Capítulo 3 (Su aroma en ella)
Cada día que transcurría, me encontraba más deseoso de que culminara de una vez por todas el último año de clases. Se estaba volviendo el medio año más largo que jamás había vivido. Continuaba siendo un chico solitario y sin amigos, me mantenía siempre aislado y lejos de las multitudes escandalosas, los estudios no eran un problema, podía dominar con facilidad cada materia y aprobar cada examen. EL trabajo se había vuelto rutinario y sencillo, solo debía asistir cada noche después del colegio y encargarme de la caja registradora o de la limpieza del local.
Mi celo se había mantenido calmado. El mes pasado había llegado mi celo por 4 días y no volvió por el resto del mes. Siempre cuando me mantuviera alejado de los estudiantes de primer año, no había forma de que aquello me pasara de nuevo. Sin embargo, a pesar de toda aquella calma y tranquilidad, yo no podía dejar de pensar en la esencia con olor a mariposas azules.
Aquella tarde, me encontraba en el salón de clases descansando un poco. Había dormido tan solo una hora, debido al turno doble que tuve que cubrir la noche anterior para compensar los descuentos que mi jefe me hacía por los días libres que yo debía tomar cada mes al llegar mi celo. Todos se encontraban en clase de gimnasia y decidí saltarme esa clase para descansar. Era una tarde tranquila y agradable, a pesar lo desesperante que me resultaba lo lento que pasaba el tiempo y lo mucho que tardaba en acabar el último año de clases, yo en ese momento deseaba que la tarde durara un poco más, antes de todos mis escandalosos compañeros de clases volvieran y contaminaran aquella tranquilidad.
– ¿Hola? – Escuche a alguien decir, mientras yo aun permanecía recostado sobre el escritorio con mis ojos cerrados – ¿Me escuchas?
Una voz masculina se escuchaba a mi espalda, no sabía si aquellas preguntas eran dirigidas a mí, pero de igual forma yo pretendí dormir y no escucharlo con la esperanza de que pronto se diera por vencido y se marchara. Aún era muy pronto para que la clase de gimnasia acabara, así que no podía ser alguno de mis compañeros de clases. Pensé que tal vez se trataba de algún Alfa o Beta queriendo hacer sus típicas propuestas. En ese caso, con mar razón aun me mantuve fingiendo que dormía.
– ¡¡HEY!! – Grito aquel sujeto.
No pude evitar mi descontento, y fruncí el ceño sin siquiera abrir mis ojos. Estaba cansado de simplemente esperar sin poder hacer nada mientras las molestias no dejaban de llegar fastidiarme. Esa tarde me encontraba de muy mal humor, tal vez por la agotadora jornada nocturna que tuve en el trabajo. Abrí mis ojos y dirigí mi mirada hacia la persona que había interrumpido mi descanso. Sabía que mis ojos solo expresaban ira y descontento hacia esa persona, y yo esperaba que eso fuera suficiente para que aquel chico entendiera la situación y se marchara.
– ¿Así que en realidad estabas despierto? – Dijo él ignorando la advertencia de mi mirada – Pensé que estabas dormido ya que no respondías a mi llamado.
El chico, era bastante alto y apuesto, su contextura era delgada pero con evidentes señales de que aquel era un cuerpo bien ejercitado, su piel era clara y limpia, cabello castaño claro, ondulado y largo hasta los hombros, sus ojos eran bastante oscuros, pero si mirabas bien de cerca podías notar un atractivo color verde esmeralda en ellos. Aquel porte elegante y firme, sumado al aura de superioridad y seguridad que emanaba, era suficiente para notar que se trataba de un Alfa.
– En realidad… tú estabas ignorándome ¿cierto? – continuo diciendo el chico – ¿Pretendías dormir para alejarme o algo así?
Su intuición acertada me sorprendió un poco, típica de un Alfa, pensé. Pero aquello no era nada que pudiera atraerme, mi atención fue completamente dirigida hacia el broche en forma de “I” en el cuello de su camisa.
*¿Es de primer año?*
Pensé, y estuve tentado a preguntarle por el dueño de la esencia con aroma a mariposas azules. Existía una posibilidad de que tal vez lo conociera, o incluso estuviera en la misma clase que él. Pero mi fuerte orgullo no me lo permitió, decidí guardar silencio y averiguar la información de aquel chico misterioso por mis propios medios, sin depender de un Alfa engreído.
– He escuchado mucho de ti – Dijo el Alfa, iniciando la conversación de la misma forma que la gran mayoría que llegaron antes que el – Eres un interesante tema de conversación en mi clase ¿Lo sabias?
Mientras el continuaba diciendo las típicas palabras de un Alfa, se situaba lentamente a mi lado. Yo levante mi rostro que se encontraba recostado sobre el escritorio, y al notarlo tan cerca de mi izquierda, yo gire mi mirada a la derecha. Su acercamiento se hizo más próximo he intimo cuando coloco su maño izquierda sobre el escritorio, tal vez con la intención de acorralarme o intimidarme. Pero aquello no era nada más que trucos de bestias antiguas y pasadas de moda.
– El hermoso Omega de tercer año que se transfirió a este instituto a pocos meses de la graduación – Dijo, inclinando su cuerpo hacia mí – Ese eres tu ¿cierto?
Yo mantenía mi mirada a un lado ignorando sus patéticos intentos de seducción. Incluso podía sentir el aroma de sus feromonas dominantes, intentando despertar las mías, pero era inútil. Las feromonas de los Alfas como el eran un chiste para mí. Su mano rápidamente logro escabullirse y tomo mi mentón, levantando mi cara hacia él. Eso realmente me molesto, lo mire fijamente sin siquiera parpadear, quería mostrarle lo bien que estaban funcionando sus trucos baratos.
– Veo que aquellos rumores eran ciertos – Continuo diciendo el, mientras aun sostenía mi mentón, acercando mi cara cada vez más a la de el – Tu realmente tienes… Una hermosa mirada capas de asesinar a quien entre en contacto con ella.
– ¡NO ME TOQUES! – Dije, apartando su mano de un manotazo, dando media vuelta y largándome de ese lugar.
– ¡JAJAJAJA! – EL se rio fuertemente, como si el golpe y el rechazo le resultara divertido – ¿Y cómo olvidar esa parte del rumor? “Un carácter imposible de domar”
Lo ignore y continúe mi camino, camine hacia la puerta del salón de clases para ir a cualquiera otra parte lejos de aquel molesto sujeto. Siempre supe que en el colegio se habían extendidos rumores sobre mí, sobre mi género, sobre mi temperamento y mi repentino traslado a finales del año escolar, pero nunca les di ni la más mínima importancia.
– Me pregunto… – Dijo el antes de que yo terminara de llegar a la puerta – ¿Qué tan cierta es esa parte del rumos?
– ¡ROY! ¿Estás aquí? – Dijo una figura femenina que entraba por la puerta justo cuando yo estaba a punto de salir.
Ella se detuvo frente a mí, esperando que le permitiera el paso. Era pequeña, de piel muy pálida, delgada, con un largo y rojizo cabello ondulado. Sus ojos, que me miraban fijamente, eran de un tono rosa pálido, en el cuello de su camisa estaba su broche en forma de “I”. Otro estudiante de primer año.
Mi cuerpo dejo de responderme. Al principio no entendía la razón, mis instintos reaccionaban antes que mi razón. De pronto pude notar aquel aroma, dulce y embriagante, provenir de ella. Las mariposas comenzaron a salir de su espalda, revoloteando desesperadas en dirección a mi cuerpo. Pronto me vi envuelto en aquella esencia, la chica se encontraba impregnada.
– *¿Es el mismo aroma?* – Pensé –*SI, claro que lo es. No podría confundirlo. ¿El aroma le pertenece a ella?, ¿Por qué esta aquí, tan cerca de mí? ¿Por qué mi cuerpo esta reaccionando de nuevo de esta forma? Esto… ¡Es absurdo!
Era casi como si aquel aroma me estuviese persiguiendo, no importa a donde me dirigiera y que tanto intentara alejarme de él, de alguna forma siempre conseguía llegar a mí y enloquecerme. La chica desvió su mirada y paso por un lado, cansada de esperar que le diera espacio.
– ¿Qué estás haciendo? La clase está por comenzar – Dijo ella, dirigiéndose al Alfa.
– ¡Oh por dios! ¿Has venido por mí? – Respondió el, con un tono de entusiasmo – ¿Qué paso con tu amado?
– Ahg! No me recuerdes a ese idiota – Dijo ella en respuesta un tanto enfadada.
– ¿Qué? ¿Acaso se pelearon? Te dije que él no era el apropiado para ti cariño.
La conversación de aquel par se volvía cada vez más distante. No me había movido ni un centímetro pero sus voces sonaban cada vez más lejos. La temperatura de mi cuerpo subía rápidamente y mis extremidades se debilitaban a la vez.
– *No de nuevo, por favor* – Pensé y suplique.
Había un alfa cerca, era un salón de clases apartado, no había profesores cerca y la enfermería estaba muy lejos. Me preocupaba lo que podría pasarme si mi celo llegaba frente aquel sujeto. Trate de controlarme y mantener mi respiración estable. Intentaba con todas mis fuerzas mover mi cuerpo, pero era como ir en contra de la corriente, cada paso que lograba dar era agotador. Logre llegar a la puerta y coloque mi mano derecha en la pared, con eso pude mantenerme en pie con mayor facilidad y moverme más rápido. Finalmente había logrado salir de aquel peligroso lugar, entonces fue cuando sentí que sostuvieron mi brazo derecho fuertemente y jalonearon mi cuerpo hasta hacerlo voltear en contra de mi voluntad.
– Que gran aroma – Dijo el Alfa, sosteniendo con fuerza mi brazo y manteniendo mi cuerpo pegado al de él – Yo podría ayudarte a calmarlo un poco ¿Qué me dices?
– Asqueroso – Escuche decir de la chica al fondo.
Su fuerza me impedía liberarme de su agarre. Su aroma comenzó a emanar fuertemente, era una esencia oscura y verde, pero no había mariposas ni flores, solo era un aura espesa como la niebla, las pupilas de sus ojos se encontraban completamente dilatadas y su aliento era tan caliente que podía sentirlo en mi cara a pesar de la alta temperatura que experimentaba mi cuerpo.
– En ese momento realmente pensé que no saldría de esa – Dijo el señor Shiroi mientras limpiaba las enormes ventanas del frente de la floristería.
– ¡¡¡OH NOOO!!! – Exclamo el pequeño Norio que se encontraba a su lado atento al relato – Que terrible situación, ese sujeto era un Alfa ¿Eso significa que sus feromonas le pudieron…?
– Te equivocas – Responde rápidamente el señor Shiroi antes de que Norio terminara su idea – No es lo que piensas, pequeño Norio.
– Pero – Insistió Norio – He oído que las feromonas de un Alfa son capaces de paralizar a un Omega y volverlo completamente inofensivo.
– Sí, eso es cierto – Afirmo el señor Shiroi – Pero aquellas feromonas no me afectaron ni un poco, yo pude conseguir la fuerza suficiente para empujarle lejos y alejarme de él. Mi debilidad no era debido a sus feromonas de Alfa, era debido a mi celo que de nuevo había llegado en un mal momento. Así que, en ese momento no pasó nada.
– ¡Usted es increíble, señor Shiroi –Expreso Norio con notoria admiración – Pero entonces, ¿Aquella increíble esencia que olía a bellas mariposas azules, resulto ser una Omega? Hmg, por alguna razón me siento algo decepcionado.
– No – Dijo el señor Shiroi, con su mirada baja mientras jugueteaba con un mechón de su cabello que se había escapado al frente – Aquella chica Omega solo tenía el aroma de su novio por todo su cuerpo. Eso es algo bastante normal entre parejas ¿cierto?
– Si – Dijo Norio – Eso creo.
El ambiente se había tornado triste he incómodo. Ni siquiera el pequeño parlanchín sabía cómo continuar después de aquel final de conversación. Finalmente para romper la tensión, un cliente entra a la tienda. El señor Shiroi rápidamente procede a atender al cliente y Norio decide continuar la limpieza de las ventanas.
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