El día había llegado, se puso su uniforme y se dirigió a donde estaba su mejorado Roll Royce. Cuando subía al coche, Compañero le ladró pidiendo que lo dejase entrar. Robert negó con la cabeza y le respondió
- Lo siento amigo; pero la respuesta es no. Es posible que no nos dejen entrar siquiera al estacionamiento si tú estás conmigo
El perro volvió a ladrar y, de un salto, se subió al asiento del acompañante
- Parece ser que no puedo convencerte ¿verdad?- susurró Robert esbozando una sonrisa
Puso la radio para oír una canción y emprendió marcha hacia el aeropuerto.
Cuando llego a su destino se detuvo en la puerta del aeropuerto. Compañero ladró desde el interior del auto.
- Ya debe estar por llegar- lo tranquilizo Robert sonriendo, sin embargo dicha sonrisa se desvaneció al recordar las penurias que ocurrían en Europa. Con dicha amargura solo pudo agregar- espero
La guerra se sentía con más fuerza en Europa que en América, donde solo eran noticias del exterior y nada más, Robert, en realidad, estaba preocupado por Daisy debido a que ella podría estar en camino a Nueva York o en un bunker intentando sobrevivir a los aviones Alemanes qué bombardeaban la ciudad de Londres.
Estuvo esperándola apoyado sobre el capot del coche durante mucho tiempo. Observaba la entrada e incluso tenia la esperanza de poder verla salir de la puerta en cualquier momento; pero ella no aparecía. Pasada una hora Robert se preocupo demasiado por ella al punto de querer corroborar si llegaría ese día.
- Espérame un minuto Compañero- le pidió Robert adentrándose al aeropuerto.
Al entrar no pudo ver a Daisy por ningún lado. Se fijo en su reloj y este daba las doce en punto, sintiéndose desesperado, decidió preguntarle a alguna recepcionista por el vuelo de su jefa.
Se acercó a donde se encontraba una muchacha rubia de ojos verde quien lo vio con una sonrisa, cuando llego a la mesa de informes le preguntó.
- ¿Disculpe señorita pero sabe si el vuelo de Londres a Nueva York ya llego a destino?
- ¿Vuelo de Londres a Nueva York?- preguntó sorprendida la recepcionista, sin perder el tiempo le respondió- ¿acaso no lee las noticias? Los vuelos hacia Londres están suspendidos debido a los bombardeos Alemanes. No se espera ningún vuelo de Londres o de ningún lugar en concreto de Inglaterra, con la excepción de Irlanda; pero dicho vuelo llegó hace unas dos horas atrás
- Gracias- le respondió Robert con una sonrisa que emanaba tristeza antes que felicidad, sin decir nada más se retiró del lugar
Mientras caminaba, se pasó la mano por el rostro preguntándose en voz baja
- ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo se lo digo al señor W?
Salía del aeropuerto oyendo a Compañero ladrarle, como si le preguntara lo que estaba pasando.
- Parece ser que hoy nos vamos solos amigo- le respondió con pesar Robert
Compañero ladró de forma nerviosa y saltó de la ventanilla corriendo a donde estaba el interior del aeropuerto.
- ¡Compañero espera!- le gritó Robert dándose vuelta dispuesto a buscarlo cuando vio a donde se dirigía su amigo.
Estaba de cuclillas, con los brazos extendidos para abrazarlo, llevaba un hermoso vestido blanco con un sombrero de sol grande del mismo color, su sonrisa era de autentica felicidad.
Compañero saltó a sus brazos y ella lo abrazó. Sin perder tiempo Compañero le lamió el rostro. Se acercó hacia Robert, con esa sonrisa amorosa, diciéndole con un tono de reproche.
- Llegas tarde
Era la señora Caroline Daisy quien estaba allí sana y salva
- ¡Señorita Caroline Daisy! ¡¿Cómo?! ¡Es decir! ¡¿cuándo?!- intentó hablar Robert, sorprendido por completo ante su magnifica presencia- es que me dijeron que…
- ¿Los vuelos de Londres hacia Nueva York se habían suspendido?- le preguntó Daisy sonriendo a lo que Robert asintió y ella le respondió riendo- por eso tome el vuelo de Irlanda hacia Nueva York, este llego dos horas antes
- No la vi allí dentro señorita Caroline- le respondió atontado Robert
- Sucede que estaba en el tocador Robert- se disculpó ella con una sonrisa
- Bueno, me alegra que se encuentre bien, por favor suba- le pidió Robert dirigiéndose a donde estaba la puerta, abriéndola
- Gracias por preocuparte Robert- le respondió ella mientras subía con Compañero en sus brazos, cuando se sentó, Robert cerró la puerta y se adentró en el asiento del conductor, encendiendo el motor del coche
- ¿A dónde Señorita?- le preguntó Robert informalmente
- A casa Robert, quiero volver a ver a mi marido, además deseo ver que mejoras le has hecho al auto- le respondió ella sonriendo
- Bueno, entonces no mas charlas y vamos al destino- afirmó con una sonrisa de satisfacción
- Pero no te preocupes por el transito Robert, no llevo prisa- le respondió Daisy de forma amable
El coche se puso en marcha y ambos partieron a casa
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