No entiendo nada. No entiendo que ha pasado. No Entiendo que está pasando. Quiero entender que está pasando. Qué es lo que hay a mi alrededor, que es todo esto que estoy viendo, que es lo que vi, que es lo que le pasó a Liz. Por qué no lo entiendo, que alguien me diga por favor que alguien me diga que esto es un sueño. Por favor alguien despiérteme, por favor que alguien me saqué de aquí. ¡Por favor!
Sentía mi mente darme vueltas, sentía como a pesar del dolor físico el dolor emocional me hacía más daño, sentía como me iba hundiendo poco a poco en un mundo lleno de desesperación. No podía seguir, no podía andar más. Justo cuando esta sensación estaba comenzando a cubrirme por completo sentí una extraña calidez que comenzó a rodearme y me hizo mantener mi cordura. La sensación que me provocaba era algo que no lograba explicar, pero se sentía como si ya conociera esta sensación de antes. No quería que se terminara eso, en un momento sentí que dejaba de rodearme y comenzó a alejarse y sin pensar en más lancé mi mano hacia la proyección de esa calidez. Cuando lo tomé en ese momento pude ver que se trataba de Yazír.
Yazír, ¿cómo puedo si quiera empezar a hablar de él? Cuando lo conocí, fue quizás de forma accidental, pero desde ese momento él ya no pudo salir de mi vida. Recuerdo muy bien esa vez, recuerdo como ese primer encuentro marcó fuertemente un antes y un después en mi vida. Cerca de la biblioteca del instituto en un lugar un poco escondido había una pequeña habitación que siempre pensé estaba ahí como mantenimiento, pero ese día que pasaba por ahí vi como alguien del instituto entraba en ese lugar de una forma muy sospechosa, como asegurándose que nadie más estuviera viendo, ante mi curiosidad decidí seguirle. Realmente por fuera solo se podía ver un cuarto abandonado, quizás todos pensaban que no se usaba para nada, o que era algo de mantenimiento, incluso ni siquiera pienso que le pusieran atención alguna. La puerta de metal se veía completamente oxidada, no me imaginaba que podría hacer alguien allí dentro. Vi que la puerta estaba un poco abierta y sin pensarlo mucho entre al lugar. Cuando entré vi que justo el chico se estaba quitando la camisa rápidamente traté de dirigir mi mirada hacia otro lado, sólo para ver como en el lugar había una cama. Era una situación incómoda, no sabía cómo explicar mi presencia allí, y también me di cuenta que más que un almacén parecía un lugar de descanso por dentro.
Volvimos a cruzar la mirada y no podía evitar sentir la incomodidad. Quería decir algo, pero no sabía muy bien qué. Me quedé mirando y creo que él se quedó impactado por mi presencia como yo, seguía con el torso desnudo, podía ver su cuerpo muy bien definido, su blanca piel y sus rosa pezones… no podía creer lo que estaba pensando en ese momento, después de un momento de verlo hice una reverencia como para disculparme.
—Perdón, este, no quería interrumpir.
Me di rápidamente media vuelta, pero en ese momento tuve una extraña sensación es como si algo me estuviera pidiendo que me quedara allí.
—No tienes por qué irte.
Volteé a verlo tras lo que dijo, ya se había puesto otra camisa diferente a la del uniforme.
—Bueno, ya has entrado a mi lugar secreto, no es como que pueda hacer algo.
Su tono de voz era calmado, pero su rostro me irritaba, no parecía sincero al momento de decir esas cosas. A pesar de eso comencé a sentir una extraña conexión entre los dos, como si fuera destinado nuestro encuentro. Como si todo se hubiera alineado en el mundo para conocernos justo ese día en ese momento.
—¿Qué haces en este lugar secreto? —. Traté de cambiar un poco el tema me estaba sintiendo de una manera que no lograba entender y solamente me le quedaba viendo como si estuviera enamorado. En serio estaba teniendo pensamientos muy extraños ese día. El comenzó a ver alrededor de una manera sarcástica.
—Pues creo que es algo obvio el para qué sirve, pero es un lugar al cual vengo a despejarme.
Di una sonrisa nerviosa. Realmente su rostro arruinaba la tranquilidad que su voz emitía.
—Vaya no sabía que hubiera estudiantes tan privilegiados—. Por alguna razón cuando dije eso su rostro reflejó algo de tristeza.
—Nadie usa este lugar y hasta el momento nadie más que tú me había descubierto—. Al final dio una pequeña sonrisa mientras cambiaba también de pantalón, su piel era bastante hermosa, no sé por qué me quedaba viendo de esta manera a otro chico, jamás había sentido esto al ver a otro chico semidesnudo. Para evitar seguir pensando en eso me puse a ver alrededor, era un lugar muy pequeño, con muy poca luz, quizás lo único fuera de lugar era la cama que allí se encontraba. Después de unos momentos escuché como es que se sentaba en la pequeña cama que estaba en ese lugar. Me quedé concentrado en el sonido, no se oía el ruido de la ciudad, sólo se podía oír el susurro de los árboles, el canto de las aves y el chillido de algunos otros animales. Era realmente relajante.
—Creo que entiendo por qué te gusta este lugar—Dije sin dirigirle la mirada, seguía mirando alrededor tratando de reconocer todo los sonidos que se escuchaban. De pronto escuché de nuevo el sonido del colchó y ahora dirigí mi mirada hacia él.
— ¿Quieres intentar acostarte? Te aseguro que podrás disfrutarlo mejor —. Me dijo de una manera extraña ofreciéndome su cama, quizás un poco apenado o incómodo. No podía entender que pensaba, realmente solo éramos dos desconocidos, pero él se portaba como si me conociera. Además me sentía un poco incómodo, no sé si era buena idea estar los dos solos en este lugar y que me invité a su cama. Bueno tampoco creo que haya intenciones ocultas. Justo cuando pensé en eso recordé su cuerpo su torso y piernas, mis mejillas comenzaron a ponerse calientes ¿Qué rayos me estaba pasando?
— ¿No te molesta? —Dije tratando de ocultar mi sonrojo, no podía entender muy bien mi forma de actuar en este momento. A pesar de que su rostro me molestaba, no podía evitar sentirme bien en su compañía.
—Para nada—.Dijo mientras hacía un gesto con su mano para acostarme.
Comencé a recostarme lentamente sobre la cama mientras veía como él se me quedaba viendo fijamente. Esta sensación extraña no podía desaparecer. No se sentía como algo incómodo, era algo que simplemente se sentía bien, algo que no quería dejar de sentir. Cuando estuve completamente acostado sobre su cama pude entender a lo que se refería con que disfrutaría mejor.
Comencé a sentirme rodeado por todos esos sonidos tan hermosos, se podía sentir una relajación extraña además de estar acostado y la poca iluminación que había en el lugar hacía sentir como si estuviera flotando. Esta sensación tan extraña junto a todo lo demás comenzó a fusionarse y sin siquiera darme cuenta comencé a quedarme dormido. Una tranquilidad que no podía entender.
Cuando desperté ni siquiera entendía cuanto tiempo había transcurrido, lo único que pude ver es como él también estaba recostado en su cama a mi lado nuestros rostros viéndose el uno al otro. Me quede mirando su rostro, a pesar de la poca luz que había podía notar su hermosa piel y como contrastaba con su pelo oscuro, sus pestañas, sus cejas no entendía el sentimiento del todo, pero quizás si pudiera decir alguna palabra es que todo esto se sentía tan familiar. Sí eso describía muy bien lo que podía sentir, como sí él fuera alguien que ya conocía.
Desde ese primer encuentro seguimos viéndonos frecuentemente en ese lugar. Sólo cuando los dos estábamos solos me comportaba diferente a cuando lo encontraba fuera de ahí, no sé por qué lo hacía, quizás no quería que descubrieran nuestra extraña relación; aunque creo que el simple hecho de que los dos nos viéramos mucho fuera de ese lugar ya llamaba mucho la atención. Sobre todo quién más lo notaba era ese maldito Dásid.
A pesar de que realmente no hablábamos de nada cuando estábamos juntos en ese lugar no podía dejar de ir a verlo allí. Quería entender mejor esta sensación. Algo muy diferente a lo que Liz me hacía sentir. Esta extraña sensación en este lugar solo para los dos.
Esa misma emoción de ese entonces era similar a lo que ahora mismo sentía. Como la primera vez que dormimos y él en su sueño me abrazó. Esta sensación se transmitía hacía mi con tan solo tener nuestras manos unidas y esa sensación que surgía de nuestras manos unidas hacía que el dolor se disipara. Ahora mismo no puedo entenderlo. No puedo entender nada, pero lo único que entiendo es que no quiero soltar su mano. Solamente necesito esto para que el dolor no regrese a mí.
—Ven conmigo —. Me dijo Yazír mientras ingresábamos al ala médica. Estaba tan concentrado en esa emoción que había olvidado por completo mi dolor físico y la horrible atmosfera del hospital lleno de sangre y órganos por doquier.
—Es cierto—. Cuando por fin dejé de concentrarme en lo que sentía el dolor físico se sintió de inmediato, o quizás solo comencé a notar mi dolor cuando él dejó de sostener mi mano.
—Debemos detener el sangrado de tus heridas—. Su voz no sonaba tranquila como siempre. Podía ver cómo era tan indiferente a todo el desastre que había en ala médica, cómo ignoraba los charcos de sangre y órganos que se hallaban por todo el piso mientras buscaba algunos objetos de curación. No podía despejar mi mirada de él mientras una ansiedad surgía en mí, una ansiedad por volver a tener su mano unida a la mía. No podía entender más mis sentimientos muchos pensamientos se hacían bola en mi mente. Cuando por fin se acercó a mí con las cosas necesarias para curarme mi cuerpo se abalanzó hacia él para rodearlo con mis brazos, sólo así sentía como el dolor se iba, sólo así podía sentirme en paz. Aunque quizás esto era algo que no duraría mucho, quería aprovecharlo.
En ese momento sentimos como todo el lugar comenzó a moverse, al igual que un temblor. Un fuerte sonido comenzó a hacer eco por todas partes, se oía como los vidrios se quebraban y unos fuertes ruidos como si alguna cosa enorme estuviera golpeando el lugar se oían.
— ¿qué es lo que sucede? — Me separé un poco de él para verlo a los ojos, sin separar mis manos de su cuerpo.
— ¡No lo sé!, pero antes de que algo más suceda debo ayudarte con esas heridas…
—Ni te molestes en hacerlo
Una tercera voz se oyó fuertemente en el lugar, por más que quisimos buscar no sabíamos de dónde provenía.
—Todo terminara para ustedes de una vez por todas.
Yazír tomo fuertemente mi mano, no podía entender ya nada, ¿qué rayos sucedería ahora?
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