La gente piensa que escogí la soledad.
Que elegí aislarme y no ver al mundo nunca más.
Piensan que me callo por necesidad.
Porque no entienden el hecho que no me guste hablar
Piensan que el silencio es un grito de ayuda.
No que pudieran ser mil y una putas dudas.
Piensan que necesito ayuda, y eso creo.
No se equivocan.
Las paredes se van achicando, cada vez más y más.
Como un barco se llena de agua, porque empieza a naufragar.
Mis sentimientos van corriendo como pasajeros de ese barco.
Para no acabar heridos, ahogados.
Como pasajeros naufragados.
Ya no quedan palabras.
Ni historias que contar.
Solo dos almas ahogadas.
Qué no saben si resurgirán.
Después de esta historia, adelante, bebe agua, pero prométeme que no te ahogarás.
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