Tenía un tiempo que me había decidido a buscar a Dan, pero aún con la ayuda de los Ñenxse era algo casi imposible de lograr debido al poder de Qokugal y Helgoni.
Los poderes de Qokugal eran temibles, pero entre ellos el poder de manipular el espacio era uno de los más poderosos. Si el tuviera el poder de manipular también el tiempo todo habría sido una causa perdida desde un comienzo, por suerte el poder del tiempo pertenecía a uno de los más leales a Gualle. Aún con la ayuda de los Ñenxse lidiar con los Enuzzih era bastante complicado, ellos junto al poder de Qokugal estaba haciendo casi imposible poder encontrar a Dan; de pronto con mi poder de detección sentí que Dan estaba en compañía de Yazír, en el momento que detecté eso solté un suspiro de alivio; aunque tuviera aún cosas que atender, sabía que Dan a lado de Yazír estaría bien, aunque saberlo me doliera un poco. Conociendo la personalidad de Qokugal sabía que este trataría de evitar a toda costa la reunión de esos dos, al menos el Qokugal de ahora lo haría. Justo cuando estaba tratando de detectar a esos dos detecté la presencia de alguien más. Mientras los Ñenxse lidiaban con los Enuzzih trataba de usar el poder de detección para entender que es lo que sucedía afuera del hospital. En un principio sólo usaba la detección para buscar a Dan, pero ahora estaba más concentrado en tratar de entender lo que el enemigo estaba haciendo fuera.
Sentí una enorme fuente de poder emanar entre ellos, pero de pronto esa fuente de poder fue interrumpida por un poder extraño y aterrador. Esta nueva fuente de poder me provocó un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo. No necesite más tiempo para entender que se trataba de ese sujeto. Aquel que ahora estaba interfiriendo con nuestra labor. Ese poder que podía detectar era algo que jamás había sentido en esta vida ni en la de mis recuerdos. No podía encontrar una descripción para la sensación que me provocaba, pero el temor que sentía era inmensurable. No entendía la naturaleza del poder de este sujeto, simplemente se salía de todo aquello que conocía, pero de algo estaba seguro, y eso era que irradiaba una enorme cantidad de Analtue Xeiguxa, una cantidad tan exagerada que podría extinguir todo en el universo. Tras detectar a este sujeto sabía que debía apresurarme a encontrar a esos dos. Debía procurar que el Funzoxi se formara antes de que algo más sucediera.
— Hamil Hiz—La voz del Ñenxse Ahga hizo que dejara de estar preocupado sobre eso por un momento.
— ¿Qué sucede? — Contesté con una voz temblorosa.
—Ya no registramos movimientos de Enuzzih por ningún lado.
Estaba tan preocupado por esa presencia que había olvidado por completo monitorear a los Enuzzih, tras oír el reporte de Ahga usé mi poder Wagaxge una vez más para detectar si lo que me habían reportado era verdad. En ningún rincón de este lugar podía detectar Enuzzih alguno. A pesar de la utilidad de este poder debido a la influencia de Qokugal no podía utilizarlo para encontrar a esos dos, no podía saber dónde exactamente estaban. Maldita sea.
—Hamil Hiz —El Ñenxse Nilga apareció frente a mi poco después — ¿Qué es lo que le preocupa?
—Necesitamos encontrar a esos dos rápidos, pero mi poder sólo puede detectarlos— Dije en un tono algo irritado, además me pregunté si sería buena idea comentarles la presencia de esa otra cosa, pero no me había dado cuenta de que tenía un tiempo que ya no podía sentir esa energía tan escalofriante, pero aún seguían ahí Qokugal y Helgoni
—Hamil Hiz ¿por qué no usa el poder Yohxel? Estoy seguro que con él podrá sobrepasar al poder de Qokugal.
En ese momento me di cuenta de algo, quizás porque aún no entendía demasiado de mí, quizás porque estaba tan asustado con esa nueva presencia no había sido capaz de considerar usar ese poder y me sentí un poco idiota por eso ya que se supone que yo debo ser quien guíe a esos dos en lo que está por venir. Aunque pensaba eso en los Ñenxse podía sentir que se portaban y me hablaban con una amabilidad que no podía explicar. Eso me hacía sentir que podía contar con ellos para poder realizar esta tarea. Quizás aún no entendía tanto como yo creía, pero debía confiar tanto en los recuerdos que se me fueron otorgados como en los Ñenxse. Pude observar como los cuatro ahora me rodeaban, podía sentir la sinceridad que expresaban al preocuparse por mí.
—Tienes razón, Nilga, lo usaré ¡Yohxel! — Dan solo espera un poco más y llegaré hacia ti y Yazír.
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