"Me resultó bastante extraño que Yedaky se fuera... ¿Habrá tenido alguna diferencia con mi abuela? El señor Gary luce tan calmado, juraría que nada ha cambiado. Incluso Arsen dejó de aparecer cerca de la tienda de flores, sin embargo, han pasado dos días y esta paz es inquietante, como si inesperadamente algo fuese a ocurrir de pronto...
Yedaky... ¿Decidiste romper tu promesa tan pronto? ¿Te habrá molestado mi actitud de aquel día? Este silencio me mata... Si tan solo tuviera una manera de saber que te encuentras bien"
No muy lejos de la pequeña ciudad donde vivía Miila, Yedaky se encontraba de vuelta en la misma casa de la cual había salido con la idea de no regresar.
-¿Qué estoy haciendo? - Se dijo alzando la vista para ver la inmensidad de la residencia que tenía delante, su cuerpo temblaba y la calma desaparecía conforme se acercaba. Recuerdos del día que salió azotando la puerta e ignorando los gritos que le exigían quedarse se hicieron presentes, provocándole una crisis.
-No quiero entrar... Realmente no quiero hacerlo - Siguió diciéndose mientras sujetaba con fuerza su cabello con las manos sobre la cabeza en señal de estrés.
De pronto, un hombre vestido con un traje salió de la residencia, deteniéndose al ver que alguien estaba afuera, lucía desconcertado y mantenía su vista fija como examinándole.
-¿Yedaky? ¿Eres tú?-
Yedaky apretó los puños y respondió afirmando lo que el hombre acababa de preguntar.
-Sí, papá, soy yo-
Su temor por reencontrarse con su familia le hizo perder dos días enteros en un hotel ya que no sabía de qué manera reaccionarían al verle.
- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué te pasó en el cabello? -
Yedaky esquivó la mirada de su padre y bajó la cabeza como reacción inconsciente.
-No quiero hablar contigo, a quien vine a ver es a mamá-
El hombre se quedó callado unos segundos -Tu mamá está en la mansión desde hace 2 meses - Le respondió frotándose la frente y manteniendo una expresión de fastidio – Se le metió a la cabeza de nuevo la idea de que su misión en la vida es aprender todo acerca de esa casa y no he podido hacerla volver-
-Necesito hablar con ella-. Insistió Yedaky.
- ¿Ya recapacitaste? ¿Piensas regresar a tomar tus obligaciones y vas a disculparte con ella? -.
Yedaky se acomodó el cabello peinándolo hacia atrás para luego regresarlo a la normalidad en un intento por mantener su actitud altanera delante de su padre -Sólo llévame a la mansión-. Le respondió con un tono exigente.
-Tengo trabajo que hacer hoy, no creas que estoy a tu disposición para complacer tus insolencias-
-En ese caso, iré por mi cuenta, no hay nada que me interese aquí-
El padre de Yedaky se acomodó el cuello de la camisa y pasó saliva, como intentando contener su enojo ante la actitud de su visitante.
-Sube al auto, de todas maneras tenía pensado visitar a tu madre-.
Ambos se dirigieron a la mansión mencionada en un auto de lujo color negro. La mansión estaba a unos 40 minutos de la casa donde habitaba su familia. Una vez ahí, Yedaky bajó del auto dejando atrás a su padre para encontrarse con su madre, quien estaba leyendo un libro, sentada en una banca de piedra en el jardín.
- ¿Yedaky? ¿De verdad eres tú? -. Preguntó la mujer quitando la atención del libro. -Que sorpresa que estés aquí, creí que no volvería a verte luego de la discusión que tuviste con tu padre-. Dijo levantándose para darle un fuerte abrazo e invitarle a sentarse con ella -¿Han venido juntos? Entonces ¿Ya hicieron las pases?-
-Madre, tengo que pedirte algo muy importante- Le dijo Yedaky ignorando su pregunta.
Al estar frente a su madre, su actitud cambió a una mucho más dócil, con algo de inseguridad, comenzó a contarle acerca de lo que había pasado las últimas semanas, omitiendo su herida en el pecho y su intento de suicidio, dejó de lado todo detalle de esos sucesos, para luego llegar al punto donde tocó el tema acerca de la compra de la casa donde vivían Miila y su abuela.
- ¿Hiciste algo con esa muchacha? ¿Por qué querrías comprarle una casa? ¿Tu departamento no es suficiente para que puedas responsabilizarte de tus actos? -. Se acercó el padre de Yedaky, interrumpiendo la conversación.
- ¡No! No es eso... Sólo, siento la necesidad de hacerlo... ella ha sido muy amable conmigo y deseo ayudarle ahora que está en problemas- Exclamó Yedaky mostrando una faceta bastante frágil ante sus progenitores.
-Lo único que pienso es que se te ha metido en la cabeza, seguramente esa chica sólo busca beneficios de su relación-. Replicó el hombre mientras estaba recargado en la pared de la casa y mirando de frente la banca donde estaban Yedaky y su madre.
- ¡Ella ni siquiera está enterada de quien soy ni de que estoy aquí con ustedes, no me ha metido ninguna idea en la cabeza y no tenemos una relación de ese tipo! ¡Estoy aquí por voluntad propia, papá! -. Exclamó en respuesta apretando el puño. -He cometido demasiados errores en mi vida... y por una vez quiero seguir lo que me dicta mi corazón... hacer algo por alguien más... Pero esto es algo que no puedo sin ustedes... Necesito su apoyo y aprobación para hacer esto-.
Los padres de Yedaky se quedaron viendo uno al otro mientras Yedaky estaba haciendo un esfuerzo por permanecer en calma.
-Por favor... Necesito comprar esa casa- Les dijo casi en súplica.
-Me parece una locura lo que estás por hacer... Pero-. Dijo la mujer alzando la vista para ver la mansión. -Esta mansión fue un regalo a alguien de nuestra familia en el pasado, tal vez heredaste la naturaleza de hacer lo mismo para alguien a quien consideras especial -Le dijo con una expresión tranquila mientras cerraba el libro que estaba leyendo y lo colocaba sobre sus muslos.
-Por desgracia no tenemos suficiente dinero libre para realizar esa compra sin pedirte nada a cambio- Añadió la madre de Yedaky.
Yedaky se puso de pie y miró a sus padres con determinación.
- ¡No les he pedido que me regalen el dinero, voy a pagarles cada moneda del costo de esa casa, mamá, papá, confíen en mí, por una vez, de verdad quiero hacer esto! -.
-Parece que por fin estás madurando. Tendré que poner las condiciones y las cartas sobre la mesa si quieres que te haga el préstamo-. Respondió su padre. -Seguiré pagando tus colegiaturas, así que no dejarás por ningún motivo la escuela. Tendrás que trabajar para pagar los gastos que genere tu nueva casa además de los imprevistos que surjan.
Luego de decir esto, se detuvo cruzando los brazos, manteniendo la espalda recta y el mentón en alto delante de Yedaky
-Independientemente de la relación que tengas con esa chica, tendrás que dejar tu departamento, ya que lo venderé para cubrir parte del préstamo y disminuir tu deuda, esas son las condiciones-
-Me parece bien, apoyo a tu padre en esas condiciones- Afirmó la madre de Yedaky.
Dejándose llevar por la emoción de ver que sus padres accedieron, Yedaky aceptó las condiciones con gusto, tenía total seguridad de lo que estaba decidiendo.
- ¡Hoy mismo desalojaré el departamento, trabajaré lo necesario sin dejar de atender la escuela, voy a poner todo mi empeño en demostrarles que pueden confiar en mi nuevamente! - Exclamó.
-Temía que la historia de la chica en problemas y tu inesperada generosidad fueran una excusa para seguir financiando tus absurdos hobbies, sin embargo, esta vez estoy seguro de que estás diciendo la verdad... Además, no creo que seas capaz de mentir frente a tu madre después de todo lo que pasó- Concluyó el padre de Yedaky.
Luego de decir esto, sacó una chequera de su traje y se la entregó a su esposa junto con una pluma.
La madre de Yedaky escribió la cantidad y firmó el cheque para entregárselo a Yedaky.
-Voy a confiar en ti, espero tu plan con esa chica resulte como esperas. Si no es así, no dudes en cambiar tu opinión, todos podemos cometer errores y no voy a juzgarte por la decisión que has tomado siguiendo a tu corazón-.
-Te lo agradezco, madre-
Luego de tomar el cheque y guardarlo en el bolsillo de su pantalón, Yedaky corrió con rumbo a la entrada principal de la mansión sin despedirse apropiadamente, los nervios le tenían temblando y lo único que quería era salir de ahí.
-¿Por qué accediste sin preguntarle nada?- Preguntó la mujer a su esposo.
El hombre caminó en dirección a la entrada principal y respondió sin mirarla.
-Quiero que le quede claro que no le guardo rencor-.
Cuando Yedaky se alejaba de la mansión corriendo por la acera, su padre le alcanzó en el auto. Sin decirle nada abrió la puerta del copiloto desde adentro para indicarle que subiera.
-Voy a llevarte a la central de autobuses, no veo que tengas intenciones de esperar a mañana para ver a esa chica, ¿verdad? -.
Yedaky se limitó a sonreír como respuesta, subió al auto, se colocó el cinturón de seguridad y apoyando su codo en la ventana posó su barbilla sobre la mano. -Si te dijera lo que siento por ella, seguro me dirás nuevamente que se trata de una locura-.
El hombre siguió conduciendo con la mirada enfocada en el camino. -Cuando decidiste irte, tu madre me pidió no detenerte, ella aseguró que una vez que te fueras y empezaras a vivir por tu cuenta, en algún momento volverías-. Sonrió levemente.
Al mismo tiempo, la madre de Yedaky pensaba en voz alta manteniendo el libro que estaba leyendo, en sus manos.
-Si esa chica es el motivo de que te atrevieras a venir a buscarnos, ten por seguro que ya me siento agradecida con ella- Murmuró observando las flores de su jardín.
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