La plaza de Minawoods tenía forma de rotonda, en el centro se encontraban árboles y bajo su sombra algunas bancas para descansar. A su alrededor se encontraban numerosos puestos, principalmente de alimentos, nuestro querido príncipe buscaba a Frank y a Floralia; debía cumplir con sus encargos.
─ ¡Joven, joven! aquí encontrará la mejor fruta del pueblo, acérquese.
─Conmigo podrá cambiar esos harapos que trae por algo a su medida.
Vendedores bloqueaban el paso del chico.
─Erm… gracias, pero estoy buscando a Frank, podrían decirme ¿dónde le encuentro por favor?
─Argh… ─expresaron disgusto ambos comerciantes y señalaron hacia la misma dirección ─. En “el Búho Dorado” ─el chico les agradeció ─. No lo olvides… la mejor fruta ¡aquí!
─Ropa a tu medida, ¡conmigo!
─ De acuerdo, de acuerdo ─hizo una seña de OK con la mano, mientras se alejaba.
Encontró el local “el Búho Dorado” la entrada tenía la silueta de dicho animal, cubierta con cortinas negras; Raen entró dudoso. Había un mostrador junto con unos taburetes, detrás estaban anaqueles con cajas de diferentes tamaños, botellas con sustancias extrañas, espadas y otras armas de madera, entre otras cosas. También se hallaba una campana, la hizo sonar.
─ ¡HOOOT HOOOT! Bienvenido.
El chico sobresaltó, no se esperaba a una mujer de cabellos rizados muy largos, vistiendo armadura del imperio, más una máscara de búho y una capa con plumas de dicho animal, brincando de la nada.
─Bu-buen día… estoy buscando a Frank.
─HOOOT, pues me has encontraaado, ¿qué se te ofreeece?
─ ¿Eh? ¡¿Es usted?! ─se tapó la boca con las manos ─. Perdón, no esperaba que Frank fuera... una mujer.
─ Jajaja, Hoot-hoot pasa tooodo el tiempo ─removió la máscara de su rostro ─. Soy Franchesca Vitali… oooh, ¿pero a quién teneeeemos aquí? ─acercó su cara a de la del muchacho ─. El Niño Dragón, ¡Hoot-hoot!
─Por favor no me diga así, me llamó Raen. Don Viktor me mandó por esto ─le entregó la lista.
─Mnnn, lo que sea por don Viiiktor.
La señora comenzó a reunir todo lo que el chico necesitaba, se auxiliaba con sus poderes kivet de aire para cargar las cosas más pesadas.
─Debo decirte que, estás chiflaaaado amigo, HOOT.
<< ¿Chiflado yo?… no seré el único en esta habitación>>.
─Se te zafaron los torniiillos de la cabeza, ni siquiera los que podemos usar kivets peleaaaamos contra bestias poderosas como esas HOOT-HOOT, tampoco esos bobos caravaneeeros lo hacen.
─Lo sé, lo sé, pero no tuve alternativa.
─No te preocuuupes, si un dragón ataca este pueblo, habeeemos muchos usuarios kivet para protegeeerlos, hoot-hoot ─le daba unas palmaditas en el hombro, el chico solo asintió repetidamente ─. Hoot, esto es tooodo Raen, aquí está tu caaambio ¡Hoot!
─Muchas gracias ─levantó la caja y por poco la tira al suelo, estaba pesada, pero nada que no pudiera cargar ─. ¡Oh!, ¿podría decirme dónde encuentro a Floralia?
─ ¿Floraaalia? Mmmn tienes buen guuusto pequeño Raen, no es tan bella como yo, pero la encuentras enfreeente, Hoot. Solo siiigue el aroma, hoot-hoot.
─Le agradezco, hasta luego Frank.
─Adiós hoot, fue un guuusto platicar contiiigo. ¡Ah! y dile a ese bombón que veeeenga él la próxima vez.
─De acuerdo <<Jajaja, le gusta Don Viktor>>.
El chiiico continuó con sus debeeeres. Bueno disculpa disculpa, ya entendimos, Frank hablaba gracioso; prosigamos. Raen encontró el puesto de la chica, realmente olía exquisito, a pan recién horneado.
─Hola, tú debes ser Floralia, ¿cierto? ─le dirigía la palabra a una bella muchacha adolescente, portaba un paliacate para sujetar sus cabellos púrpuras, vestía una blusa acompañada de un corsé y una falda circular hasta las rodillas.
─Sí, tu eres… Mmmn… Raen, ¿verdad?
─ ¡Ah!, sí ─sonreía, era la primera vez que no le llamaban por su apodo.
─ ¿De cuál pan llevarás?
─Uh… Ingrid no especificó… Ummn… ¿surtido?, lo que alcance con esto ─le entregó a la chica todas las monedas que Ingrid le había dado.
─ ¿Estás seguro? ─mostraba una expresión de angustia.
─ ¿No es suficiente?
─No, no, no, al contrario, te llevarás medio puesto ─ambos rieron.
<<Pues ya sabemos que comeremos el resto de la semana>>.
Mientras sus kilos de pan eran embolsados, apareció el padre de la chica, el señor Oliver: estatura promedio, delgado, con patillas largas, con hoyuelo en la barbilla y sus cabellos púrpuras despeinados.
─ ¡Vaya vaya! ¿Quién ha sido tan generoso?
─Raen ─la chica lo señaló con la mirada.
─Oh, eres el niño que vive con Viktor.
─Así es señor. <<Pero fue Ingrid la generosa>>.
─Dime Oliver, y… déjame agradecerte con algo especial para ti… Ta-daah ¡un pan de dragón! ─el chico se quedó sin palabras, sonrió pero no sabía si tomar el gesto como una burla o no ─. Anda pruébalo, tal vez has comido este tipo de pan en otro lugar, pero te aseguro que como el que hace mi pequeña Flor, no hay ninguno.
─Yuum… tiene razón, es muy bueno.
─Muerde la pancita rellena.
─Mmmn-Hmmn, realmente delicioso, debería venderlos… ─tapó su boca con la mano. <<Rayos, por poco digo que los venda en Iskyla>> ─. Más caros, son inigualables.
─Jajaja, me agrada este chico.
Con las monedas que le sobraron de su primer encargo, decidió gastarlo en más pan de dragón. Con sus encargos completados, tomó asiento en una de las bancas del centro de la plaza para terminar de degustar su regalo.
<<Vaya, al menos hoy ha sido un buen día>>. Junto a él se sentaron un par de soldados con el afiche de cierta persona.
─ ¿Qué haces con eso? ¿Acaso no te enteraste de lo que pasó?, ese príncipe fue brutalmente derrotado por el emperador, ya no hay recompensa por él.
─ ¿En serio? Baah… pues qué bueno que su excelencia le venció, escuché que ese sujeto era un mocoso altanero.
─Sí, como todos esos caravaneros, esperan poder triunfar sobre nuestro emperador ─ambos soltaron carcajadas.
<<Uugh, solo cierren la boca de una buena vez>>.
─ ¿O tu qué opinas niño?
─Ummn… ¿de verdad creen que le podían ganar al príncipe?
Uno de los soldados le quitó lo que le quedaba de pan de su mano y el otro lo jaló hacia él.
─ ¿Qué dijiste mocoso?
<<Woops, parece que mis palabras no les gustaron>>.
─Digo, perdieron una gran oportunidad, con 100 millones ya no tendrían que trabajar por el resto de sus vidas, ¿No creen?
─Cierto ─aventó al chico hacia la banca.
─Podrían ir por la recompensa de sus hermanos, me parece que también es abundante.
De nuevo ambos soldados reían ─Estas loco, ¿ir contra el Rey de Iskyla? él nunca está solo.
─Además tiene una invocación gigantísima, invencible.
<<Sumammus no es invencible, yo ya lo he logrado. Aunque si es impresionante cuando le ves>>.
─El otro hermano, el líder de Aceres, tiene una fuerza abismal, fuera de lo común.
─Dicen que es tan fuerte que puede levantar un castillo con sus propias manos.
<<Pff, estos sujetos viven en la fantasía, es cierto que Bao tiene una fuerza absurda pero nunca ha levantado tal cosa>> ─. Imagino que dos soldados tan poderosos como ustedes les darán pelea.
─Escucha a este iluso, somos duros de roer, pero a diferencia de ti; nuestros cerebros sí funcionan ─le golpeó la frente con los dedos.
─Sí, no vamos por ahí enfrentando dragones sin poder utilizar kivets.
<<Cielos, fue mala idea la historia del dragón, nunca dejarán de hablar de ello>>.
─Toma, tú quédate con esto ─arrugó el afiche y se lo lanzó a la cara.
─Ese mocoso era tan perdedor como tú ─los soldados se marcharon mofándose.
Raen se llevó consigo el afiche y regresó a la posada. En el sótano estaba acomodando los suministros que había traído.
─Has vuelto, ¿Qué tal te fue? ─Viktor bajó por unos vendajes ─. Regresaste en una pieza, apuesto a que nadie te insultó o te golpeó.
─Mnnn ─solo se limitó a hacer una mueca de descontento.
─Aww, lo siento, ya tendrás mejor suerte.
─Por lo menos conocí a gente divertida. Don Oliver y Floralia fueron muy amigables… y Frank… tiene una forma de hablar muy… peculiar.
─Ciertameeeente, graaacias por el encaaargo ─los dos reían.
─Por cierto, su admiradora pidió por su presencia en la siguiente vez.
─Jamás, tú iraaás de por viiida ─seguía imitando a la señora búho, Raen no podía contener la risa, su semblante lucía más animado que los días anteriores.
En la noche, el chico estaba tendido en su cama viendo perdidamente su afiche arrugado. <<Ugh, este dibujo no se parece nada a mí>>. Fue entonces cuando lo notó… ─. ¡Aaah! ─colocó su mano en el pecho ─. ¡¿Cómo lo pude olvidar todo este tiempo?!… ¡No pude ser!
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