La cena había terminado y era hora de ver a las heroínas. En el caso de Billy, encendió su televisor a la hora precisa en que comenzaba el programa televisivo de Ángel. Se trataba de una adaptación animada de los libros de Hector Standford, siendo dichos dibujos animados provenientes del Japón. El diseño de la protagonista, Selene, era hermosa para los ojos del joven Billy. Acomodándose en el suelo, vio delante de la pantalla, casi al punto de colocar su rostro en el mismo visor, las aventuras de la heroína que él amaba en secreto. Su padre, por otro lado, se acomodó en su sillón y, lejos de pedirle a Billy que no se acercara demasiado a la pantalla por su salud visual, se puso una pequeña soga blanca sobre su brazo. Tomando con precaución su jeringa, se inyectó su propia Heroína con la cual se sentiría mejor durante un buen rato. Zefarin observaba como padre e hijo se maravillaban con sus heroínas que los distraía de la terrible realidad en la que estaban metidos y los llevaban de forma mental a otro mundo, uno artificial donde tanto uno como el otro no eran perdedores dentro de dicho mundo. Su Zafiro brilló con más intensidad, era obvio para ella lo que sucedía y al ver que la mujer de la fotografía no se encontraba cerca ni había indicios de que volvería, entendió el porqué de esa horrible degradación en la que estaban sumergidos padre e hijo.
Acercándose a ellos en silencio para no ser notada, le preguntó a Billy
- ¿Nande?
- ¿Nadie? No amiga, ella es alguien- sonrió Billy viendo que su padre estaba en tierra divertida en ese momento como para notar a su nueva amiga- ella es… se llama Selene y me gustaría poder decirte que es mi… no importa
Tocando la pantalla con su pata peluda, Zefarin, le preguntó a Billy
- ¿Engel?
- ¡Sí, claro!- exclamó Billy sorprendido- es una Ángel, aunque se llaman a sí mismos Engels. Selene es la protagonista de la serie y… desearía que fuese real para ser mi amiga e incluso… mi chica
- ¿Huh?- preguntó Zefarin un poco confundida ante los dichos de Billy
- Si, sé que es una estupidez lo que dije. No te preocupes amiga, ya sé que es un personaje de ficción; pero… ¡a quien daño por quererla! No creo que en la vida real ella me note; pero, por algún motivo, me siento muy enamorado de ella y al ver como se preocupa por otros a los cuales no conoce…- largando un profundo suspiro, Billy, susurró- soy una causa perdida ¿verdad?
- Nya- le respondió Zefarin negando con su rostro, con sus patas hizo una señal en forma de corazón
- Al parecer entiendes lo que digo ¿verdad?- sonrió Billy, viendo a su padre semiconciente largando pequeños gemidos de dolor y placer, dijo- ¿quieres hacerme compañía? Papá no despertara de su sueño alegre sino pasada unas dos horas y aun así es posible que desee continuar en donde sea que esté durante unas horas mas
- ¡S…si!- exclamó Zefarin, hablando con esfuerzo el idioma humano. Se sentó al lado de Billy para acompañarlo durante el resto del programa y con intenciones de que no se sintiera solo esa noche
- Gracias amiga- le respondió Billy mirando la televisión al lado de Zefarin
Tras terminar el programa, Billy bostezó debido al sueño que tenia. Zefarin lo tomó con sus patas para acompañarlo al dormitorio. Acostándose sobre su cama con su ropa aun puesta, Zefarin, lo tapó con la frazada y él, riendo, le dijo
- Gracias amiga- cerrando sus ojos Billy durmió de forma placida y Zefarin, dando un profundo suspiro, le respondió en voz baja
- De nada pequeño- sin perder tiempo se dirigió a donde estaba Sam y lo encontró en el momento en que se inyectaba su segunda dosis de Heroína, al parecer la jeringa era la misma que había usado antes, molesta vio como aquel hombre volvía a su sueño artificial, con un susurro, Zefarin gruñó- indignante
Al ver que ese hombre no despertaría del estado enfermizo en el que estaba por otras dos horas, la Yukí guardiana y defensora de Yume, tomó la tercera dosis junto con las demás jeringas colocándolas fuera de la casa rodante. Su Zafiro brilló y su pata se volvió de color azul, sin perder tiempo, Zefarin gritó:
- ¡Fuego Purificador!- lanzó una ráfaga de energía azul de su pata destruyendo aquellas jeringas junto con sus horribles contenidos. Nadie notó dicho ataque, ni Billy quien dormía y mucho menos Sam quien estaba drogado hasta el culo.
Los vecinos también dormían, por lo que nadie notó como aquella llamarada azul destruyó hasta el último gramo de esa porquería blanca. Respirando con agitación, Zefarin, supo que era hora de que Sam cambiase de heroína y ella aceptaría gustosamente el cargo.
Comments (1)
See all