1
Habían encontrado ropas simples; pero, por desgracia, nada que les pudiese dar el aspecto de camuflaje necesario, por lo menos hasta que en su búsqueda hallaron tres sobretodos largos color marrón claro y tres sombreros color café. No era mucho; pero sí era útil porque podrían camuflarse entre la nueva especie sin que esta los descubriera.
Rius, al ver que no había suficiente sobretodos y sombreros, tuvo que decir:
- Uno deberá quedarse aquí hasta que volvamos
- Me parece aceptable príncipe- afirmó Eva sonriendo, conduciendo hacia una playa desierta en donde poder esconderse de aquellas criaturas extrañas- por razones obvias de la trama tendré que ser yo quien se quede
- Hay días en los que realmente no te entiendo Eva- sonrió Grotus ante los alocados comentarios de su amiga- pero aceptamos gratamente tu ofrecimiento
- Entonces yo, el príncipe Rius y Grotus seremos quienes investiguemos- concluyó con severidad Ripter
- Me sentiré ridículo vistiendo esto- se quejó Rius viendo la vestimenta; pero de todos modos las tomó con intenciones de ponérselas
Eva encontró un lugar en donde aparcar el coche y apagar el motor mientras el resto se vestía dispuestos a cumplir con su misión
Cuando terminaron de colocárselas los tres parecían agentes secretos de una mala película de espías de la década del 50.
2
Completamente nerviosos y algo asustados, los tres dinosaurios, complementaron su atuendo con unos anteojos de sol. Tras mirarse entre ellos, Grotus, dio una indicación muy clara.
- No importa lo que nos digan o lo que escuchemos, ninguno de nosotros se separa del otro o va por su cuenta a explorar el lugar. Por lo menos no hasta que estemos lo más informados de esta nueva tierra en lo posible ¿Entendido?
- Si- le contestó Ripter asintiendo con su cabeza
- Si- afirmó Rius mirando fijamente la extensa playa desde la ventana
- Entonces vamos y tengamos cuidado. Espero que el Dios Cristal este de nuestro lado esta vez- ordenó Grotus abriendo la puerta de entrada
Una vez abierta la puerta, los tres salieron a conocer un nuevo mundo que les aguardaba muchas sorpresas nada agradables.
3
La ciudad era demasiado tumultuosa; pero los disfraces funcionaban a la perfección. Nadie reparaba en ellos, como si aquellos tres fueran unos más de su especie. La música era algo que siempre resaltaba en las calles, al punto de que uno de aquellos extraños seres, con un color distinto de piel, bailaba en las esquinas como si fuese un artista callejero.
Las personas caminaban entre ellos sin notarlos y los tres Lashyrts los observaban con cautela.
- No hay ningún Lashyrt- observó en voz baja Rius, sintiéndose preocupado- solo estos extraños seres que se encuentran en cada rincón de esta ciudad
- Continuemos buscando alteza- le pidió Grotus con un tono estricto; pero suave a la vez- quizás veamos uno
- ¡Ya encontré uno!- exclamó Ripter, sonriendo, señalando a un Lashyrt quien tenía la piel verde y su boca era enorme, la expresión de su rostro era un poco extraña, como si fuese demasiado divertida; pero falsa a la vez. Parecía estar vendiendo algo a los transeúntes. Aquellos tres Lashyrts no podían descubrir a que especie pertenecía su compatriota; pero lo más probable sería que reconocería al príncipe Rius al verlo, sintiéndose decidido, Ripter, afirmó- debemos hablar con él
Grotus iba a objetar semejante decisión debido a lo riesgoso que podia resultar el entablar una conversación con un misterioso Lashyrt en una tierra desconocida; pero antes de poder decir algo, Rius afirmó exclamando con una sonrisa
- ¡Pues vamos!- ambos Lashyrt emprendieron la marcha y Grotus solo pudo suspirar negando con su cabeza en silencio, el príncipe era muy inocente todavía como tambien muy inexperto en muchas cosas; pero siendo una figura de autoridad mayor a la suya no le quedaba otra opción que obedecerlo, quisiera o no.
4
Charlie Navarro sudaba a mares debajo de su traje de dinosaurio mientras saludaba a los turistas junto a los pequeños bastardos que se le acercaban para preguntarles tonterías como si el fuese un Dinosaurio de verdad. Un trabajo miserable con una paga miserable; pero era mejor que trabajar en un restorán de comida rápida.
Tenía una radio al lado donde tocaban el último éxito del cantante llamado Michael Jackson, se trataba de “Billie Jean”, quizás debía dedicarse al negocio de la música en lugar de estar allí vestido de “quien sabe qué” saurio y promocionar a los pequeños, o a los adultos, la principal atracción del museo natural de la ciudad de Los Ángeles. Siendo, obviamente, la maldita exposición de Dinosaurios.
Se encontraba distraído en sus pensamientos sobre ser un músico respetable cuando tres sujetos con sobretodo se detuvieron delante de él. Parecían vestir como si fuesen espías aunque también cabía la posibilidad de que fuesen exhibicionistas o peor, esos depravados que iban a los lugares felices de la ciudad y no deseaban ser reconocidos por nadie.
- ¿No les parece que es una noche calurosa como para llevar esos abrigos muchachos?- les preguntó con una voz caricaturesca Charlie- no veo necesidad de llevar esos pesados e incómodos sobretodos con sombreros incluidos
- Rit Lashyrt Gundon Rius- le habló uno de los sujetos con un acento desconocido, por no mencionar que sus palabras le eran inentendibles
- Mire amigo- le contestó Charlie molesto dejando de lado su tono de caricatura porque era obvio, para él, que esos tres eran turistas en búsquedas de mujeres de la noche- este lugar es un museo familiar, no un club de Striptease. Así que porque mejor no se van a otro lado malditos degenerados, ¿sí?
- ¡Rius, Gundon Lashyrt, abrantos!- exclamó quien parecía ser el más joven de los tres
- ¡Mejor lárguense de aquí o llamare a la policía jodidos desgraciados!- los amenazó Charlie sintiéndose molesto e incomodo por el modo de ser de esos tres extranjeros de idioma inentendible
- Quer, Lashyrt- le respondió quien parecía ser el mayor sacándose el sombrero y las gafas de sol. Al hacerlo Charlie vio delante de él a un autentico Dinosaurio.
Sin siquiera poder contenerse debido al pánico que sentía, Charlie, comenzó a gritar y salió corriendo sin dejar de dar alaridos de terror.
5
Se acercaron al Lashyrt y este, al verlos, les habló con una voz cómica y un poco divertida; pero, por desgracia, no sabían que les estaba diciendo.
- Saludos buen Lashyrt- lo saludó Rius cortésmente dando inicio a la conversación- soy el príncipe Rius
Aquel Lashyrt, quien tenía un aspecto demasiado extraño con ojos enormes y una sonrisa igual de grande, comenzó a hablarles en un tono un poco amenazante, por no decir molesto.
Aquello indignó a Ripter y le ordenó de inmediato que le diese sus respetos al príncipe
- ¡Salude con una reverencia al príncipe Lashyr Rius!- le ordenó Ripter sorprendiendo a Rius por tal acto de cortesía del quien solía ser su amigo antes de lo ocurrido con Flitters
Ese Lashyrt rebelde los amenazó como respuesta y Grotus decidió calmar las cosas cuanto antes.
El viejo Worrero supuso que aquel misterioso Lashyrt no les podría conocer debido al tiempo pasado desde lo ocurrido en el palacio real hasta en ese momento en específico de la historia o no reconocían a su especie por los disfraces. Creyendo que podía tratarse de ese último detalle decidió que le mostraría quienes eran para que se calmara de inmediato
- Tranquilo amigo- lo calmó Grotus sacándose el disfraz- nosotros también somos Lashyrt ¿ves?
Pero en lugar de relajarse ocurrió lo opuesto. Aquel extraño Lashyrt, sin cambiar esa cómica expresión del rostro, comenzó a gritar y salió corriendo de ese lugar tirando todo lo que llevaba al suelo. Los tres lo miraron sintiéndose confundidos.
- ¿Y a ese idiota que mosquito le pico?- preguntó molesto Rius viendo al Lashyrt correr por su vida
- Quizás aun en esta época tus hazañas dan miedo Grotus- supuso, con una sonrisa maliciosa, Ripter
- Puede que sea el guardián de este lugar- dedujo Grotus decidido a entrar al museo para inspeccionarlo- debemos ver que es lo que guardan con tanto recelo como para enfrentar de ese modo al Principe Rius
Decididos a averiguar que era lo que resguardaba aquel misterioso Lashyrt, los tres entraron y su sangre se heló al ver un esqueleto de Loal Lashyrt parado en la entrada.
- ¡Por el Dios Cristal! ¡Son una raza de salvajes!- exclamó Rius sintiéndose furioso, horrorizado y descompuesto a la vez- ¡Son los custodios de los trofeos de guerra de un caníbal! ¡Corremos un gran peligro en esta ciudad!
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