El acontecimiento que sabía que era inevitable por fin había comenzado. Esa “cosa” al fin había llegado. Entendía muy bien que es lo que tenía que hacer ahora al momento que vi cómo esa luz impactaba contra el suelo. Volví mi mirada hacia Yazír sólo para verlo ir corriendo dentro del hospital. Tras verlo desaparecer por la puerta le seguí el paso; pero comencé a sentir una presencia extraña. Sin que siquiera lo hubiera notado ellos ya habían invadido este lugar. Fue justo en ese momento que comencé a escuchar los gritos de la gente que se hallaba dentro del hospital. Un coro de gritos llenos de terror comenzaron a invadir todo el aire alrededor del edificio. Me interné hacia el lugar sólo para ver que toda la gente que se hallaba corriendo por el pánico de pronto se desplomó y comenzó a temblar en el suelo de una manera violenta, su masa corporal comenzó a dejar de tener la forma de lo que concebimos como humano a algo sin forma alguna, la vista y el olor era el más repugnante posible, se podían observar los que parecían ser los órganos, la piel y sangre de todos atrayéndose mutuamente sólo para terminar fusionado en un nuevo ser. De inmediato me di cuenta a quién pertenecía este poder. Uno de los más temibles enemigos y del cual no esperaba que tendríamos que enfrentarnos tan pronto, este poder tan siniestro sin duda es de él.
Me quedé perplejo ante la situación tan inesperada sin percatarme de que las masas que solían pertenecer a un humano ahora se habían formado completamente en una temible bestia, no podía describirla, la fusión de la carne humana en una sola bestia, podían observarse en ella los órganos de los que habían sido de personas antes conformando ahora sus patas o rostros, los ojos que las bestia tenía parecía una fusión de varios pares de otros más. Eran ENUZZIH esta era tan solo una pequeña parte de la naturaleza del poder de ese sujeto poder manipular a la materia viva y dar origen a estos horribles seres que sirven bajo su mando. Hegolni, y sin duda el ataque a la ciudad fue obra de Qokugal. No podía creer que ellos hayan aparecido primero. Las personas que en este lugar se hallaban ya no existían más y ahora su naturaleza era completamente de un Enuzzih. Dos de esas inmensas bestias comenzaron a acercarse hacia mí lentamente, como si aún no estuvieran completamente adecuadas a ese cuerpo. Lo más aterrador era quizás el rostro una combinación de los rostros de los que solían ser humanos prolongados de una macabra forma para formar lo que parecía ser una boca sin labios para dejar mostrar una sonrisa conjunta de los dientes de los propietarios de esos rostros. Comenzaron poco a poco a abrir la boca para emitir un alarido grotesco que poco a poco comenzó a resonar por el hospital dando evidencia de que este ya se hallaba llenó de muchas bestias similares a las dos que frente a mí había. Esas dos bestias después de su rugido comenzaron a abalanzarse contra mí, comencé a correr tratándome de alejar de ellas y a la vez preocupado ya que sabía que Dan estaba en peligro, pero no podía hacer nada mientras estas cosas me siguieran el paso. Necesito actuar rápido, necesito encontrar a Dan.
— Ñenxse hizel —Dije rápidamente antes de que las bestias pudieran alcanzarme lo que antes eran dos ahora se había vuelto seis de un momento para otro. En ese momento justo antes de que todas trataran de dar una embestida contra mí, una figura humanoide de mi sombra emergió. Cubierto totalmente de negro con una cintilla extraña cubriendo sus ojos de tez blanca y el pelo de un color negro brilloso, en sus manos comenzó a emitir un incandescente destello de luz que arremetió contra las bestias que estaban a punto de atacarnos. Después contra otra que no fue alcanzada por ese destello le propinó un puñetazo que la mandó volando a la pared contigua del pasillo.
—Mi señor, he venido a su llamado—. Lo observé mientras decía eso atento a los monstruos que había alrededor me hacía preguntas muy extrañas en ese momento como el cómo podía ver si tenía esa cinta sobre sus ojos, pero no era momento de estar pensando en esas cosas ahora después de todo lo que ya he presenciado y sé no debería ser algo extraño. Podía observar cómo se encontraba con una calma que ni yo mismo podía explicar, como si todo lo que estuviera pasando a nuestro alrededor fuera un asunto sin mucha importancia.
A pesar de ya haber sabido la verdad de esta guerra desde hace tiempo era la primera vez que usaba ese hechizo para llamar a un Ñenxse, la primera vez que veía a uno en persona, por eso tenía tantas preguntas rodeándome la cabeza. Pero a pesar del sobresalto que tenía en mis recuerdos aparecían más como él, sentía que era algo natural, que no debía extrañarme su forma. Tras unos momentos reaccioné ante la peligrosa situación.
—Llama a más Ñenxse, tenemos que rescatar a Dan.
—Como ordene—. Dijo dando una pequeña reverencia mientras se dirigía hacia otras de esas temibles bestias contra la cual propinó un golpe. De pronto sin darme cuenta mi ropa comenzó a cambiar de forma y unas extrañas proyecciones se empezabas a notar a partir de mi saco de estas proyecciones tres figuras más comenzaron a salir. Los cuatro Ñenxse, los que recordaba. Junto con ellos debía apresurarme a encontrar rápidamente a Dan. Una vez los cuatro estuvieron fuera y mi ropa cambio de aspecto comencé a sentir como el poder fluía de mí. Iré por él y lo salvaré.
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¡Hola! Después de mucho tiempo regresamos con un nuevo capítulo. Estuve ocupado traduciendo la versión en inglés para tener ambas versiones al día y por fin hemos llegado a tal punto :) Ahora actualizaré los sabados, espero que puedan seguir leyendo esta novela.
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