La casa era amplia, hecha de madera. Pero por dentro no había muchos muebles. Solo lo esencial y algunos futones viejos para dormir. Todos tenían comida, ropa, cada uno cuidaba de sus cosas. Eran felices en ese sitio, y Kris los quería mucho.
Kris llegó con Sousuke al lugar y todos los niños miraron con curiosidad al pequeño. Veian lo confundido que se veía y les extrañaba ver a un niño tan pequeño solo.
- Él se llama Sousuke, y a partir de ahora va a vivir con nosotros – dijo Kris, mientras ponía sus hombros en el niño – quiero que todos lo traten bien y le muestren las cosas que se hacen aquí ¿vale?
- H-hola… -Sousuke levantó una de sus manitas con algo de timidez, tratando de hacer un saludo amistoso. Pero ninguno de los chicos respondió a su saludo
Kris sonrió nervioso, para aminorar la tensión, decidio llevar primero a Sousuke a bañarse. Había hecho un baño muy sencillo cubierto con pedazos de madera, para haberlo hecho el solo, no estaba tan mal.
- Tal vez ahora están un poco asustados por ver a alguien nuevo, no te preocupes –dijo Kris mientras ayudaba a Sousuke a secarse el cabello- Los niños no salen solos de este lugar, no es muy seguro y el único contacto que tienen con el exterior soy yo
El rubio le dio un cambio de ropa al pequeño Sousuke. Le quedó algo grande, pero era mejor que los harapos que traía puestos. Era azul con negro y bastante cómodo
- Hay mucho que debo explicarte para que estés más tranquilo aquí. Pero primero te presentare con los demás niños
Unas horas después, todos estaban sentados a la mesa. No era más que un pedazo de madera un poco disparejo, y las sillas eran troncos. Había diez sillas. Cinco y cinco por cada lado, y una al frente de la mesa. Kris dejó sentarse al niño en ese sitio mientras el empezaba a repartir la comida de ese día: manzanas, leche, un pedazo de pan y ramen que había sobrado de un restaurante. Mientras todos comían, Kris empezó a hablar un poco
- El día de hoy encontré a Sousuke en el mercado. La abuela que vende fruta lo estaba lastimando y decidí traerlo. Sousuke no tiene padres y no recuerda nada sobre su vida. Ni siquiera sabe cómo es que llego a ese mercado. Por eso está aquí
Todos le miraron. El mayor de ellos, un niño castaño de ojos oscuros, interrumpió la charla
-Pero Kris, nos has mencionado que últimamente ha sido muy difícil obtener comida. ¿Cómo vamos a hacer para racionar la comida si traes a alguien más? ¡Encima es un chico pequeño, necesita más cuidados que nosotros!
Algunos de los niños se pusieron de acuerdo con el joven. Pero otro más entro en la discusión. Un chico pelinegro, de ojos extrañamente violetas. Bastante alto para la edad que tenía, 12 años.
-Joe, no debemos ser egoístas. El está completamente solo ¿no lo estuvimos nosotros alguna vez? Si a Kris no le molesta traerlo aquí, a nosotros tampoco. A fin de cuentas, Kris es quien se arriesga por todos nosotros, quien nos trae comida y nos cuida. De él es la última palabra y así será siempre
- ¡Pero tenemos que ser responsables, Haku! Tenemos que seguir conservando el lugar tal y como está ¿Qué va a pasar si la policía nos separa al notar que hay demasiados niños aquí? ¿y si este niño es hijo de un yakuza y lo están buscando?
-Hey, calma. Los Yakuza no tienen por qué estar aquí. Este sitio ha sido mi territorio desde hace bastante tiempo –Kris decidió tranquilizar un poco a los chicos- Sousuke en verdad necesita ayuda y nosotros haremos todo lo que se pueda. No quiero volver a dejarlo donde lo encontré, porque el merece algo más que los golpes de una anciana.
Todos se miraron. Veía lo preocupado que Joe lucia al tener que alimentar una boca más. Y veía lo preocupados que Haku y Kris estaban por Sousuke.
- Esto… -Sousuke se animó a interrumpir la discusion- yo no sé qué es un yakuza. Pero no conozco a ninguno. Si puedo ser útil en casa hare lo que sea. Pero por favor, no me regresen al mercado
- Sousuke…
Todos los niños guardaron silencio. Cada uno había llegado a Kris de formas distintas, eran huérfanos, abandonados, niños que habían salido de casas donde eran maltratados. Lo último que querrían era ser devueltos al lugar de donde salieron. Preferían mil veces estar con Kris, a quien querían como un padre.
Entre el silencio, uno de los pequeños rompió el hielo. Miró por unos instantes al asustado niño, sonrió y dijo al fin
-Bienvenido a casa, Sousuke-kun
Sousuke se quedó sin palabras por un instante. Una sensación de felicidad lo invadió de inmediato. Se sintió aceptado, se sintió por fin parte de una familia. Lo único que se le ocurrió al niño en ese instante para responder al gesto fue tomar una manzana y obsequiársela a su nuevo hermano.
-Muchas gracias, Haku
Las reglas de la casa eran peculiares. Todos tenían una tarea en especial para mantener bien limpio el sitio. Uno lavaba la ropa, otro limpiaba la casa, otro se encargaba de sembrar, otro de contar la comida, además traían agua, vigilaban durante el día y ahuyentaban a los animales salvajes. Kris se encargaba de mantener las trampas para los intrusos, vigilar durante la noche y de traer la comida.
Realmente se sentían felices en ese lugar, pues se sentían útiles y como una familia enorme. Durante los ratos libres, los niños naturalmente salían a jugar. Tomaban un montón de hojas amarradas a una cuerda, como un balón improvisado y jugaban soccer. O más o menos lo intentaban. Todo parecía bastante común hasta que cierto día, durante un juego…
-Sousuke-kun! ¡Reacciona!
- ¿Qué le paso?!
- ¡No sé! ¡De pronto cayó al suelo y parece que está muerto!
-Tranquilos, ¡tenemos que llevarlo a un hospital!
Sousuke despertó en una cama de hospital unas horas después. No sabía lo que había pasado hasta que Kris se lo dijo: Se había desplomado en el suelo sin razón aparente, no tenía pulso y como pudo lo había llevado a un hospital. Por fortuna el doctor era muy amigo de Kris y no tuvo problema en atender a Sousuke.
-Este pequeño tiene una enfermedad muy extraña –le dijo el médico al rubio- No tengo idea de cómo es que ha sobrevivido sin medicinas, tal vez no hizo mucho esfuerzo antes
- ¿Es muy grave? –Kris volteó a ver a Sousuke, estaba muy asustado- ¿Qué tengo que hacer?
-Bueno… necesita una medicina especial. Pero… -el joven miró a Kris. Él era un hombre bajito, de cabello corto y negro. Usaba unos grandes anteojos y su expresión era seria casi siempre- …La medicina es muy costosa, Kris… -se llevó una mano a la nuca, frotándola un poco- puedo ayudarte con la primera dosis, que dura más o menos un mes. Pero con el resto me será difícil
- ¡Toshi, ayúdame! ¡No importa lo que deba hacer, pero necesito pagar esas medicinas para Sousuke! –El rubio se veía muy decidido. Él siempre se preocupaba por los niños, por Sousuke. Estaba dispuesto a todo
-Ay, Kristoff… -suspiró el pelinegro, acomodándose los anteojos.– Espérame un par de semanas, para ver si puedo conseguirte algo. Por lo pronto, puedo apoyarte con esto. –de su bata saca un papel y empieza a firmar –ve con Sousuke a este sitio y ahí te darán la medicina para un mes. Es la farmacia donde siempre suelo surtir algunas cosas. Solo diles que Toshi te envió, y que lo carguen en mi cuenta, ellos ya saben
Kris abrazó a Toshi y le agradeció por la ayuda, Sousuke permaneció en el hospital un par de horas más, antes irse con Kris hacia donde Toshi los había enviado. El rubio ahora solo debía esperar la llamada de su amigo para algún trabajo que le diera dinero suficiente para costear esa medicina. Las cosas parecían ponerse levemente más complicadas.
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