“¡Yumi, Yumi, Yo!” se oyó a la distancia en aquel enorme prado verde de las tierras de los Yukí. Corriendo con sus amigos de la infancia, una criatura que no podía ser descrita de otra forma que no fuese una bolita de nieve con patas y orejas de conejo, bigotes de gato y una dentadura humana aunque no lo fuese. De ojos azul violáceo y una cola esponjosa como la de un conejo, teniendo en el centro de su cuerpo blanco un zafiro azul brillante. Zefarin defensora de Yume, la nación de los Yukí, se dirigía al encuentro de su mayor adversaria. La malvada criatura conocida como: Kuroi Akumu. El reinado de Yume estaba en peligro y solo sus defensores al mando de Zefarin podían detenerla, sin embargo Kuroi Akumu estaba al tanto de aquello y había planeado el cómo poder eliminar a su adversaria Zefarin cuando esta apareciera.
- ¿Crees que podamos llegar a tiempo?- le preguntaba su compañero con un temor en su voz ante la posibilidad del fracaso. Zefarin lo vio y, sonriendo, le dijo
- La esperanza es lo único que jamás debemos perder Kateno, si llegásemos a perderla entonces Yume caería- con un tono seguro y directo, Zefarin, añadió, esbozando una sonrisa triunfal- no importa lo que pase o lo que nos pase, ¡jamás debemos bajar los brazos! ¡somos la esperanza de Yume!
- ¡Sí!- asintió Kateno recuperando la confianza en su voz mientras continuaba corriendo a su lado
El resto del equipo la siguió hasta la guarida de Kuroi Akumu, quien los esperaba con ansias en su castillo de pesadilla. Un lugar tétrico y oscuro que parecía un escenario de una película de horror de los años 30.
Cuando entraron a dicha guarida, rompiendo la puerta en pedazos, pudieron ver en el recibidor, de aquella oscura sala, unas escaleras con alfombras rojas y en el centro del descanso ¡a la mismísima Kuroi Akumu!
- Zefarin, hola- la saludó Kuroi sonriendo con malicia
- Kuroi Akumu- gruñó en voz baja Zefarin ni bien la vio- ¡¿acaso has venido a darnos la bienvenida malvada?!
- Podría decirse- rió Kuroi Akumu, una criatura ovalada del mismo aspecto que Zefarin y sus compañeros; pero su cuerpo era de un color oscuro, sus ojos eran rojos, en lugar de dientes humanos, ella poseía colmillos y en su centro se encontraba un Rubí tan brillante que parecía un tercer ojo rojizo. Riendo con malicia, Kuroi Akumu, dijo- en realidad vine a despedirme de ti, porque después de hoy tú, junto con tus amigos, serás un triste recuerdo
- ¡Eso lo veremos!- rugió Zefarin preparándose para atacarla
Su Zafiro se ilumino al punto de parecer un arma de rayos laser que se activo con el grito de Zefarin
- ¡Luz de Esperanza!- su estomago brilló con mayor fuerza lanzando dicho rayo que iba en dirección a donde estaba Kuroi Akumu
- ¡Tristeza Carmesí!- gritó Kuroi lanzando un rayo aun más poderoso de color rojo que fue en dirección a donde estaba Zefarin. Ambas luces se golpearon con fuerza, una intentaba llegar donde estaba la portadora de la otra. Tras un pequeño minuto de combate, los demás intentaron ayudar a su amiga; pero Kuroi, esbozando una sonrisa siniestra, dijo- cayeron en mi trampa incrédulos
Sin añadir nada mas una red enorme y rojiza cayó del techo atrapando a todos los amigos de Zefarin largando destellos de un color Carmesí, antes de que la red la atrapara, Zefarin pudo moverse a tiempo; pero recibió el impacto de la Tristeza Carmesí en cambio
- ¡Amigos!- exclamó Zefarin intentando levantarse con su cuerpo herido
- Ahora es mi turno de terminar esto- rió Kuroi Akumu, sus ojos iban volviéndose más brillantes a medida que se acercaba a su presa
- ¡Desgraciada! Aun si muriese ¡La esperanza seguiría en nuestros corazones!- rugió Zefarin levantándose con fuerzas del suelo
- ¿Y quien dijo algo de matarte?- rió Kuroi Akumu, sus ojos resplandecieron aun mas tras decir aquello, con un brillo rojizo aterrador en su mirada, le dijo- creo que con expulsarte de este mundo me basta
- ¿Qué?- preguntó Zefarin sorprendida
- ¡VÓRTICE DIMENSIONAL!- rugió Kuroi. Sus ojos brillaron con mayor fuerza y crearon una especie de remolino en el entorno de Zefarin, unas caras con maléficas sonrisas se vieron a su alrededor. Ni bien intentó moverse de allí, sintió como una fuerte ventisca rojiza y enfermiza la empujó a donde estaba esa enorme oscuridad carmesí. Largando un grito, Zefarin, desapareció de aquel lugar. Riendo de forma triunfal, Kuroi, dijo- espero que disfrutes tu nuevo hogar Zefarin, porque yo disfrutare del mío en la alcaldía de Yume
Zefarin dio vueltas en círculos por todo el multiverso hasta caer en un mundo en específico. Uno donde viviría una nueva aventura, quizás la más importante de toda su vida.
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