Por favor, dejemos ya de batallar.
Paremos ya, este fuego cruzado no merece la pena.
¿No es más fácil admitir que de mí no te quieres enamorar?
¿No es más fácil detener la creación de falsas ilusiones antes de comenzar a jugar?
Porque, si no te importa, me apetece ser de este cuento escritora.
Y ser yo quien tenga que decidir, por una vez, por donde comenzar y por donde acabar.
Esta vez, no quiero ser yo quien acabe dañada, pero tampoco estoy interesada en dañar.
No pido más que una sonrisa.
Lo siento, nunca le pregunté al cielo si de ti me iba a enamorar.
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