Al reconocer a su hermana, Miila se aproximó a ella, dejando al perrito en el suelo. Yedaky estaba dándole la espalda, al parecer no se había percatado de su llegada.
-¿Tampoco puedes dormir?- Se acercó saludando.
Su hermana volteó a verla, sin ninguna expresión en su rostro, para luego girarse y mirarla, manteniendo su mano aferrada a la cerca que impedía que cayeran del edificio.
-¿Necesitas decirme algo?- Respondió.
“Está molesta… y mucho” Pensó Miila comenzando a sudar, al quedarse sin palabras, la chica se adelantó a responder por ella.
-Si no piensas decirme nada, entonces me iré-
-¡No! ¡Espera… Es por lo de hoy ¿Verdad?- Dijo Miila con torpeza –Yo no quería mudarme… pero, no tuve alternativa… verás, el general Tachi, bueno él-
Yedaky puso su dedo índice sobre los labios de Miila para hacerla callar –Cállate, no me importa lo que hagas ni las excusas que tengas- Le respondió tomándola del rostro y acercándose al punto de mirarla directo a los ojos y bastante cerca.
-Eres una mentirosa, hermana-
-¿¡Qué!?- Exclamó Miila cada vez más nerviosa –Yedaky… has estado actuando bastante rara desde hace días… ¿Qué te sucede, hermana?-
-Tú solo deja de mentirme… Sé que aún me tienes miedo… Pero no te haré daño ¿De acuerdo? –Susurró la chica al oído de Miila para luego besar las cicatrices sobre su ojo
-¿Mentirte? ¿Cuándo te mentí? No entiendo nada de lo que dices, hermana yo-
-Cállate, hermanita- Volvió a interrumpirle ella.
-¡No! ¡Basta! ¡Tú no eres asi! Yedaky ¿Qué te está pasand-
En ese momento, Yedaky se separó y la golpeó en el abdomen con su rodilla, haciendo que Miila perdiera el aliento y cayera al suelo intentando recuperarse.
-¿Ves lo que has provocado? Yo no quiero lastimarte… Pero eres demasiado terca- Le dijo Yedaky poniéndose de rodillas y abrazando a Miila que intentaba respirar con normalidad –No juegues con mi paciencia, hermanita...- Añadió acariciando su cabello mientras la tenía recargada contra su pecho –Podría herirte de verdad-
La chica no pudo responder, estaba sofocada por la fuerza del golpe que había recibido, apenas pudiendo pronunciar su nombre de pronto perdió la consciencia.
-Hermana…- Dijo en medio de una oscuridad en la que solo se escuchaban los ladridos de su perro a lo lejos, la oscuridad se dispersó al abrir los ojos.
-¿D-dónde estoy?- Preguntó mirando la cama desde una perspectiva de altura -¿Estoy flotando?- Insistió intentando despertar por completo, se percató de que ya era de mañana.
-¡¿Qué!? ¡¿Qué es esto!?- Gritó exaltada y moviéndose para intentar zafarse, unos brazos mecánicos la llevaban por el aire.
-¡AH! ¡Bájame, bájame!- Decía manoteando mientras la pantalla la sacaba del perímetro de la cama rumbo al baño –¡Juhan! ¡Haz algo!-
Sin poder hacer nada, la chica fue llevada en medio de gritos hasta el baño, donde la máquina le quitó la pijama y encendió la regadera, los gritos de Miila exigiendo que la máquina no la tocara despertaron a Juhan.
El joven se rascó la mejilla y se ruborizó al escuchar la descripción que Miila hacía en medio de sus gritos “¿Esto será todas las mañanas? Creo que puedo acostumbrarme”
-¿¡Acostumbrarte!? ¡¿Entonces hiciste esto a propósito!?- Gritó Miila saliendo del baño envuelta en una toalla y sus lentes oscuros puestos.
-¡Ah, no! ¡No me malentiendas, Miila!-
En ese momento, Enya se encontraba afuera, alarmada por el escándalo abrió la puerta. Topándose con Miila intentando ahorcar a Juhan y su perro ladrando a unos pasos, en una escena que fácilmente podría ser sacada de contexto, pues la chica estaba encima de él.
-Juhan ¿Con quién estás…hablando?- Se quedó sorprendida Enya al verlos.
-¡Enya!- Exclamó Juhan –¡Esto… yo, no es lo que parece!
Ambos se quedaron paralizados por la bochornosa situación.
-Yo solo… vine a despertarte, eres malo para levantarte temprano… pero… veo que esa acción estuvo de más ahora que te asignaron a una nueva compañera-
-¡No! ¡Enya, espera!- Gritó Juhan incorporándose de inmediato luego de que Miila se separó de él, para entonces, la chica ya había cerrado la puerta y se había alejado unos pasos del departamento.
Una alarma sonó en la pantalla que había sacado a Miila de la cama
-Maldición… era una alarma… creo que esto fue mi culpa- Se dijo Miila entrando de nuevo al baño para terminar de ducharse, al salir se secó el cabello y caminó a la puerta.
-Quédate aquí y cuida la casa- Se dirigió a su mascota que al escucharla se quedó sentado en la cama.
Miila salió de la habitación, encontrando a Juhan sentado a un lado de la puerta, ella se disculpó y se sentó a su lado intentando consolarlo.
-Juhan, lo siento, no quería causarte problemas-
-4 años, Miila… He pertenecido al nivel 1 por 4 años, Enya había aplazado su ascenso para ayudarme a entrenar y ascender juntos- Le dijo casi llorando –Enya es mi única amiga y ahora siento que lastimé sus sentimientos-
Miila no supo que decir, más que disculparse una y otra vez, cuando se disponía a ir en busca de Enya, una voz en el edificio los mandó llamar a la oficina del jefe de área.
-Miila, Juhan, tengo órdenes del general Tachi de llevarlos a su misión asignada-
-Si- Respondieron en coro.
Alistando su equipo en el área de municiones, ambos se prepararon y subieron a la nave pilotada por un agente asignado. Que una vez cumpliendo su tarea de dejarlos a salvo en la isla, se retiró esperando la indicación de regresar por ellos una vez completada la misión.
-Juhan… de verdad quiero arreglar lo que hice- Insistió Miila sacando a relucir el tema.
En ese momento, un rugido los alertó a ambos, alertas, sacaron sus armas de mano.
-Olvida eso por ahora, necesitamos rescatar ese hámster- Le dijo Juhan con una acititud decidida.
Comments (3)
See all