Robert había logrado mejorar el Mercedes Benz cuando uno de sus colegas, por así decirlo, apareció detrás suyo. Se trataba de Timmy , el mayordomo de la casa
- Señor Golden, buen día- lo saludó Timmy con un tono muy cordial y amable
- Hola Tim- le devolvió el saludo Robert esbozando una sonrisa mientras continuaba dándole los últimos retoques al Mercedes Benz, al finalizar le dijo de forma orgullosa- mira esta maravilla amigo
El auto se veía en un mejor estado que antes: tenía unas ruedas nuevas con cadenas incluidas para poder andar en la nieve, el motor tenía algo de nitrógeno líquido incorporado.
- Esto lo ayudara a ir más rápido en días de grandes nevadas- indicó Robert, riendo añadió- ahora mira esto
Apretó un botón del tablero del coche y el techo se movió hacia atrás plegándose en donde comenzaba el baúl
- Techo móvil amigo mío- sonrió Robert explicándole a su amigo lo que veía
- Impresionante señor Golden- lo halagó Timmy con un tono serio- en realidad usted es un muy buen mecánico
- Gracias Tim- le respondió Robert con una sonrisa
- Además de un muy buen conductor- le continuo halagando Timmy con aquel tono servicial; pero más relajado y amigable
- Ya Tim, me sonrojas amigo- rió Robert sonrojándose un poco
- Por esa razón el Señor W me ha pedido que le informe que tiene el día libre- finalizó Timmy con aquel tono agradable
- ¿En serio?- le preguntó Robert asombrado
- Muy en serio amigo- le respondió el señor W entrando a la sala en ese momento, aun mantenía aquella extraña pose pasiva, acercándose a Robert con una gran sonrisa le explicó- no me gusta verte allí trabajando en esos coches todo el día Robert. Necesitas salir más o te convertirás en un ermitaño
- Está bien, quizás lleve a Compañero a pasear por las calles de la ciudad, ¿no es verdad Compañero?- le preguntó Robert a su amigo canino, el cual estaba acostado sobre un colchón
Este ladró en respuesta moviendo la cola
- Pues saldré ahora mismo para el centro de la ciudad- informó Robert con una expresión de entusiasmo y alegría
- ¡Así me gusta!- rió el Señor W dándole una suave palmada en su hombro
- Buena suerte Robert- le deseó Tim con una sonrisa que emanaba una sana alegría en su interior
Mientras caminaba por las calles junto a Compañero, llevándolo con una correa para que no se escapara de su lado, podía ver en las tiendas de revistas como los diarios hablaban sobre el transcurso de la guerra. No les dio mayor importancia, tampoco le dio importancia a las extravagantes noticias relacionadas con los “Hombres Bestias” solo continuó caminando llevando con la correa a su perro.
Se encontraba silbando cuando se detuvo en una esquina esperando que el semáforo pasase de rojo a verde.
Escuchó la música característica de los circos acercarse a él. Vio a sus costados y pudo divisar un auto/tren del Circo. Este se llamaba “Skull Circus”, el circo del cráneo, aquel nombre le molestó un poco a Robert sin un motivo aparente, excepto que le parecía algo tétrico dicho nombre para un lugar infantil. Cuando el tren del circo pasó cerca pudo escuchar al presentador hablar por medio de un megáfono:
- NIÑOS Y NIÑAS, ESTA NOCHE POR FUNCIÓN ÚNICA SE PRESENTA EL SKULL CIRCUS, JUEGOS, ALGODÓN DE AZÚCAR, GLOBOS, GRANDES ACROBACIAS Y UN ESPECTÁCULO DE PAYASOS COMO NUNCA SE HABÍA VISTO ANTES, NO SE PIERDAN DE LOS FENÓMENOS COMO EL HOMBRE CON BOCA EN EL PECHO Y SIN CABEZA, EL HOMBRE CONEJO Y LA MUJER AVISPA, TAMBIÉN PRESENCIEN AL INCREÍBLE Y EMOCIONANTE SEÑOR ZIGURAT, ESTA NOCHE A LAS DIEZ DE LA NOCHE EN FUNCIÓN ÚNICA, NO SE ARREPENTIRÁN
Aquella voz lo irritaba por alguna razón. Vio como pasaban los vagones con las imágenes de payasos que parecían llorar antes que reír. Dentro había unas personitas en las ventanas que los veían. Comenzó a ver algo que lo incomodó demasiado. El tren había dejado de ser colorido cambiando a un descolorido vagón en donde viajaban varias personas con la marca que los Nazis le ponían en las ropas a los suyos, era la estrella de David, estos estaban en el tren llorando y gritando.
Una voz le habló a Robert en un idioma más extraño que el dicho por su jefe:
- Ry, Lok, tur’gryet- le habló esa voz. Parecía decirle- ven conmigo Robert, tengo mucho que enseñarte, ven esta noche a presenciar al gran Zigurat
Robert solo sintió ese terror por un minuto y, sin poder evitarlo, se descompensó mientras la caravana del “Skull Circus” continuaba su camino promocionando su extraña función.
Una mujer joven de cabellos negros y ojos castaños, quien también había tenido una alucinación terrible relacionada al abuso como también al maltrato que recibió del ebrio de su padre antes de que saliese de Francia dejando a su madre sola con sus hermanos, pudo ver que Robert se desmayó y cayó al suelo. Sin siquiera dudarlo, corrió a donde él estaba se agacho sobre él practicándole la reanimación boca a boca, al hacerlo Robert recuperó la conciencia.
Lo primero que pensó fue que había muerto y estaba en el cielo. Ella era como un ángel para él, de gran belleza junto con una bondad muy marcada en su rostro el mismo Robert no podía articular palabra alguna
- ¿Señor se encuentra usted bien?- le preguntó la muchacha muy preocupada y él solo pudo responderle
- Si- pero fue de forma casi inaudible
- Qué bien, al parecer solo fue un desmayo- suspiró ella. Era una mujer joven con un vestido negro adornado con puntos rojos pequeños y grandes
- ¿Es usted una enfermera señorita?- le preguntó, anonadado, Robert
- D’argy- le respondió ella riendo- mi nombre es Jill D’argy, y no soy una enfermera, pero trabajo en un orfanato así que tengo que saber estos primeros auxilios
- Bueno señorita D’argy, le debo mi vida- le agradeció riendo Robert mientras se levantaba
- No es para tanto- rió ella levantándose también- solo hice lo que cualquiera hubiese hecho, aparte me puede llamar Jill ¿señor?
- Robert Golden- le respondió él sonriendo- escuche hoy tengo el día libre por lo que me preguntaba ¿le gustaría ir a comer algo conmigo?
- Je, le das la mano y te toma del brazo- volvió a reír Jill- lo siento pero tengo un compromiso previo, sin embargo, podemos quedarnos para salir dentro de una semana, ¿qué dice usted?
- Temo que me será imposible- le respondió Robert con autentico pesar- mi jefa viene la próxima semana. Creo que lo dejaremos para otra ocasión, aquí tiene el numero de mi jefa, ella me pondrá en contacto con usted si quiere que nos veamos
Robert le dio una tarjeta con un número telefónico y Jill se lo recibió sonriendo
- Gracias señor Golden, veré que puedo hacer, nos vemos- lo saludó Jill retirándose hacia su trabajo. Robert le saludó y le susurró a Compañero
- Y ya no la volveremos a ver Compañero. Creo que actué como un estúpido colegial, mejor continuemos nuestro paseo
Compañero le ladró en señal de aprobación.
Así fue como Robert conoció a Jill. A quien no volvería a ver sino mucho después, pasado la formula uno no oficial del 41.
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