— ¿Qué haces aquí y que te pasó?
Lina me miró con un ojo morado e intento sonreír pero el esfuerzo le provocó un dolor que hizo que terminara en una mueca tenebrosa. En un susurro me respondió.
— Ya se acabaron tus 20 preguntas, machote.— Lina no estoy jugando, ahora responde.—¿O sino qué? ¿Me vas a golpear? No creo sentir la diferencia de otro golpe.
—Te equivocas, con otro golpe te mueres. Ven a mi casa, mi mamá es doctora.
—No— Le agarré la muñeca y me sorprendí de lo delgada que era.
—Deja de poner resistencia, tienes que hacerte ver esas heridas.
—Yo no puedo, mi papá se va a enojar si alguien se entera. Y eso querido Dylan es mi terror más grande. Los payasos no son nada comparado con mi papá.
Comments (0)
See all