienen ascensor? ¡Esto es inhumano para todo estudiante!

Estaba cansada, pero no podía rendirme. Corrí lo mas rápido que pude a las canchas de football, ¡Nada puede detenerme, recuperare mi diario!