1
El gran Rey Dorkus se encontraba observando las llamas de aquel poblado que iluminaban la oscura noche a la distancia. En su anciano rostro se podía ver una expresión de horror y de arrepentimiento. Uno de sus soldados se acercó a darle la noticia de la que ya se encontraba enterado. Tras oír el informe, Dorkus, le dijo
- ¡Quiero que vayan ahora mismo a detener este ataque! Ayuden a todos los que puedan y derroten a los responsables de esta calamidad; pero, por sobre todo, salven a los pobladores. Todo lo demás es secundario
- ¡Sí, mi Rey!- exclamó el soldado de la raza Worrero saludándolo con un golpe en su pecho, retirándose a cumplir con sus órdenes.
Dorkus, el Loal Lashyrt, era de piel azulada y con una barba de chivo ya canosa. Cubierto con una capa de color rojo con puntas de color violeta junto a un pelaje pardo blanco en su cuello. Era uno de los soberanos más poderosos que tenia Portyas, como también el más justo. Después de haber perdido a su devota esposa y reina por una terrible enfermedad, Dorkus valoró aun más que antes las vidas ajenas por sobre todo. En sus inicios no fue muy distinto de su travieso hijo Ryus, con la pequeña excepción de que él era más caprichoso y molesto. Siempre se quejaba de todos sus lujos llegando a ser el príncipe mas malcriado del reino… hasta que un poderoso enemigo apareció haciendo que su mundo se diera vuelta en un giro de ciento ochenta grados. Aquel terrible enemigo era un malvado ser cuya raza él desconocía hasta ese fatídico día en que lo perdió todo. Su nombre era Prown y pertenecia a la raza de los Kringles o como hoy los conocemos: los Tyrannosaurus Rex o Tiranosaurios.
La llegada de este malvado usurpador fue marcada con la muerte del padre de Dorkus. Tras matar al Rey, la sangre de su madre y su familia real fue derramada por medio de sus súbditos que lo seguían a todas partes como si de un dios se tratara. Él logro escapar y con la ayuda de Daysmir, la que sería su futura esposa, junto a su amigo Grotus, Dorkus pudo madurar. No fue fácil; pero lo consiguió y al dejar de actuar como una cría pequeña pudo convertirse en un gran guerrero. Dorkus vivió miles de aventuras junto a Daysmir, ella en un principio era su mejor amiga, sin embargo esa relación evoluciono a un noviazgo que desembocaría en un hermoso matrimonio que ambos, sin importar las distancias o circunstancias, recordarían hasta el final. Dorkus también tuvo muchas aventuras junto a Grotus, su hermano de sangre y de armas, siendo más un rival al principio para convertirse en un gran amigo en quien deposito el cuidado de sus hijos si algo llegaba a pasarle a él y a su amada esposa. Los tres eran imparables a la hora de pelear como un equipo; pero fue en una de sus aventuras en la que conocieron al Dios De Cristal, algo que sería más que importante en la derrota final de Prown.
2
Saliendo de sus recuerdos decidió ir a ver al Dios Cristal para pedirle consejo. Caminando por los luminosos pasillos del castillo, Dorkus, entró en la habitación sagrada. Aquella majestuosa habitación de cristal tenía una gran cantidad de velas y sus paredes estaban cubiertas por varias cortinas rojas. En el centro, descansando sobre un pilar tallado con las imágenes de crías de Loyal Lashirts, se encontraba una esfera azul cristalina de un brillo opaco. Aquella esfera se parecía un poco a las bolas de cristal que poseen las adivinas en la actualidad.
Dorkus se arrodilló ante el Dios Cristal y empezó a orar
- Dios Cristal, señor del tiempo, señor de la realidad. Atiende mis ruegos, por favor- decía en voz baja Dorkus, su tono era un lamento antes que una oración- una vez te necesité para liberar a mi reino de las garras del malvado Prown. Sé que debía matarlo; pero fui débil y no lo hice. No me arrepiento de haberle perdonado la vida ya que no soy como él; pero si me arrepiento de no haberlo encerrarlo en el calabozo en lugar de haberlo dejado ir con la condición de que no volvería. Soy muy viejo ahora y no tengo las fuerzas que me definían en el pasado. No sé si podría volver a ganarle en un combate ¡Por favor, no dejes que mis hijos, mi mejor amigo y todo mi reino paguen por mi imprudencia! ¡Dame fuerzas nuevamente para vencerlo! En cambio prometo construirte un templo más grande y soberbio que el que ya tienes, te lo suplico ¡Retorna de tu sueño y ayúdanos!
El Dios Cristal no dio muestras de vida ni tampoco volvió a brillar como lo hizo aquella vez hacia décadas atrás
Dorkus entendió en ese momento que su Dios lo había abandonado; pero sabía que estaba siendo justo ¡Debió matar a Prown en aquella ocasión! Un acto divino como el que se dio en ese momento no suele repetirse dos veces, aunque no sean seguidas.
3
Grotus podía observar el fuego a distancia y aunque no veía al responsable de tal acción si sabía quien era, las cicatrices en su cabeza aun lo ayudaban a recordar. Siempre supo que su mejor amigo había cometido una imprudencia al no matarlo; pero también planeó una forma de repeler cualquier ataque que diese si él volvía a aparecer. Sin pensárselo dos veces decidió llamar a sus tropas.
4
Rius también veía el fuego pero, a diferencia de su padre o su mentor, él no sabía quién era el responsable de ese ataque ¡Sin embargo eso no importaba ahora! Rius no se quedaría de brazos cruzados mientras sus posibles futuros súbditos eran atacados y masacrados por aquellas tropas invasoras. Sacando sus dos garras de las patas delanteras, el valiente principie, saltó de la ventana de su, bien amueblado, cuarto para ir a salvar a su pueblo.
5
Ripter estaba reuniendo a su ejército, el segundo al mando de Prown estaba consciente del peligro al que podía estar expuesto ante tal ataque directo al reinado de Dorkus, debido a la información que le proporcionó Prown en base a su anterior fracaso, sin embargo aquel miembro de la raza orgullosa de los Griptors o como nosotros les conocemos en estos tiempos: los Velocirraptors, no sería tan fácil de abatir como lo fue Prown en aquella ocasión. Ripter era alto, de un color rojo demasiado visible, en ese momento se encontraba en modo campeón. Ripter recordaba el momento en que su padre había muerto por Grotus; pero él no se encontraba allí por venganza sino por poder. Pronto vendría el asesino de su padre y le demostraría a todos incluido a su futuro rey que él era el guerrero más poderoso de los Griptors.
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