POLINIZACION - EL RELATO DE SHIROI
VOLUMEN I
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Capítulo 1
Mi primer Celo
Yo solía ser un chico normal, con una familia normal. Un padre trabajador, una madre dedicada al hogar y un hermano menor que me admiraba solo por ser su hermano mayor. En el colegio, solía ser un adolescente más del montón, mi personalidad no resaltaba en lo absoluto, hablaba con quien fuese necesario y me mantenía en silencio cuando fuese necesario. Tal vez, lo único resaltante en mi era mi apariencia. Mi piel, de un tono más oscuro que la gran mayoría, mis ojos color amarillo brillante y mi cabello completamente negro y lacio. A menudo podía escuchar ciertos comentarios y rumores, muchos cuchicheaban a mis espaldas sobre el tema, pero eso nunca me importo, nada pasaría de ese punto, los comentarios se mantendrían solo como comentarios, al igual que los chismes y los cuchicheos, esas eran algunas de las ventajas de estudiar en un instituto privado, los estudiantes son un poco más decentes y tranquilos.
Había logrado superar la mayoría de los problemas que intentaban obstaculizarme. El colegio no fue fácil, pero tampoco difícil, cada año superado era un paso más a la madures. Sin embargo, a mediados del último año del colegio, faltando un poco menos de 6 meses para culminar el colegio he independizarme con un trabajo cualquiera y comenzar los estudios universitarios, mis padres se divorciaron.
Un divorcio en la adolescencia es algo más común de lo que se piensa. Muchos de mis compañeros de clases pasaron por lo mismo. No era algo especialmente problemático para mí. Ellos simplemente se separarían.
– probablemente mi madre se quede con mi hermano menor ya que el aún es muy pequeño.
Pensé, y yo tendría que tomar una decisión, ir con papa o quedarme con mama. No era una decisión difícil, yo decidiría quedarme con mi madre, no por ella, si no por mi hermano menor. Desde el momento en que escuche la noticia del divorcio de mis padres, yo había comenzado a planificar todo, el colegio seguiría igual y me graduaría dentro de muy poco, comenzaría a trabajar y de esa forma podría ayudar a mi madre con los gasto y con la crianza de mi hermano menor.
Pero poco tiempo después, cuando mis padres ya habían firmado los papeles y la mudanza se estaba realizando, llegaron los resultados de mis exámenes de género. Mi colegio se retrasó un poco con los resultados, se suponía que los exámenes se deberían hacer durante el primer año, pero por ciertos motivos que yo desconocía, mi colegio hizo los exámenes en el último año.
Mis padres no asistieron a la reunión del colegio para entregar dichos resultados, ellos se encontraban demasiado ocupados con sus constantes discusiones, la mudanza, el trabajo y mi hermano menor. Gracias a una nota firmada por mi madre, se me fueron entregados a mí los resultados de los exámenes de género. Mi expresión probablemente no cambio mucho, nunca fui demasiado expresivo, pero mis manos temblaban mientras sostenía aquel papel frente a mí. Los profesores ya lo sabían, así que sin decir una palabra, ellos simplemente se alejaron y continuaron con lo suyo. Mis ojos ignoraron por completo la introducción, y el largo párrafo explicando quien sabe que cosas, mi mirada fue directo a la última parte, un recuadro con tres divisiones, donde decía, Alfa, Beta y Omega. Ese último, marcado de la misma forma como los profesores marcaba las respuestas correctas en un examen del colegio.
– ¿Qué significara esto?
Me preguntaba mientras aún continuaba mirado el papel en mis manos. Todos mis planes ya no significaban nada con esa nueva situación que había llegado de una forma inesperada y sobretodo inoportuno. Intentaba llenarme de fuerzas y esperanzas, este solo era un obstáculo más que muchos tienen que pasar en algún punto de sus vidas. Solo debía pensar con calma y planificar todo desde un principio. Pero mis padres agregaron otro factor inoportuno más a la situación
– No me haré cargo de un inútil Omega – Dijo mi padre.
– Lo siento Shiroi, pero un niño Omega es demasiado complicado, una madre soltera no podría criarlo sola – Dijo mi madre.
Y cada uno simplemente se fue por su lado. Ya no tenía que tomar ninguna decisión, ya no tenía dinero para continuar en el instituto privado que mi padre estaba pagando, ya no tenía un hogar, ya no tenía nada. Al darme cuenta de que me habían dejado completamente a mi suerte, decidí hacerme cargo de mí mismo, de hecho, no tenía otra alternativa. Busque un empleo de medio tiempo, me transferí a un colegio público cercano a mi empleo y me mude a un departamento muy pequeño y económico.
El nuevo instituto era completamente diferente al anterior, los profesores eran diferentes, los estudiantes eran diferentes, la comida, las aulas de clases, todo era diferente. Una evidente muestra de que el dinero hace una gran diferencia al estilo de vida y la educación. Tuve que comprar un uniforme usado que venía en conjunto con un par de zapatos y un broche con un número III en romano que se supone se debía colocar en el cuello de la camisa, para identificar que eres del tercer año. Ya que era mediados del último año escolar, todos mis compañeros de clases a tenían sus amistades hechas y sus grupos establecidos. En unos meses todos tomarían rumbos diferentes en universidades diferentes, así que nunca me moleste en hablar con alguien o intentar ser amigo de alguien, de hecho, no tenía interés en nada de eso. La vida me obligo a cambiar de mentalidad y madurar antes de tiempo, ya no tenía a nadie que se hiciera cargo de mi o me ayudara en momentos difíciles. Solo podía pensar en los estudios, el trabajo, las compras, los quehaceres del hogar, etc. No tenía tiempo que perder en estúpidas he innecesarias amistades.
Mi vida de estudiante era bastante relajada, la soledad no me afectaba ni mucho menos la falta de amigos. Yo simplemente pasaba mis días en el instituto estudiando y mi tiempo libre, pensando planificado mi vida al graduarme. Pero una vez más, la vida me recordó que, no puedes planificar en futuro con exactitud, no puedes ver el futuro, sin importar cuanto planificas, siempre pasara algo que ni te imaginaste que pasaría.
Esa tarde uno de los profesores había faltado por una asunto personal, así que nos asignaron estudio libe. No es un secreto para nadie que el estudio libre se usa para todo, menos estudiar. Sin embargo, ahí estaba yo, sentado al fondo del salón de clases, con un libro de matemáticas en mis manos, intentado resolver algunas difíciles ecuaciones mientras el resto de mis compañeros parloteaban de forma escandalosa por todo el lugar.
– ¡Mira eso! – Dijo una chica del grupo que se encontraba a mi derecha.
– ¿Quiénes son? – Pregunto su amiga.
– ¡No lo sé, pero son tan guapos! – Exclamo emocionada la chica de antes.
– ¡Vamos! Preguntemos sus nombres.
Y finalmente las chicas escandalosas corrieron fuera del salón, probablemente habían visto pasar a algunos chicos atractivos o algo así, esa era la clase de cosas que abundaba en los pensamientos de mis compañeras de clases. Yo volví mi atención al libro de matemáticas, la ecuación era más complicada de lo que pensaba. Un escándalo se escuchó fuera del aula, aparentemente un grupo de chicos se encontraban pasando justo en frente de nuestro salón luego de su clase de deportes. Las chicas simplemente enloquecían al ver aquellos atractivos cuerpos sudados pasar junto a ellas, jadeando luego de una dura actividad física. Yo simplemente intentaba concentrarme en aquella difícil ecuación.
Pero pronto me fue totalmente imposible. De la nada, un fuerte aroma inundo por completo el salón de clases. Pude percibirlo tan fuerte y profundamente, que mis sentidos comenzaron a nublarse. Levante mi mirada y la gire en dirección a la puerta del salón de clases, aquel aroma, dulce y embriagante se encontraba rodeándome. Pude ver, un rastro de aquel aroma provenir del pasillo, aquel rastro olía como si un centenar de brillantes mariposas azules revolotearan por doquier. Nunca antes había experimentado algo parecido. Había escuchado historias y leído libros donde personas intentaban explicar lo que veían al sentir algunos aromas. Pero siempre pensé que era irrealista el simple hecho de poder ver un aroma.
Antes de darme cuenta, me había levantado de mi asiento y había corrido hacia el pasillo fuera del salón de clases, algunos de mis libros habían caído al suelo debido a lo brusco de mis movimientos, me encontraba inmerso en una sola idea, mi corazón enloquecido me hacía sentir totalmente desesperado por ir tras ese aroma. Pero al salir al pasillo, el rastro terminaba en una toalla que yacía un poco más adelante del salón de clases. Podía ver con claridad como las mariposas azules rodeaban aquella toalla.
– ¿Qué es esto? – Se preguntaba un joven que levantaba la toalla.
– Parece una toalla – Respondió la cica junto a el – tal vez se le cayó a alguno de los chicos que pasaron hace un momento.
Entonces, mi visión se nublo. La temperatura de mi cuerpo aumentaba cada segundo que pasaba, era cada vez más difícil respirar, mi cuerpo perdía tantas fuerzas que ya no podía mantenerme en pie. Caí al suelo, recostado de una de las paredes, sosteniendo mi pecho que parecía que saldría disparado en cualquier momento y haciendo un increíble esfuerzo por controlar mi agitada respiración. Extrañas sensaciones recorrían mi cuerpo, especialmente aquellas partes, rápidamente comenzaron a humedecerse y a reaccionar sin razón aparente, comencé a sufrir de constantes escalofríos y una poderosa necesidad de tocarme sin importa si me encontraba en medio de una gran multitud.
Abrí ligeramente mis ojos, y mi visión seguía nublada, sin embargo pude ver una gran cantidad de flores color fucsia danzando a mí alrededor. Algo extrañamente similar a las mariposas azules, a pesar de que estas eran flores fucsias.
– ¿Hmn? De pronto he comenzado a sentir un aroma muy dulce – Dijo una chica que se encontraba por los alrededores.
– ¡Hey! ¿Te encuentras bien? – Dijo un profesor que se encontraba pasando a percatarse de la situación.
– Y esa fue la primera vez que llego mi celo – Dijo Shiroi mientras terminaba de dar los toques finales a un hermoso arreglo floral y concluía con su relato del pasado.
El señor Shiroi, era un hombre mayor con una bella apariencia que lo hacía parecer más joven de lo que era, tal vez a causa de su bella piel morena, o quizás sus penetrantes ojos amarillos o su cabello negro como el azabache, lacio y largo hasta más abajo de su cintura. El bestia lo que parecía ser un uniforme de jardinero completamente blanco, con bonito delantal cuadriculado de color vino tinto y una pañoleta en el cuello. A sus alrededores se podían ver estantes y mostradores repletos de todo tipo de flores y floreros de todos los tamaños y colores, en las afueras del lugar había más flores que parecían decorar la entrada del edificio, pero todas eran exhibidas para ser vendidas.
– Afortunadamente no había Alfas cerca – Continuo diciendo el señor Shiroi – así que todo se mantuvo bajo control. Fui llevado rápidamente a un hospital para ser examinado y establecer el tipo de inhibidores que usaría para controlar el celo desde ese momento.
– ¡Waaaaa! – Exclamo el jovencito a su lado.
Un joven muchacho llamado Norio que trabajaba como ayudante en la floristería del señor Shiroi. Lucía un brillante cabello de color rojo, ondulado hasta el cuello, su piel era muy pálida y sus ojos de un color rosa claro. Bestia un uniforme parecido al del señor Shiroi, pero este era completamente cuadriculado y su delantal vino tinto sólido. A pesar de ser solo un niño no más de 14 años, superaba por poco en estatura al señor Shiroi, tal vez porque el chico era de naturaleza muy alto o simplemente el señor Shiroi era bajo de estatura.
– ¿Con que así fue para usted? – continuo diciendo Norio, sorprendido por la historia que acaba de escuchar – Menos mal que no habían Alfas cerca, he escuchado historias terroríficas que pasan cuando un Omega en celo es encontrado por un Alfa.
El pequeño Norio se mantuvo pensativo mientras intentaba imitar el arreglo florar que su maestro había hecho para enseñarle los métodos. El chico no podía dejar de pensar en la historia, tenía muchas preguntas que hacer, pero temía que fuese grosero de su parte.
– ¡Pero señor Shiroi! – Norio finalmente se decidió en hacer sus preguntas – ¿De quién era aquel aroma con forma de mariposas azules?
Shiroi sonríe ligeramente al escuchar la pregunta, entonces toma el florero repleto de flores perfectamente arregladas y lo muestra frente a él.
– ¡Mira! – Dice, con una dulce sonrisa mientras sostiene el florero y mira a su pequeño pupilo – Finalmente hemos terminado este arreglo.
– ¡Waaaaa! – Reacciona con su típica manera el pequeño Norio – ¡Le ha quedado increíble señor Shiroi!
Norio se mantiene pensativo por unos segundos hasta finalmente se percata del engaño.
– ¡¡¿EH?!! – Exclama fuertemente Norio – ¡¡NO!! ¡¡ESPERE!! ¡¡QUIERO SABER MAS SOBRE AQUEL AROMA!!
– Jeje, lo siento pequeño Norio, pero sabes que si no me doy prisa, llegare tarde.
– Hmg! – Norio recapacita – Lo… Lo sé.
– Te prometo que otro día te contare más.
Entonces el señor Shiroi toma su bolso, lo cuelga de su hombro derecho y se despide, dejando las responsabilidades del cierre de la tiendo a su joven ayudante.
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