Desde que Tsubasa supo de la existencia de ese collar, se empezó a obsesionar con obtenerlo. Todo ese poder en sus manos le daría la oportunidad de dominar todo. De ser un líder absoluto. Lo necesitaba. Había dejado de pensar en otras cosas, sólo se encargaba de investigar ese collar, hurgando en las fotos familiares para ver si el abuelo lo traía colgado. Pero el viejo era listo, no aparecía en fotos con esa joya
-Maldito viejo, debiste descuidarte una sola vez…
Vió superficialmente una foto familiar antes de hartarse de la búsqueda. Necesitaba un trago y desahogarse un poco. Salió de su habitación y dió unos pasos. Bel estaba de pie en la puerta de entrada. Con tanta obsesión, se había olvidado de que ese chico estaba ahí. Estaban solos y él necesitaba un desahogo. Así que vió una oportunidad
-Voy a salir, Bel. Vienes conmigo hoy
El chico de la máscara asintió con la cabeza. Tampoco hablaba, era muy extraño para Tsubasa, pero como su padre no hacia preguntas, él no replicaba nada tampoco.
Bel conducía con esa mascara puesta, Tsubasa iba en el asiento trasero. En un sitio más o menos solitario, Tsubasa decidió detenerse. Frente a ellos había un hotel, pero parecía un hotel de los Yamaguchi
-Aquí está bien, Bel.
El joven se detuvo. Tsubasa salió del asiento trasero y se sentó en el de adelante.
-Necesito hablar contigo, Bel. Vas a venir conmigo
El joven tragó saliva. ¿Lo había descubierto? ¿Sabía que era él? No tenía idea, pero no le quedaba más que obedecer. Habitualmente, Tsubasa o el viejo Yamaguchi sólo lo usaban como chofer o vigilante de la puerta, no hablaban con él, solamente para pagarle o para pedirle que se retirara. No había otra conversación, era por eso que Kris, Bel para los Yamaguchi, estaba muy nervioso. Además, era la primera vez que estaba solo con el hijo del jefe. Sólo asintió con la cabeza y salió del coche, para abrirle la puerta a su jefe.
-Sígueme entonces –dijo haciendo una seña, caminando hacia el sitio
Bel asintió, sin decir palabra y después fue tras él, hasta llegar a una habitación, la más grande y lujosa del hotel. Era una habitación donde Tsubasa solía llevar mujeres o ir seguido a despejarse, por la vista que tenía.
El rubio se detuvo en la puerta de la habitación, después de todo, su trabajo solamente era quedarse de pie afuera de esta. Tsubasa le miró desde el marco de la puerta, aflojándose la corbata
- ¿Qué estás haciendo ahí afuera? Entra y cierra la puerta
El joven dudó, pero decidió obedecer. Entonces se quedó de pie dentro de la habitación, sin moverse del área de la puerta. Tsubasa se había quitado su saco y estaba subiendo las mangas de su camisa. Todo esto se veía muy extraño para el rubio.
Tsubasa volteó de nuevo, mirando de pie a ese chico. Arqueó una ceja y decidió acercarse a él, tomándole de las solapas de su chaleco, pero no de manera agresiva, más bien, sugerente
-Ven
Bel se puso muy nervioso. Estaba casi temblando, pero le siguió, Tsubasa lo guió a la cama y lo puso de pie frente a esta. No sabía que intenciones tenia, pero había preferido no hablar, nunca hablaba cuando estaba trabajando en ese sitio.
-Tus manos… -dijo el hombre, con una voz muy dominante. Tomó una de las manos del rubio y la acarició un poco- ¿Eres extranjero, o me equivoco?
El rubio asintió con la cabeza solamente.
-No me vengas con que no hablas japonés, si lo hiciste muy bien la primera vez que nos vimos, con acento, pero se entendía perfectamente… -la otra mano de Tsubasa tanteaba el cuerpo del rubio, su cintura, espalda, abdomen. Ahí fue cuando Bel se dio cuenta de lo que Tsubasa quería con él. Si, era un hombre muy lento
-Quiero que te quites la máscara. Esto no va a ser interesante sin ver tus expresiones
Bel sudó frío. No sabía cómo evadirlo. Era la primera vez que tenía ese tipo de roce con un hombre, el rubio nunca se había sentido atraído de esa manera por los hombres y esa situación era muy incómoda y traumática para él. El maldito hijo del jefe estaba tocándolo y no podía hacer nada, ni siquiera podía hablar porque no quería hacerlo. Solo se quedó ahí de pie.
Tsubasa tiró del brazo del rubio, para acercarlo a su rostro. Notó que estaba nervioso y eso le hizo sonreír de medio lado. Parecía un tipo de rostro bonito, tenía que saber cómo era, pero seguro le diría a su padre, así que prefirió solo jugar un poco con él, por ahora.
-Ni siquiera así te atreves a hablar… que interesante…
El tirón de su mano se convirtió en un agarre más fuerte, de un momento a otro, Bel estaba en la cama y Tsubasa sobre él. El rubio no dijo nada, estaba completamente en shock. No sabía qué hacer, no sabía si quitárselo de encima y salir corriendo, si dejar que pasara lo que tuviera que pasar. Tsubasa se acercó más a él y Bel solo cerró los ojos por debajo de su máscara.
El yakuza levantó su máscara, solo lo suficiente para dejar su boca al descubierto. Rozo sus labios con los del rubio, una de sus manos sostenía las muñecas del joven, la otra separaba las piernas de éste. Sin embargo, Bel seguía sin decir ni hacer nada, se sentía acorralado.
-Qué bonito eres… -dijo sobre los labios del rubio, lo tenía tan cerca y deseaba hacerlo suyo en ese momento, maldita sea la hora en que su padre decidió proteger a ese chico. Su rostro bajó hacia su cuello, respirando un poco sobre él y dándole un par de besos en este, le alegró que ya no usara ese ridículo collar, le hubiera estorbado-
-Ah…
El rubio hizo un pequeño sonido, un suave gemido. Eso fue suficiente para que el joven lo soltara y se quitara de encima
-Perfecto, por fin te hice decir algo
Tsubasa se puso de pie y como si nada hubiera pasado, fue hacia la enorme ventana de la habitación, observando el paisaje. Estirándose un poco
-Vengo aquí a ver el cielo y a dormir porque el ruido de casa me molesta. Pero tenía mucha curiosidad de ti, sin embargo, así de asustado, aunque me es divertido, me va a parecer tedioso las siguientes ocasiones. Al menos te hice hablar
Bel se sentó en un rincón de la cama y se acomodó la máscara como pudo, luego se puso de pie, dando largos pasos hacia la puerta. Luego, sin saber de dónde sacó valor, le dijo con la voz más firme que le salió
-Y-yo me tengo que ir…
Y acto seguido salió de esa habitación, casi corriendo. Una vez fuera del hotel corrió, corrió demasiado. Sentía que el corazón se le iba a salir del pecho. ¿Se sintió tan idiota y débil en ese momento, él no era así, pero que podía hacer? ¿Qué tal si lo asesinaba? No podía quitarse esa sensación del cuello, de sus manos, se sentía raro. Entonces tropezó con alguien en su carrera
-¡OYE IDIOTA! FIJ-- -el hombre miró al rubio- ¿Kristoff?
-Toshi…
- ¿Y esa máscara? Qué tienes? …
Kris no dijo nada y abrazó al joven, Toshi pudo sentir como temblaba. Correspondió su abrazo y trató de hacerlo sentir mejor
-Kristoff… cálmate… ven, vamos a mi casa, ¿sí? …
-Perdóname, Toshi…
Tsubasa seguía de pie frente a la ventana, con una sonrisa ladina. Ya había tenido la oportunidad que quería con ese chico, la siguiente vez lo iba a hacer, aunque el otro no quisiera, pero esa seria hasta que su padre dejara de tenerlo como protegido.
En su mente vagaban los sucesos que acababan de ocurrir, sentir esa piel tan blanca sobre sus labios era increíble, nunca había tocado a un extranjero, tenía un aspecto tan bonito para ser un chico, tenía un cuello tan hermoso…
…el collar….
…ese chico usaba un collar y en ese momento no lo traía puesto…
Un flashback de las fotos que había visto en la mañana surgió, recordó la última foto que había visto, una foto familiar donde estaba el abuelo. El viejo tenía en su bolsillo ese collar y salía un poco de este.
El maldito collar era igual al que ese chico rubio traía puesto cuando lo conoció
ESE MALDITO Y HERMOSO RUBIO ERA EL LADRON
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