Era medio día, Raen terminó de limpiar y cubrir sus heridas, bebió su brebaje de mala gana y se marchó a su habitación a dormir el resto del día. Unos minutos más tarde, se abrió la puerta de la posada.
─ ¡Raen! ¿Dónde estás?… me hiciste millonario, wuuuu ─Rozen tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Toda la pandilla entraba llena de alegría, estaban emocionados por lo ocurrido. No paraban de hablar, decían cosas como: fue maravilloso, debiste ver las caras de los soldados, etcétera. El torneo había finalizado y el chico había sido el centro de atención y tema de plática durante el resto del evento. Querían verle y contarle el resto del torneo.
─ ¿Dónde está tío?
─ ¿Se encuentra bien? ─preguntaba Floralia.
─No, no se encuentra bien. Está durmiendo, si es que se puede con su escándalo ─Viktor seguía molesto ─. Si ustedes están aquí, significa que el torneo ha terminado y los malheridos vendrán por asistencia. Si no tienen algún asunto médico, les pido que se marchen.
─Don Viktor me quedaré a ayudarle.
─Te lo agradezco, pero no es necesario Elyon. Ingrid y yo podremos con los pacientes de hoy. Los mineros tienen el resto del día libre, deberías pasarlo con tu hermano.
Así se hizo, las personas que no tenían heridas se marcharon, los soldados que habían participado en el torneo fueron llegando para ser curados. La plática seguía siendo la misma, el curandero se limitaba a su trabajo y decir que no aprobaba las acciones del chico. Terminado su deber Ingrid y Viktor comi-cenaron.
─Tío, ¿de verdad no va a curarle?
─No, todos escucharon que no lo haría y no lo haré.
─Pero tío debe tener heridas internas, fue brutal el último asal…
─Dije que YO no lo haría, no que nadie más podría ayudarle ─el rostro de la chica se llenaba de felicidad ─. Ya viste lo que hice para las otras víctimas de Marlon ─le entregó un brebaje, la chica preparó una bandeja de comida y se dirigió a la habitación de su amigo.
─Raen, ¿estás despierto?, voy a pasar… ¡Wow! ¿Qué le pasó a tu puerta?
─Mnnn… la perilla se cayó ─se sentaba sobre su cama con dificultad.
─Mmn-hum, con todo y trozos de madera ─el chico solo sonreía inocentemente ─. Todo el pueblo sigue hablando de ti. Fue increíble, lo hacías ver como si fuera algo muy fácil. Yo tuve miedo, felicidad, angustia, miedo, alegría, terror… fue horrible. No lo vuelvas a hacer, por favor.
─Jejeje, de acuerdo ─estaba comiendo mientras escuchaba al a chica. Ingrid comenzó a cambiar los vendajes del chico ─. ¿Qué haces?… don Vik se va a enojar contigo.
─Tranquilo, resulta que acabo de asistir a los otros sujetos que fueron golpeados y electrocutados por Marlon.
─Oh… lo aprecio mucho, recuérdame que te debo una.
─Sí, una grande.
•◊◊◊•
Al día siguiente, Raen debía ir a las minas. Estaba en mala condición, con dificultad se podía mover y cojeaba de una pierna. Se levantó más temprano para llegar a tiempo a su trabajo. Al salir de la posada le estaban esperando sus amigos.
─Hey, Hola, ¿qué hacen aquí?
─Don Vik no nos dejó verte ayer ─dijo Leo.
─Dijo que estabas en malas condiciones ─agregó Isaac.
─Así que decidimos venir a ayudarte ─añadió Rozen.
─Parece que la necesitarás ─Jethro le daba unas palmaditas en la espalda.
─Siiii, me duele todo, es peor de lo que se ve.
Jethro cargó a Raen para llegar más rápido a las minas, Rozen seguía feliz de haber apostado a favor del príncipe. Gracias a eso, ellos ya habían gastado gran cantidad de sus ganancias en ropa nueva y en una gran cena para todas las Calaveras Estridentes. Le contaron que Marlon ganó los cinco encuentros con facilidad. Luego le preguntaron si podría enseñarles a hacer lo mismo.
─Sí, ese fue el principal motivo por el que lo hice. Aunque tendrán que esperar unos días, a que sanen mis heridas, en esta condición no puedo enseñarles mucho. Además… estoy castigado ─los demás soltaron una carcajada. Jethro preguntó sobre su castigo ─. No va a curarme… también, debo regresar a la posada después del trabajo sin distracciones. No puedo estar con ustedes, yo tengo que hacer la limpieza final de cada día en la posada y lo peor… ¡me quitó el pan de dragón!… Aaaawwwng, todo por una semana.
─Pero puedes comprarle a mi Flor pan sin que te vea don Vik ─decía Rozen.
─Le prohibió vendérmelos ─sus amigos no paraban de reír, les sorprendía ver a Viktor de esa manera.
Los muchachos llegaron a las minas, cuando los demás vieron a Raen, se acercaron a su alrededor, algunos estaban asombrados por sus logros, mientras que otros pensaban lo contrario.
─El torneo terminó ayer, si ya vieron su rotación y no quieren horas extras ¡pónganse a trabajar inmediatamente! ─Melchior regañaba desde temprano, era muy estricto con el reglamento de las minas. Rápidamente todos se marcharon a sus posiciones de trabajo ─. Hmph, no creí que el señor Viktor de verdad no sanaría las heridas del mocoso.
─Ciertamente, señor ─Sennet contestaba a Melchior.
─Sr. Sennet, me reuniré con los generales toda la mañana, vigile a Raen, y mantenga el orden en mis minas. No quiero que sigan hablando de lo sucedido.
─Sí señor, así será.
En la rotación matutina la neblina tóxica estaba en menor cantidad, por lo que los mineros laboran en lo más profundo de las minas. Conforme avanza el día se iban recorriendo por los túneles hasta que quedan muy cerca de las salidas de éstos. En esta ocasión Isaac y Raen quedaron juntos.
─Mi parte favorita fue cuando le quitaste la kivet al Comandante Gahiji, jaja, no me lo esperaba, mocoso ─decía emocionado el guardia que custodiaba al par de muchachos.
─Cuando saliste del humo y aventaste a Paolo, su cara fue lo mejor, bwaaah ─Isaac imitaba al soldado burlándose.
─Mi momento favorito fue cuando Marlon pateó tu trasero… Ya tuvieron suficiente tiempo para charlar de tonterías. ¡Muevan esas manos! las kivets no se van a extraer solas.
─ ¡Co-comandante Sennet! ─el guardia hacía un saludo militar hacia su superior que apareció repentinamente. Los muchachos se pusieron a hacer lo que debían.
─Vigila tus otras secciones, yo me encargaré de ésta.
El guardia obedeció y un silencio abrumador cubrió la sección donde se encontraban.
─Mnnn… Sennet, ¿en serio esa fue tu parte favorita?
─Silencio… sé más como tú amigo, obediente y callado ─pasaron un par de horas y el comandante no dejaba hablar a los chicos ni un segundo, sobre ningún tema. <<Aagh, este trabajo es demasiado aburrido>> pensaba.
─Anoche Inyi me dio un masaje… ─hablaba lo más bajito que podía ─. Pero creo que quedé peor que como estaba ─los dos se reían en silencio.
─ ¡Ingrid te dio un masaje! ─gritó Sennet ─. Uh… ─los tres se veían entre sí, los chicos aguantándose la risa, el soldado estaba ruborizado ─. Cierren la boca, tsk ─con su poderes psíquicos los movió, uno de cada lado del túnel para que dejaran de causar molestias.
─Nunca pensé que no esquivarías las flechas de Gahiji… ─los muchachos no sabían si decir algo o no ─. Ni sabía que era tan malo peleando sin sus poderes. Raen ¿dónde aprendiste a pelear tan bien? a excepción del General Yago, todos en el palco estábamos asombrados.
─En mi ciudad, mis hermanos y un amigo me enseñaron.
─ ¡¿Ya recordaste de dónde eres?! ─Isaac preguntó pero Raen negó.
<<Mnnn, ¿por qué no está diciendo la verdad?>>. Raen notó el ceño fruncido de Sennet ─. ¿Por qué participaste en el torneo, ya sabías que ganarías?
─ ¡¿Eh?!… No, no, ¿cómo podría saberlo?.
<<Falso de nuevo>>. Su ceño se fruncía más y se acercó al príncipe ─. Sabes que noto cuando mientes.
─Ok, ok, estaba confiado en que lograría derrotar a los primeros dos, Gahiji fue pura suerte y bueno… ya sabes cómo termine contra Marlon.
<<Aún mintió sobre Gahiji…>> jaló a Raen de su túnica ─. ¿Por qué participaste en el tornero?
─Mnnn… diversión.
─ ¡No trates de engañarme! ─sujetó a Raen con las dos manos y lo estampó sobre la pared del túnel.
─ ¡Nosotros le pedimos que participara! ─Isaac alejó al guardia de su amigo que estaba en dolor, pero solo bastó que Sennet lo fulminara con la vista para estrellarlo contra la otra pared del túnel y lo paralizó ─. Ugh.
─ ¡Isaac!
─Respuesta equivocada.
─Cht, ok, ya, te diré la verdad. Solo quería… mostrarles que sí se puede vencerles sin poderes. Estamos… estamos hartos de brabucones como tú y los demás soldados.
─ ¿Sigues queriendo escapar de Minawoods?
─No, solo para… defendernos de sus abusos. Mírate… atacando a dos niños… ¿por qué… motivo? ¿No escuchaste la respuesta… que querías? ─Raen jadeaba y hablaba con dificultad, aún lo empujaban contra la pared. Sennet vio a los dos niños, suspiró, y dejó de forcejar al chico ─. Mentimos, porque tratamos de decirles lo que quieren escuchar y no terminar como Rozen muriendo en el piso.
─Oh, qué bonito discurso, ¿ya terminaste?… tal vez ya no tendrás que preocuparte por estas cosas. ¿Sabes qué están haciendo los generales en estos momentos? ─Raen negó con la cabeza ─Están decidiendo si te matan o no ─tiró al piso al muchacho ─. Ahora cállense y sigan trabajando ─se alejó y les dio la espalda.
─Ngh… Isaac, ¿me ayudas? ─Sennet vio de reojo que le costaba trabajo levantarse, se giró y con sus poderes levantó al chico. Colocó su herramienta de trabajo en su mano. Los chicos se veían con desconcierto. Aún con duda, Raen le agradeció al comandante.
En la fortaleza de Minawoods, los tres generales estaban reunidos.
─Bien, con eso claro, pasemos a la situación que tenemos ─habló Yago.
─ ¿Acerca del Niño Dragón? ─preguntó Melchior.
─Me agrada el chico ─dijo Louis.
─Hmmn, ¡pues yo lo quiero muerto!
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