Era el mes de febrero de 1941. Durante los siguientes meses, desde que llego a Nueva York, Robert se había convertido en un experto en la supervivencia en la gran manzana. Robando para sobrevivir y reuniendo basura para poder tener algo con que entretenerse o cubrirse del frió de la noche.

No hacía mucho que pudo conseguir unas mantas en un basurero para poder taparse del frió. Algunos indigentes, como él, se acercaban a hablarle; pero por lo general no le gustaba entablar mucha conversación.

- Oye amigo- le dijo un sujeto con olor whisky barato en una ocasión- si quieres podemos sentarnos a beber juntos esta noche para poder hablar y reírnos un poco

- Te lo agradezco; pero tengo que encontrar varias mantas para que el frio no mate a mi amigo esta noche- le respondió enojado Robert

- Lo lamento alteza- se quejo molesto aquel sujeto de rostro hinchado y cabello largo con un bigote grueso de color castaño claro- quizás sea para otro día princesita delicada

Luego se retiro farfullando cosas inentendibles.

Robert podría estar en la miseria; pero eso no quería decir que él fuese a juntarse con personas miserables, personas que, por unos pocos dólares o unas míseras monedas de plata, podrían denunciarlo con la policía y sacarle del país para devolverlo a la Alemania Nazi de Hitler.

Aquella mañana, del once de febrero de 1941, Robert se encontraba durmiendo cuando Compañero se despertó y comenzó a gruñir.

Robert escucho el gruñido por lo que se levanto de inmediato, con algo de sueño todavía, para ver que sucedía. No había nadie cerca de él o de su amigo

- ¿Compañero que te ocurre?- le preguntó Robert en ese momento- ¿no hay nadie cerca?

El perro continúo gruñendo y entonces comenzó a correr hacia la calle ladrando a algún enemigo invisible.

- ¡Compañero!- gritó Robert mientras corría detrás de el

El perro parecía estar persiguiendo a alguien; pero Robert no veía a quien. Cuando llegó a la calle un Roll Royce por poco lo atropella. El auto se detuvo en el acto y Compañero se quedo petrificado al ver el frente del mismo.

El auto era de color negro brillante, parecía que estaba muy bien lustrado. Compañero se encontraba totalmente asustado, por lo que Robert lo tomó entre sus brazos mientras el conductor bajaba en ese momento para increparle.

- ¡Maldito perro!- exclamó enojado- ¡por poco arruina el hermoso acabado!

- Lamento lo sucedido- se disculpó Robert nervioso tratando de no entrar en una pelea innecesaria- ya nos vamos

- ¡Deberías ponerle una correa a ese animal, inmundo pordiosero!- le gritaba el conductor que era un muchacho pelirrojo con pecas muy coloradas en sus mejillas

- Cuando encuentre una lo haré chiquillo- murmuró Robert quien se iba de allí con compañero algo asustado; pero lamiéndole el oído

- ¡¿Que dijiste mendigó malparido?!- le preguntó el conductor a gritos; pero Robert no se dio la vuelta en ningún momento sino que continuo caminando hacia Central Park- ¡oye te estoy hablando excremento humano!

- Ya basta Charlie- le ordenó una voz femenina dentro del coche

El muchacho se calló en ese momento, mirando a quien le había hablado con una expresión de temor.

Robert continúo caminando hasta llegar a Central Park. Cuando llegó, se dirigió a la zona del lago para poder sentarse allí y acariciar a Compañero un rato diciéndole

- La próxima vez me esperas amigo, recuerda que estamos juntos en esto tu y yo hasta el final

El perro gimió un poco, para luego dar un ladrido de aprobación.

- Te perdonó Compañero- le respondió riendo Robert- solo no me des estos sustos ¿sí?

Compañero le lavo el rostro con su lengua haciéndolo reír.

Alguien se acerco a ellos en ese momento para poder hablarles tranquilamente

- Hola, ¿me puedo sentar?- le preguntó una voz femenina muy suave y cariñosa

- Es un país libre- le respondió Robert mirando a la mujer que le había hablado

Era una bella mujer de ojos verdes, cabello negro lacio, llevaba un vestido rojo y un sombrero blanco, sus labios estaba pintados de rojo, ella emitía una hermosa sonrisa que dejo algo confundido a Robert.

Siendo así como conoció a la señorita Caroline Daisy