>Yo

-La Muerta

>Anoche tuve un sueño de esos que no sabés si son buenos o malos, pero me encontraba con Vivi, que se venía a despedir de mí. Sea lo que fuera que signifique.

-¿La Vivi con la que fueron al sex shop? Pero no fue eso anoche, fue varias noches atrás lo de la despedida. Y vos sabés qué significa ese sueño.

>Había miles de momentos para hacer referencia a ella y elegiste el del sex shop.

-Eso fue muy divertido, cómo olvidar una anécdota como esa… Lo bueno es lo que importa, no estés triste.

Contame lo que pasó anoche, cuando meditás se me hace borroso todo y no entiendo nada.

>Alguien me vino a visitar al lugar donde medito. En verdad se te hace todo borroso, porque cuando medito me gusta hacerlo sola, y tengo un lugar especial donde no dejo pasar a nadie. Por eso quedé sorprendida con la visita.

-¿Conocemos a esa persona?

> La apariencia que tenía era de una persona conocida, sí. Pero no estoy segura. Es alguien que de alguna manera tuvo “poder” como para entrar en mi meditación y hablarme, con la cara de esta conocida.

-Wow… ¿Quién es? ¿Qué te dijo? ¿Qué hiciste cuando te diste cuenta?

>Cuando me di cuenta se lo dije, que no creía que fuera la persona que estaba viendo, entonces

-¿Y qué pasoooo?

>ENTONCES decía… se transformó en otra persona, algo más familiar al paisaje donde estaba, pero seguía siendo una desconocida.

-Ok, es una mujer. ¿Te dijo su nombre?

>Es difícil de explicar si es mujer o no, en el planeta tierra sí, es mujer. En un plano donde se medita, las cosas son un poco confusas para ser explicadas con palabras de mortales. Si te sirve de referencia, tenía aspecto femenino. Me explicó algo así como si fuese una representante espiritual de la mujer que conozco en la tierra.

-Ah ok, me quedó clarísimo…

>Me costó entenderlo también, de hecho me dijo que esta mujer que conozco, podía llegar a recordar nuestro encuentro. No era un espíritu que la manejaba, sino como el mismo espíritu de esta persona, pero en otro nivel.

-Mhm…

>Me dijo que se llamaba algo así como Aierva.

-Suena a yuyo. Pero no conocemos nadie con ese nombre.

>Porque ese es el nombre del espíritu, no el nombre que le dieron en la tierra.

-Te das cuenta que cuando decís “en la tierra” te estás refiriendo al planeta ¿no?

>Jaja, sí. Lo tengo claro. Deberías ser la menos sorprendida de todo este mambo de Tierra – espacio – tiempo.

-Se, se, bueno. Lo que pasó después.

>Después me pidió que escriba todo esto que estaba viviendo, el diario este y que lo publique.

-No me gusta para nada esa idea, y me resulta re chocante que algo tan “espiritual” te haga un pedido tan banal. ¿Me vas a contar sobre el recuerdo de tu padre y las nubes plateadas?

>Me pareció extraño, pero bueno. Tampoco es que vino alguien que conozco a decirme que me ponga a escribir lo que pasó anoche. Lo tomo con pinzas.

-Ahá, sí. Contame lo que recordaste de tu padre, te puso un poco pálida.

>Cuando termine de estudiar, no es un tema agradable.

-Lo sé, y por eso estoy acá para ayudarte.

>¿Ayudarme?

-No puedo hacer más que escucharte, espero que eso ayude.

¿Yo sería el Yin o el Yang en tu vida?

>No creo que quiera darte cabida en esas posibilidades.