El olor del arroz siendo cocinado fue lo primero que padre e hijo olieron antes de despertar. Cantando, o mejor dicho tarareando, una canción de su tierra natal, Zefarin, cocinaba el desayuno en la cocina mientras se movía al ritmo de la propia canción que ella cantaba. Sam ni bien abrió los ojos la vio con la sartén en su pata izquierda y llevando un delantal blanco que cubría su cuerpo, Zefarin se dio vuelta y al verlo esbozó una enorme, como también dulce, sonrisa.
- ¡¿Que carajos?!- murmuró Sam al ver que aquella criatura no era una alucinación provocada por la Heroína que consumió la noche anterior
Billy entró corriendo a la sala de estar, mirando con asombro a Zefarin cocinando delante de su propio padre. Sam la vio primero a ella y después vio a Billy. El enojo de su padre se veía en sus facciones, dando un solo grito dio a entender que estaba un poco molesto con su hijo.
- ¡BILLYYYY!
- ¡Papá espera! ¡Puedo explicarlo!- le suplicó Billy aterrado
- Oh… buenos… días- los saludó con esfuerzo Zefarin sonriendo- por favor… acomódense… que el desayuno… casi esta… listo
- Billy, ¿qué carajos es lo que está ocurriendo aquí? ¿qué demonios es esa cosa y de donde carajos vino?- le preguntó molesto, Sam, a su hijo levantándose del sofá intentando mostrarse como una persona autoritaria; pero sus pequeños tambaleos lo hacían ver como alguien decadente
- Creí… que ya… te lo… había contado anoche- le contestó, con un poco de dureza, Zefarin a Sam obligándolo a calmarse por medio de su tono
- ¡¿Qué demonios hiciste amiga?!- se quejó Billy molesto al ver que Zefarin se había descubierto de ese modo tan tonto delante de su padre
- Lo… correcto- le respondió ella con un tono amistoso, sin perder tiempo procedió a explicar su punto de vista delante de sus dos nuevos amigos- escuchen… ustedes… me necesitan… son dos personas… maravillosas… que sufren mucho… quiero ayudarlos
- Gracias; pero no gracias, estamos bien así- se quejó Sam al ver las buenas intenciones de Zefarin- aparte de que no hay espacio o dinero suficiente en esta casa para mantener una mascota
- ¡Oh, vamos papá!- gimió Billy al ver la negativa de su padre
- Les… aseguro… que no soy… una mascota- le gruñó Zefarin a Sam terminando de cocinar el desayuno- y puedo… ayudarlos… en mucho más de lo que piensan
Colocando el arroz en el plato, Zefarin, sirvió el desayuno con una velocidad digna de un atleta de las olimpiadas. Sam se acercó tambaleándose a la mesa y, a pesar de estar enojado, se sentó en su lugar contemplando a Zefarin. No sabía qué diablos era ni porque se interesaba en ayudarlos; pero era la primera vez en años que alguien le servía un desayuno que no fuese un cereal azucarado con sabor a plástico. Billy también se encontraba igual de sorprendido que su padre, normalmente era él quien se encargaba de los alimentos y eso consistía en desayuno, almuerzo y cena. En especial la cena debido a que los fines de semana se hacían cargo de la comida del medio día. Siendo un día viernes, tenía que ir al colegio dentro de poco; pero por primera vez, en varios años, se encontraba desayunando ni bien se levantaba. Sentándose en su asiento, Zefarin, se quitó el delantal y juntando las patas oró
- Colores Primordiales, te damos gracias por la comida que tendremos hoy- tras orar a dichas entidades, dejando un poco confundidos a Sam y Billy, Zefarin exclamó- ¡a comer!
- ¿Acaso esto es arroz?- preguntó Sam sorprendido de ver algo que no fuera ChocoPirate en su plato
- Arroz cocido, casi frito- rió Zefarin comiendo con dos palillos que había improvisado de las cercanías
- ¿Donde están los cubiertos?- preguntó Billy mirando sus palillos chinos y Zefarin le respondió
- ¿Que son cubiertos?
- Ya sabes, tenedor, cucharas, cuchillos- le recordó Sam y Zefarin, riendo, dijo
- Oh ¿eso eran esas cosas plateadas? Las guarde todas en el cajón de su fregadero. Antes de hacerlo las lavé, se veían muy sucias debido a estar tiradas por el suelo durante quien sabe cuanto
- ¿Lavaste los cubiertos?- preguntó Sam sorprendido, levantándose de su asiento para corroborar y en efecto, se encontraban limpios- ¡increíble!
- No… no es increíble… es algo lógico en realidad- señaló Zefarin sonriendo- lo que es increíble, para mí, fue que estuviesen así en un principio
- Y yo no puedo creer que hayas aprendido a hablar tan rápido nuestro idioma amiga- la felicitó Billy mirándola con cariño
- No fue fácil; pero por ustedes dos… valía la pena el intento- le respondió Zefarin esbozando una sonrisa dulce e incluso amorosa
- Supongo que puedes decirnos quien o que eres ahora que te puedes comunicar mejor eh… ¿Cómo era que te llamabas?- le pidió Sam dejando los dos tenedores en la mesa, uno para él y otro para su hijo
- Mi nombre es Zefarin… soy de… una especie… muy poderosa conocida como… los Yukí… vivimos en un pequeño reino pacifico… conocido como… Yume- les contó Zefarin comiendo su desayuno- soy… una de… las guardianas… de aquel reino… mis poderes… provienen… de este Zafiro brillante… que se encuentra en… mi estomago
- ¿Cómo llegaste aquí Zefarin?- le preguntó Billy asombrado ante tal confesión. Dejando de comer su desayuno, Zefarin, se deprimió y le contesto con un tono de voz suave; pero triste a la vez
- Hace unos meses atrás… una horrible amenaza… se cernió sobre nuestro pueblo… era una Yukí corrompida llamada… Kuroi Akumu… una de las mejores generales de… no importa eso ahora. Kuroi quería destruir nuestro Reino y esclavizar a sus habitantes. Nosotras intentamos detenerla; pero esa hija de… utilizó una técnica muy poderosa llamada Vórtice Dimensional trasladándome a este mundo… los otros… necesitan de mi ayuda
- ¡Entonces debemos ayudarte a volver a casa!- exclamó Billy indignado ante lo que oía
- ¡No todavía!- le respondió Zefarin con un tono demasiado directo y estricto
- Hijo, no sé si podamos serle de ayuda- suspiró Sam con pesar, en su interior se sentía orgulloso del espíritu bondadoso de su hijo; pero esto no era como en las películas donde había un modo mágico y a conveniencia del guion para devolver a la criatura mágica a su mundo- apenas sabemos algo de su especie y su cultura, menos vamos a saber cómo poder ayudarla a volver a su propio mundo
- ¡Pero papá!- gimió Billy ;pero Sam le respondió
- Sin peros hijo, tristemente es la verdad. Les somos tan útiles a ella en este momento como lo son para nosotros estos palitos chinos
- No deseo irme todavía- les explicó Zefarin con un tono amoroso al ver como se preocupaban por ella- debido a que mi Zafiro empático detectó en ustedes una tristeza tan grande como nunca antes la había detectado, viendo con mis propios ojos su horrible estado de vida, siento el deber y la necesidad de ayudarlos
- Pero…- se quejó Billy siendo interrumpido por Zefarin
- Sé que mis amigos están a salvo y Yume se encuentra todavía bien. Tengo fe en ellos; pero tu padre tiene razón en que no hay modo conocido por ustedes, o por mí, en este momento para poder volver a casa. Por lo que no tengo otra opción: me quedare con ustedes y como pago por su hospitalidad… los ayudare en todo lo que me sea posible para que salgan adelante ¿entendido?
- Si, entendimos- le respondió Billy con un suspiro de resignación
- No tienes porque tomarte estas molestias- se quejó Sam sintiéndose un poco apenado al oír aquel ofrecimiento tan noble por parte de aquella criatura
- ¡Si tengo!- aseveró Zefarin molesta- después de lo que vi anoche, no solo tengo sino que debo
Tras decir eso termino su desayuno y añadió
- Aparte… no tengo otro lugar a donde ir. Esto nos conviene a todos amigos, de eso si que estoy segura- una sonrisa traviesa se dibujo en su rostro al decir aquello. Al parecer Zefarin ya tenía su situación y la situación de sus amigos bajo control.
La camioneta se encontraba afuera, los oficiales estaban esperando a que padre e hijo salieran de su hogar para poder adentrarse de forma tranquila y colocar los micrófonos.
Voltage veía desde sus prismáticos como Sam junto a su hijo salían por la puerta de la casa rodante. Sam se daba vuelta para hablar con alguien y tras recibir una respuesta la puerta de la casa rodante se cerraba mientras padre e hijo saludaban al tercero que podía estar allí dentro. Ambos se retiraron para ir a sus respectivos destinos. Frunciendo el entrecejo, Voltage, dijo
- Al parecer Kloinger tiene un amigo en su casa
- Interesante- murmuró Jiménez- eso quiere decir que tiene una nueva chica o…
- O que puede tener un laboratorio de Cristal Rojo en su casita rodante y puede estar vinculado por completo a Kuroi Akumu- finalizó Tiwer
- ¿Un laboratorio en un lugar tan pequeño?- preguntó Harsen sorprendido
- La droga no es similar al Crack, puede hacerse en espacios pequeños, mierda hombre incluso en esta camioneta podría fabricarse- le explicó Voltage con palabras breves y concisas
- ¿Qué hacemos entonces?- preguntó Jiménez viendo que no podrían colocar los micrófonos como creían en un primer momento
- Una redada- sonrió Voltage planeando el arresto en su cabeza con una rapidez increíble
- Necesitamos una orden judicial- le contestó Tiwer sorprendido ante tal proposición
- ¿Cuánto tardaría en hacerse?- preguntó Voltage con una sonrisa maliciosa
- Unas tres horas, dos si nuestro sospechoso si resulta ser culpable- le explicó Tiwer acomodándose en su asiento haciendo reír a Voltage
- Entonces ve a hacerla mientras nosotros saludamos a los fabricantes- le pidió Voltage sonriendo con malicia, sacándole el seguro a su arma.
Se estaban retirando a sus destinos, Zefarin tenía puesto nuevamente aquel delantal blanco que hacia sonreír a Billy por lo cómica que se veía con eso puesto mientras que en Sam le hacía tenerle un cierto cariño divertido.
- Mientras ustedes estén fuera, me quedare aquí limpiando su casa- les decía Zefarin sonriendo con alegría
- No deberías molestarte, en serio- le respondió Sam saliendo por la puerta de su casa rodante- a nosotros no nos es un problema
- ¿No te es un problema vivir en la mugre con varias jeringas filosas en el suelo?- preguntó Zefarin molesta- porque a mí si me es un problema y me tomare todas las molestias necesarias, no solo por su bien sino también por el mío. Al final de cuentas voy a vivir con ustedes durante un tiempo
- Pero…- quiso continuar con su protesta, Sam, sin embargo Zefarin le dijo
- Es mi decisión Sam. Ahora vayan a cumplir sus obligaciones chicos, que yo también debo cumplir con las mías
- Nos vemos luego Zefarin- la saludó Billy partiendo con su bicicleta al colegio
- Adiós Zefarin- se despidió Sam retirándose de allí
Zefarin los vio con cariño a ambos, solo eran dos pobres muchachos que sufrían la ausencia de aquella mujer que vio en los recuerdos de Sam. Con una sonrisa y cerrando sus ojos mostrando una expresión tierna se despidió de ellos gritando
- ¡Yumi, yumi, yo!
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