La casa rodante se veía mal tanto por dentro como también por fuera. Adentrándose a ella, Zefarin, pudo observar un autentico basurero en lo que se suponía que debía ser un hogar. Había varios papeles en el suelo, la gran mayoría eran envoltorios de dulces. Vasos de plástico o latas de refrescos junto a los de cerveza y objetos afilados en los costados de la pared que llamaron la atención de Zefarin.
- Ten cuidado con esas cosas amigo- le explicó Billy señalando aquellas espinas de metal- son lo único en el suelo de esta casa que podría hacerte daño de verdad. He querido deshacerme de ellas; pero vi a papá usarlas de nuevo en más de una oportunidad, por eso las ubico en un solo sitio para que no sean un peligro para nosotros… en realidad para mi
Zefarin no entendía lo que el muchacho le había dicho; pero su Zafiro emitía de nuevo aquel destello de empatía que le avisaba cuando alguien se encontraba triste o mal. En esta ocasión pudo sentir un destello mayor al anterior y, viendo aquellas púas de metal, entendió que el pesar de aquel muchacho humano se debía a dichos objetos. Echando un vistazo mas detallado al hogar de Billy, pudo notar más cosas erróneas aparte de suciedad en el suelo. La cocina, junto al fregadero, se encontraba polvorienta, habían dos platos que juntaban una gran suciedad debido a las comidas anteriores, las moscas sobrevolaban sobre ellos y todo parecía indicar que no había intenciones de usarlos o lavarlos en un futuro cercano. Demasiadas cajas de cartón o envases plásticos, manchas en las paredes que parecían indicar que alguien había vomitado en ellas. Acercándose a la habitación de Billy pudo notar que esta tenía muy pocos juguetes en el suelo junto a una cama desarreglada, aquello no debía sorprenderla porque era normal, en todo chico, el dejar su dormitorio hecho un desastre; pero había algo en dicho caos que no le gustaba nada a Zefarin. Abriendo la puerta de la habitación de quien podría ser su padre, entendió lo que ocurría.
Cientos y cientos de bolsas con un polvo blanco desparramados por la mesa de noche y el suelo junto a la misma cama. Diviso una fotografía en la pared que, irónicamente, era la única cosa limpia en toda esa mugre. En dicha fotografía se veía a una mujer hermosa de cabellos oscuros y ojos castaños al punto de parecerse al color de la miel. Llevaba un hermoso vestido azul con flores negras dibujadas en el mismo junto a un pequeño saco de tela de manga corta color marrón claro. No necesito que Billy se lo dijese para que ella supiese de quien se trataba.
- Veo que encontraste a mamá- le dijo Billy suspirando de pesar- es lo único que papá mantiene limpio dentro de esta casa, bueno eso y esto.
Abriendo el ropero que tenía en su pieza, Billy le mostró una guitarra color rojo con una mancha blanca cerca de donde estaban las cuerdas de la misma.
- Si te lo preguntas, papá solía tocar mucho la guitarra antes de que mamá muriera hace unos dos años atrás- le respondió Billy con una mirada sombría- su sueño era ser un guitarrista o vocalista líder de su propia banda… después de que mamá muriera solo se limitó a…
¿Que más debía decirle aquel muchacho que Zefarin no pudiera deducir sin la necesidad de entenderlo a la perfección? Acercándose a él solo le pudo decir
- Yumi, yumi, Yo- con una sonrisa amorosa, tomó con su pata el brazo del muchacho para que entendiese que no había problema alguno en que se sintiera mal o triste ante lo que vivía; pero que todavía se podía seguir adelante. Billy solo entendió la primera parte
- Que cómico- sonrió Billy dejando de sentirse mal por un momento- me pregunto que significara eso
- ¿Yumi, yumi, yo?- preguntó Zefarin como si por fin estuviese entendiendo el idioma humano, quizás porque así era
- Exacto. Suena muy agradable e incluso un poco cómico; pero en el buen sentido- le respondió Billy con una mirada tierna
Ambos se vieron en silencio, Zefarin sonrió cerrando los ojos para que Billy no se sintiese mal, respondiendo a su sonrisa, Billy también sonrió abrazando la guitarra de su padre. Estuvieron así por un segundo que fue más que necesario para reafirmar su amistad.
Podrían haber estado más tiempo de ese modo; pero no fue posible debido a que el padre de Billy había vuelto a casa.
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