Durante el trayecto Robert decidió hablar con Daisy, deseaba hacerlo de corazón y si tenía un honesto interés en saber cómo había pasado sus días en Inglaterra
- Señorita Daisy- comenzó a hablar Robert- me alegra que este bien; pero deseo saber si tuvo suerte con lo que se proponía hacer en Inglaterra
- Mucha suerte Robert- le respondió sonriendo Daisy- la cuenta bancaria ya esta lista y mañana mi esposo ira a retirarla, podremos ayudar a los pobres refugiados de aquella terrible guerra en Europa
- ¡Eso es perfecto!- exclamó Robert sintiendo una gran emoción y alegría- no tiene por que decírmelo señorita Daisy, con gusto llevare a su esposo mañana al banco
- ¿Cómo se encuentra él?- le pregunto Daisy en ese momento, mirándolo de forma tierna
- Bien- le respondió Robert con una sonrisa- me dio algunos modelos para que pudiese trabajarlos modificándolos
- Ya puedo ver las mejoras en este mismo coche Robert- lo halagó Daisy riendo- realmente eres un genio de los automotores, Robert. No puedo comprender que haces aquí conduciendo para mi si podrías trabajar para grandes empresas como "Ford" o "Mercedes Benz" construyendo autos
- Estoy donde pertenezco- le contestó con mucho dolor y seriedad Robert tratando de continuar con su propia versión de los hechos- por favor, señorita Daisy, intente entenderme. Si me encontraba en la calle se debía a que fracasé en todo tipo de proyecto soñado. Me ha dado una oportunidad y deseo servirle como agradecimiento… estoy feliz donde estoy
- Ya veo- le respondió Caroline Daisy esbozando una sonrisa de confianza; pero en sus ojos se veía otra cosa, parecía un entendimiento que le hacia molestarse internamente por su decisión- ya veo
Robert pensó, en ese momento, que en realidad deseaba trabajar como mecánico y en grandes empresas como la Ford; pero no la Mercedes, esa era de industria Alemana y él no se llevaba muy bien con los Alemanes, a pesar de ser de un país cercano con las mismas costumbres llamado Austria.
Conducir para Caroline Daisy era suficiente en la vida para él. No lo que había soñado; pero si lo más cercano sin lugar a dudas.
- Su esposo estaba viendo las estrellas las otras noches- contó de forma espontanea Robert, sorprendido por su propio comentario- al parecer estaba buscando a alguien o quizás creyó ver una aeronave enemiga de los Alemanes. Por fortuna no había nadie en el cielo esa noche
- Oh no- se quejó Daisy tapándose la cara con una mano y Compañero lavándole la mejilla con su lengua- pobre esposo mío, aun la espera
- ¿A quién?- le preguntó, sorprendido, Robert
- A su hermana- le contestó Daisy con tristeza, sin perder tiempo le explicó lo que sucedía- ella era una gran piloto de aeronaves, como "Amelia Earhart". Hace unos años atrás, en mil novecientos diecinueve, su hermana tomó un avión biplano y se dispuso a volar desde Londres hasta Nueva York. Ella se despidió de mi amado esposo por última vez cuando subió a ese avión y despegar en él. Nunca más se la volvió a ver después de ese fatídico día
- ¿Qué sucedió?- preguntó nuevamente sorprendido Robert
- Nadie lo sabe- le respondió Caroline Daisy con un tono de pesar y desconcierto- en realidad si lo sabemos, o especulamos, pero, según se dice, hubo una tormenta en el Atlántico ese día y se perdió todo tipo de comunicación con ella. Han pasado más de veinte años; pero él aun la espera. Cree que aterrizara uno de estos días en el jardín con su biplano. Dice que está en una gran aventura pero que ya llegara. Por eso él está allí, casi todas las noches sin falta, mirando el firmamento. Sé que piensa en ir a abrazarla cuando aterrice
- Dijo algo raro mientras miraba el cielo- le contó Robert, aun más preocupado que antes por el accionar del Señor W
- Era un idioma infantil que ambos entendían, como un idioma en clave- le respondió Caroline Daisy observándolo con una mirada triste; pero sonriendo a la vez- es algo así como un “aun te espero” o “todavía te recuerdo”
- Lo siento mucho- se disculpo Robert avergonzado por lo que ocurría- no debí preguntar
- Está bien Robert- lo consoló Daisy con un tono de voz amoroso- has tenido buenas intenciones con mi esposo y te preocupas por él como yo lo hago. No tenias forma de saberlo
- Aun así siento que me pase de la raya- gruñó Robert muy molesto consigo mismo al punto de no querer hablar más del tema
- No, no lo hiciste- le respondió Caroline Daisy de forma amigable , tras decir eso decidió callar durante el resto del viaje
Esa noche, Robert, siguió trabajando en el último modelo, el cual ya tenía bastantes mejoras, vio el reloj y contempló como las manecillas daban las once de la noche.
- Bueno Compañero, si quiero estar en forma para llevar al señor W al banco mañana, lo mejor es que me vaya a acostar- rió Robert, Compañero ladró en señal de aprobación, mirándolo con cariño le dijo- vamos a dormir amigo
Salió del garaje, limpiándose las manos con un trapo, cuando vio a su jefe viendo las estrellas con la misma expresión de las otras noches. Se podía ver como estaba realmente devastado por lo de su hermana
Recordó a su esposa y su bebé, que aun dormía en su vientre el día que la mataron, sintiendo una gran empatía por él, realmente lamentó aquello. Vio como la señora Caroline Daisy se acercó a su esposo diciéndole
- Amor, vámonos a dormir, ya sabes que ella no vendrá hoy
- Ella está allí arriba Caroline- le respondió con la voz ronca su esposo, largando fuertes sollozos añadió- creo verla en el cielo y en el firmamento
- Ya sabes que ella esta…- quiso decirle Caroline; pero W negó con la cabeza aquel dicho, esbozando una pequeña sonrisa
- ¿Muerta?- le preguntó, riendo, el señor W- tú no la conocías como yo lo hacía. Siempre tenía un haz bajo la manga. Sé que no está muerta amor, sé que está allí cumpliendo una misión o algo por el estilo… algún día volverá y cuando eso suceda yo la estaré esperando para saludarla nuevamente… para poder explicarle lo sucedido y poder presentártela. Sé que se llevaran muy bien, aunque no acepte el que te viese a sus espaldas porque también fue…
- Lo sé amor; pero ese día no es hoy- lo consoló Daisy con una voz suave, sin perder tiempo le pidió una vez más- vamos a dormir cielo
- De… de acuerdo- gimió con resignación su esposo, mirando una vez más el firmamento recitando aquel idioma clave que tenia con su fallecida hermana y romper a llorar tras terminar su oración.
Robert se retiro de allí dirigiéndose a su habitación con Compañero al lado
- Y yo creía que tenia las cosas complicadas amigo- le susurró Robert, con una voz casi inaudible, a su amigo quien ladró afirmando sus dichos. Largando un suspiro de pesar, Robert, añadió- como sea. Lo mejor será no volver a preguntar; pero siempre es lo mismo. La curiosidad mató al gato, eso es lo que dicen mi buen amigo, pero parece que podría matarme a mí también si no cierro mi boca
Esa noche ambos durmieron tranquilos. Fuera el señor W, siendo acompañado por su amada esposa, seguía esperando a su adorada hermana mientras miraba el firmamento.
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