“¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué precisamente hoy y en este momento? Me había hecho a la idea de que Yedaky tenía a otra persona, pero presenciarlo es distinto, sentí algo romperse, Arsen está siendo muy cruel al tenerme aquí, quiero irme”
Miila no pudo moverse por la orden de Arsen, por lo cual sólo se limitó a bajar la mirada y dirigirla a otra dirección.
- ¡No te he dicho que puedes mirar a otro lado! - Se acercó Arsen golpeando la cerca para sacar a la chica de sus pensamientos.
-Quiero sentir que me miras, si no lo haces te obligaré a gritar para darme ánimos- Le dijo sacando su brazo a través de la cerca para alcanzar la mejilla de Miila.
-¿Cuánto tiempo vas a continuar fastidiando? Ya he accedido a ser tu novia, pero lo único que haces es jugar conmigo.
Arsen sonrió burlonamente al escucharla y la acercó a su rostro. -¿Finalmente me estas pidiendo que sea bueno? Puedo ser muy cariñoso si quieres.
Al mismo tiempo, en la tienda de flores, el señor Gary, luego de encontrar inconsciente a la abuela de Miila, intentó comunicarse con ella, sin recibir respuesta de su teléfono. Al ver que la mujer no reaccionaba a sus palabras, la subió a su camión y se dirigió a la siguiente ciudad donde estaba el hospital.
Luego de terminar el partido, Arsen obligó a Miila a acompañarlo a su casa, tras haber escuchado la queja que la joven le había hecho, él estaba pensando en finalmente retomar lo que dejó pendiente la ocasión que la acorraló en la escuela. Los padres de Arsen se habían ido a trabajar a la ciudad y le habían dejado la casa, situación que el muchacho aprovechó.
-Voy a tomar un baño-. Le dijo a la chica luego de cerrar la puerta detrás de ella con llave. -Quiero que tomes algo de la cocina y me prepares la cena, debe estar lista para el momento que salga de bañarme-.
Miila no dijo nada, provocando que Arsen se molestara.
-Creo que sigues sin entender lo que está pasando, espero empieces a entenderlo, no quiero obligarte de otra manera-. Le dijo alzando la voz mientras la sujetaba con fuerza de los brazos.
Alejándola de él, el joven se quitó la camiseta dirigiéndose al baño, dejando a Miila sola en medio de la sala. La joven intuía con claridad lo que Arsen estaba pensando hacer luego de bañarse, había observado el momento en el que había llevado la llave de la puerta consigo. Entrando a la cocina, empezó a buscar lo necesario para preparar algo de cenar.
Pasó un rato hasta que Arsen salió de bañarse, de inmediato se dirigió a la cocina y abrazó a Miila por la espalda. Su actitud era un poco más cariñosa pues estaba seguro de que la chica no tendría más opción que aceptar todas sus acciones. En el momento que él joven estaba por empezar a acosarla, alguien tocó la puerta con insistencia, temiendo que Miila intentara huir, rápido la empujó hasta su habitación, le exigió permanecer callada y esperarlo pues ante la situación era un hecho que pasaría la noche con él.
El joven cerró la puerta dejándola encerrada, Miila ya no tenía ninguna intención de resistirse, después de todo, estar con Arsen era la manera en que ella podía arreglar su situación y permanecer cerca de su abuela. Sin decir nada, se sentó en la cama y luego de unos segundos se recostó, su mente estaba llena de imágenes de lo que había vivido los días anteriores a ese, pero, sobre todo, del momento en el que Yedaky dijo que no sentía ningún interés en ella.
-¿Por qué me afecta tanto lo que pasó? No nos conocemos, no debería importarme lo que haga Yedaky-
Cuando estaba quedándose dormida, escuchó un pequeño golpe en la ventana, pensando que quizá se trataba del viento, ignoró el ruido, pero después de un momento, un segundo golpe finalmente llamó su atención.
Llevada por la curiosidad, la chica se acercó y abrió la ventana con cuidado de no hacer ruido.
- ¿¡Yedaky!? ¿¡Qué haces aquí!?- Exclamó Miila conteniendo su sorpresa pues no quería alzar la voz.
Sin darle oportunidad de reaccionar, Yedaky se apresuró a entrar a la habitación.
- ¿Qué hago aquí? - Le murmuró - ¡Es obvio! ... ¡Respondo al juego de ese infeliz, yo también puedo seguirte y vine para sacarte de aquí! -.
-No lo entiendes-. Le respondió Miila con un tono desanimado. -Si no me he escapado es porque no quiero hacerlo, no tengo otra opción más que aceptar a Arsen, porque tú...- Se detuvo en esa parte, pues recordó lo que Yedaky estaba haciendo cuando le vio en la escuela coqueteando con otra chica.
Yedaky se quedó mirándola, provocando que la joven intentara evadir su mirada directa.
-Pues yo no quiero que estés con él- Le dijo agarrando su barbilla para obligarla a mirarle de frente. -No quiero que ese patán te toque-. Añadió mirándola a los ojos.
Miila se sorprendió y sonrojó un poco, pero luego su expresión cambió de nuevo a una más triste. -Arsen no va a detenerse, aún si escapo ahora, es seguro que irá a buscarme y las consecuencias pueden ser peores-. Murmuró bajando la mirada.
-Ese tal Arsen no va a molestarnos por ahora, le di un buen golpe y...-
De pronto un ruido se escuchó e interrumpió el momento, alguien se acercaba a la habitación.
-No voy a obligarte a nada, pero-. Dijo Yedaky apoyándose para salir por la ventana. -Si escapas ahora, te prometo que no me separaré de ti, ese tipo no volverá a molestarte, pues se las verá conmigo-. Insistió al mismo tiempo en que extendió la mano hacia Miila.
En el momento que Miila extendió la mano en respuesta, pudo notar una mancha en el pecho de Yedaky, la herida seguía ahí, sintiendo temor por lo que había pasado antes entre Yedaky y Arsen, dudó de aceptar pues no quería que esa escena se repitiera.
-No puedo hacerlo. – Murmuró la chica clavando la mirada en la mancha que apenas se asomaba en la camisa de Yedaky. -Arsen podría lastimarte gravemente y yo no podría permitirlo–
Yedaky sonrió y entró nuevamente a la habitación, cargando a Miila para salir ambos por la ventana, cayendo torpemente por el desequilibrio que le ocasionaba el peso de Miila en sus brazos, Yedaky se puso de pie sin dejarla caer. Desbordando adrenalina al escuchar el sonido de la puerta de la habitación abriéndose, apresuró sus pasos para salir rápido del jardín de la casa de Arsen y correr con todas sus fuerzas para perderse entre las calles.
La chica estaba sorprendida y sonrojada por lo que estaba ocurriendo, temiendo por las posibles consecuencias de haber escapado, se quedó quieta para permitir que Yedaky tomara el control de la situación al menos hasta que estuvieran lo bastante lejos para considerarse a salvo.
Luego de un rato, Yedaky finalmente puso a Miila en el suelo.
- ¡Fue una tontería! ¿Por qué lo hiciste si no te había respondido? - Le reclamó la joven con nervios.
-Tu mirada respondió por ti, tú no sientes nada por ese tipo-. Le dijo Yedaky sonriendo en respuesta. - ¿Qué harás? ¿Vas a golpearme? ¿O vas a cuidarme como respuesta a haberte salvado de nuevo? -Añadió en un tono aliviado y bromista, pues parecía haber estado bajo mucho estrés al pensar que Miila estaba encerrada en la habitación de la casa de Arsen.
-No voy a golpearte-. Replicó Miila sonrojada y en un tono molesto. -Ya noté que sigues cargando esa herida abierta que no ha dejado de manchar tu ropa. Lo último que haría sería aumentar tus preocupaciones-
-¡Oh! ¿Te refieres a esto? - Respondió Yedaky levantando su camisa para ver los vendajes manchados debajo. – Casi no me duele y ya aprendí a hacerme el vendaje mirando como lo hiciste la última vez, pero... aceptaría con gusto tus cuidados y compañía nuevamente-
Miila volteó a verle, haciendo una expresión de molestia.
- ¿Por qué no vas y le pides a la chica con la que estabas en la escuela que te cuide? –
Yedaky se le quedó viendo, como conteniendo una carcajada.
- ¡Es increíble! ¡Lo sabía! Por eso me arriesgué a venir a buscarte-
Miila se quedó en silencio sin quitarle la mirada de encima.
- ¡Estás celosa! - Le exclamó Yedaky.
La chica se sonrojó, pero no contuvo su respuesta.
-¡Tú también lo estás! ¿! ¿¡Por qué razón querrías sacarme de la casa de Arsen teniendo tan buenos gustos y tantas opciones como habías dicho!?-
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