Ambos chicos estaban en silencio, Oliver no solía hablar mucho con otras personas y se le hacia incómodo estar en silencio, el rubio era un buen chico, pero no sabía de qué hablar con él, esto era incómodo, demasiado incómodo.
–¡Carven!
El rubio se escondió detrás de Oliver al ver al pelirosa, ese chico se la pasaba acosandolo.
–No, tú no –lloriqueo usando de escudo al pelinegro.
–¡Hey! No quiero estar en medio –Oliver ladeo la cabeza intentando safarse del chico–. Dime cual es la casa de Mateo –refunfuño.
–La casa azul, a unas tres casas más adelante –dijo aún usando al chico de escudo.
Yo una chica como cualquiera que dejo de creer en los príncipes azules para darse cuenta de lo que es el mundo real. Sueño en un mundo donde todos conozcan mis historias y se que para eso aun me queda mucho que hacer. Mientras tanto devoro libros y los reseño en mi blog.
Después de eso se aparto, corriendo lejos de allí, no quería estar en medio de una discusión de pareja.
–¡Deshonra, traición! –chillo al ver como el chico huía de él.
–¿Por que me odias? –abrazo al chico, mirándolo con ojos de perrito.
No lo odiaba, solo no le gustaba que lo acosen 24/7, era algo molesto y daba miedo, el chico estaba en cualquier lugar que fuera.
–¿Quieres que deje de acosarte? –hizo un puchero, mirando al chico a los ojos.
No era de su agrado que lo acosaran, pero solo tal vez, se estaba acostumbrado a tener al chico detrás de él ¿que tan malo seria si intenta ser su amigo?
–Solo ya no me acoses tanto –suspiro.
Aquellos ojos grises brillaron, Alex abrazo aun más al chico, le gusta poder abrazarlo.
Comments (2)
See all