Me desperté con los fuertes rayos de sol que entraban por mi ventana. Esa era la mejor siesta que jamás había tenido o al menos en mucho tiempo. Me levanté y salí a ver la vista en el balcón. Hacia un sol bien brillante y caluroso, era un día perfecto para ir de paseo y conocer un poco la ciudad. Me metí a bañar, al rato salí y me coloqué algo fresco para salir a caminar. Bajé a la cocina y ahí estaba mi hermano.
-Buenos días pequeña ¿cómo dormiste?
-¡Súper bien! ¿Qué preparas? -Pregunté, acercándome donde estaba él cocinando. Olía tan rico que se me hizo agua la boca.
-Panquecas ¿vas a salir? -Me miró de reojo.
-Que rico se ve. Sí, voy a caminar un poco.
-Umm esta bien, yo voy a trabajar ¿quieres que te deje en algún lado?
-No, quiero ir conociendo -Asintió.
-Está bien, pero no te vayas muy lejos y no te metas en problemas ¿ok?
-Si señor -Dije con un tono de burla, Austin me miró serio por un momento y luego se empezó a reír al igual que yo.
Después de desayunar, mi hermano me dio dinero y salí de casa. Empecé a caminar en frente de puras casas, todas se veían muy caras, después de caminar un rato llegué a una calle con puras tiendas y al pasar la calle estaba la playa. Había todo tipo de personas, unas jugando con sus perros, haciendo deportes, patinando. Me decidí por entrar a la heladería, en este día tan caluroso me haría bien un helado.
Al llegar a la heladería había un helado gigante o mejor dicho: una persona disfrazada de helado gigante ¿bailando? Sí, creo que eso era lo que estaba haciendo, quería explotar de la risa, de verdad se veía muy gracioso, toda la gente lo veía como si fuera un extraterrestre, creo que en vez de atraer personas lo que hace es que las ahuyenta. Entré a la heladería y pedí una barquilla con mis dos sabores preferidos: Ron con pasas y mantecado.
-Creo que eres la primera persona que entra a comprar helado sin mirarme extraño -Me dijo el chico del helado, parecía un poco cansado.
-Emm si, bueno, no te juzgo por tener este trabajo -Dije encogiendo los hombros.
-Que mal educado soy, mucho gusto, mi nombre es Fred -Se presentó y estiró su "mano barquilla". Reprimí una risa.
-Soy Lucy, Lucy Bell -Dije estrechando nuestras manos. No estaba tan mal, su cabello era un castaño claro con rulos y su piel era muy blanca. Era simpático.
-¡Lucy Bell! -Dijo mirándome pensativo-. Ese nombre me suena pero no recuerdo muy bien a quién. No te había visto nunca por acá ¿eres nueva o vienes de vacaciones?
-Llegue ayer, viviré aquí -Dije comiendo un poco de mi helado.
-¡Con razón! ¡Oye! ¿tú quieres comer helado? Son deliciosos, al mejor precio solo para TI , vamos entra amiguito -Le empezó a decir a un niño que iba pasando al lado de nosotros, el pequeño lo miró asustado y salió corriendo-. HEYY NO TE VALLAS -Le gritó.
-No creo que así entren -Empecé a reírme.
-Sí -Suspiró-. Ya me estoy dando cuenta -Se unió a mis risas.
-Bueno, me tengo que ir. Gusto en conocerte y trata de no brincar tanto cuando un niño se te acerca, los espantas -Empecé a dar vuelta para irme.
-Lo tomaré en cuenta, adiós. -Estaba por seguir mi camino, pero cuando veo ya no me acordaba por donde había venido, así que me devolví para preguntarle al chico. Cuando de repente siento que choco con algo duro.
...- ¡¡MIRA LO QUE HAS HECHOO!!
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