Grant
-Quiero un arma.-exijo mirando seriamente a Clae y Michael, los cuales no están tan seguros de darme una.-¿Que miran? ¡Búsquenlas!-exclamo impaciente haciendo gestos con mis brazos.
-Nos vas a matar a sangre fría, Grant.-Michael me mira serio y pongo los ojos en blanco como un pequeño niño.
-Es mi estilo, el arma.-insisto.
-No.
-Vale, saldré a matar con cuchillos entonces, ah, odio que mis manos se ensucien.-me levanto haciendo una mueca de disgusto.
-¡Estas jodidamente enfermo!-grita Clae. Sonrió y me detengo para voltear y mirarla, ella también me mira y ahora parece asustada.
-Tan enfermo que te mataría a ti ahora mismo.-sonrió cinicamente.
-Esto no es un juego, es un trabajo.-reprocha Michael.
-Debo calentar mi arma y estas manos para volver al trabajo, no se preocupen, matare a cualquier vagabundo.-digo sin esfumar mi sonrisa, saca un cigarrillo de mi chaqueta de cuero y lo enciendo.
-Clae, dale un arma.-Michael por fin cede lo cual me hace reír. Se queda mirándolo por segundos asimilando lo que han dicho.
-Ya lo has escuchado perra, el arma.-chasqueo mis dedos. Rueda los ojos y sale del departamento.
-Dúchate y cámbiate, iré contigo.-dice serio.
-No necesito una niñera.
-No puedo permitir que te salgas de control y mates a cualquier persona que se te cruce, iré contigo y punto.
-Joder, me tocara improvisar algo con las manos.-suspiro mirando mis manos y luego sonrió burlón pero al parecer a el no le causa gracia. Pongo los ojos en blanco una vez mas-Se ha ido la jodida diversión por aquí, iré a cambiarme.-hago el mismo procedimiento con el cigarrillo tirándolo al suelo y apago la colilla con mi bota.
-Hay ropa nueva en el armario, Clae, se ha encargado de eso.
Hago una mueca de fastidio pero no digo nada mas. Camino por el pasillo hasta llegar al baño, abro el grifo de la ducha y luego de quitarme la ropa me introduzco en ella. Luego de unos minutos salgo, tomo una toalla blanca y limpia y la pongo alrededor de mis caderas. Han limpiado el apartamento. Al salir de mi habitación me encuentro con Clae parada mirando impaciente pero al parecer cuando me ve sin ca,misa se nota nerviosa.
-Ponte esto.-dice señalando una ropa sobre la cama, ropa negra como la que suelo llevar.
-Ponte en posición para follarte.
Frunce el ceño y luego rueda los ojos, entendiendo que no me gusta queme manden.
-Tu armario no ha cambiado, es solo la misma ropa mas suave, mas nueva y mas costosa.-dice caminando hasta una silla y luego se sienta.
-No estas bienvenida a ver esto.-arrugo la nariz haciendo una mueca y señalo mi pene.
-No es algo que no haya visto antes, vístete.-responde despreocupada.
Coloco mi dedo indice bajo su barbilla haciéndola levantarse mientras le miro directamente a los labios y luego sonrió de nuevo, al ver que me ha seguido y me mira como estúpida.
-¿Sabes las ganas que tengo de meterte una pistola ahora mismo en la boca y jalar el gatillo?-le susurro en el oído, se aparta pegándome en el pecho.
-Imbécil.
-Fuera de la habitación.-ordeno secamente, dedicándome otra de sus miradas de odio, se da la vuelta y sale en silencio.
Luego de haberme vestido, me dirijo a la cocina en donde se encuentra Clae y Michael hablando. Hay un maletín sobre el mesón y otras cajas al lado.
-Estas presentable de nuevo.-dice Michael y esboza una sonrisa de orgullo.
-¿Que es todo eso?-pregunto señalando el mesón levantando un poco la cabeza.
-Clae.-Michael le dice. Ella asiente y abre el maletín, hay una pistola en el y sus recargas al lado.
-Browning GP-35, de las mejores pistolas y esta cargada.-dice sacándola y luego me la da.
La tomo y la observo, sonrió y la guardo en la cinturilla detrás de la espalda tapándola con la franela y la chaqueta. Cierra el maletín y toma una pequeña caja la cual abre, sacando un teléfono.
-Necesitamos comunicarnos contigo, le hemos quitado cualquier tipo de localización, Iphone11.-me dice dándome el teléfono color negro, lo tomo y lo guardo en uno de los bolsillos.
-Cigarrillos nuevos.-me pasa la caja.-Encendedor nuevo.-lo agarro igual y los pongo en mi el mismo bolsillo de la chaqueta.-Y por ultimo...-toma una billetera.-Dinero, esta repleta, trata de ahorrarlo hasta que empieces a trabajar.
-Es el único momento de mi vida en que estoy soy feliz de que me hables.-sonrío, me fulmina con la mirada y Michael niega con la cabeza una y otra vez.
-Gracias Clae, puedes ir a descansar por hoy, te veo mañana.-Michael parece tan profesional que me provoca nauseas.
-Vale, adiós.-dice ella sonriendo levemente y me hace un gesto con la mano.
-¡Por fin!-resoplo.
-Hay un pequeño barrio en Montereal que no he visitado aun, hay alguna clase de adolescente metiéndose droga.
-¿Matar niños? No tenia pensado exactamente eso.-hago una mueca.
-No, matar a su jefe, necesito que ese negocio acabe de inmediato.
-Eso seria hacer obra de caridad, Michael.
Me mira impaciente una vez mas.
-¡¿Quieres ir a matar a sangre fría?! ¡Entonces ve, hazlo! Pero no te hara sentir mejor.-grita molesto. Chasqueo la lengua y luego lo miro con fastidio.
-Vale, no matare nadie inocente esta noche.-pongo los ojos blanco.
-Ni mañana.
-No puedo prometer eso.
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