Llegamos a la cafetería. Emily no iba a comprar ya que había traído su comida hecha en casa, ya veo por qué, la cola para comprar era extremadamente larga, tal vez por el día de hoy voy a pasar hacer esa cola. Habían varias mesas vacías así que nos sentamos en una alejada de todos los demás. Me sentía mucho mejor estar en esta mesa y haber conocido al menos a alguien esta mañana, no soy de esas personas que se le acerca a alguien para entablar una conversación con esa persona, por lo general me gusta que las otras personas empiecen primero, en el caso de Emily necesitaba su ayuda.
Comencé a sentir varias miradas en mi, odio eso ¡Lo odio! y no quería voltear para darles el gusto de que me he fijado quienes son. Veo como Emily dirige su mirada sobre su hombro, al momento que voy a voltear siento como colocan unas manos en mis ojos impidiéndome ver.
-¿Adivina quien soy? -Me preguntó.
-Alguien el cual no conozco ¿puedes quitar las manos de mi cara? - NO.ME.GUSTA que me toquen la cara, pero prefiero sonar más amable a que me cataloguen como una bravucona de primera.
-Bueno...esta bien, solo si me dices cual es la clave -¿Estaba hablando enserio? a mi no me iban a joder.
-¿PERO QUÉ...? -Luego escuche como Emily y ese chico se empezaban a reír y después de eso quitó sus manos. Voltee a verlo molesta.
-Oye, pensé que ibas a adivinar quien era o ¿ya se te olvido quien soy? -Obvio que si sabía quien era pero no quería que él viera que me importaba-. Ya sabes, ¿con el traje encima? -Yo seguía mirándolo sin decir nada- ¿De verdad no me recuerdas? ¿Ni un poquito? -Negué con la cabeza-. Soy Fred, el de la heladería con el traje de barquilla...
-Ah claro Fred, como pude olvidarme de ti -Dije colocándome la mano en la frente dando a entender que era una tonta por no recordarlo-. Tú, vestido de barquilla haciendo el ridículo en la calle, sí, ya me acordé -Le sonreí.
-Si, bonito recuerdo -Dijo irónico-. Hola Emy, ya veo que conociste a Lucy, nos llevaremos muy bien los tres juntos -Dijo sonriendo de oreja a oreja-. Emy y yo somos buenos amigos.
-Yo no utilizaría ese término, tú y yo somos como el agua y el aceite -Reprochó Emily-. Más bien, utilizaría las palabras conocidos de hace años.
-Oye pero... ¿no conoces el dicho de los opuestos se atraen? Solo debo encontrar esa chispa dentro que tienes de diablila Emy -Dijo picándole el ojo y con una sonrisa de lado. Emily abrió los ojos como platos y luego se echó a reír.
-Ay Fred, me hiciste llorar de la risa, pero no, esa "chispa" -Dijo colocando los dedos para representar las comillas-, de la que hablas no la vas a encontrar nunca. -Terminó picándole esta vez ella el ojo.
-¿Estas segura? Porque yo recuerdo cuando... -Su historia fue interrumpida por unas risas en las mesas de atrás, todos volteamos a ver y eran varios hombres reunidos con algunas de las chicas sentadas en sus piernas, uno de ellos me llamó mucho la atención, estaba parado con una pierna montada en el blanquito y su brazo en esta, riendo junto con los demás, su perfil se me hacia muy familiar, no se, ese cabello, sus rasgos. Fred habló sacándome del transe.
-Y ahí están ellos... Se me hacía raro que no hayan llamado la atención. Te puedes fijar que esa es la mesa de los más ricos, deportistas... en fin, populares de esta universidad y déjame decirte que por sí no te has dado cuenta chiquilla ese joven que esta parado por allá fue con quien te tropezaste y derramaste tu helado hace días ¿qué coincidencia no? - ¡¿COINCIDENCIA?! ¡¿COINCIDENCIA?! Esto no ERAA "coincidencia" esto era una mala jugada del destino, me vengo a estudiar en la misma universidad en donde esta el mismo chico al cual derrame mi helado y de paso es popular ¿genial no?.
-Si -Eso fue lo único que logre decir.
-¡¿Le chorreaste tu helado a Tomás?! -Emily sonaba sorprendida y a la misma vez horrorizada.
-Hey si quieres agarra un micrófono y lo gritas a todo el mundo -Dije algo molesta.
-Lo siento, pero es que...¡DIOSS MIOO! él es Tomás -Dijo esta vez más bajito.
-¿Y eso a mi qué? -Así no sonaba yo hace unos minutos en mis pensamientos -. No me interesa, además fue un accidente nada que no se pueda arreglar -Dije levantando los hombros y restandole importancia, miré la hora y me di cuenta que ya casi iba a comenzar mi siguiente clase.
-Tengo que ir a mi otra clase.
-Yo también debo irme antes de que los pasillos se llenen -Concordó Emily-. ¿Fred?
-Por mi parte iré a hacer un poco de ruido a la biblioteca, no se preocupen, es solo una apuesta, algunos dólares no estarían mal. Adiós chicas -Y así cada uno tomó su rumbo.
Iba distraída en mis pensamiento caminando por el pasillo, abrazando mis cuadernos contra mi pecho. ¿Cómo es posible que Fred y Tomás estuvieran en la misma universidad que yo? habiendo tantas en California, esta bien uno, pero están los dos y si no fuera nueva aquí pensaría que me están siguiendo, pero eso es algo absurdo. ¿Cómo no me di cuenta? si Fred conocía a Tomás, seguro estudiaban juntos ¡Que tonta eres Lucy! Sólo espero que no me lo encuentre por ahora, todavía tengo vergüenza por lo que paso la vez pasada, con solo pensar que quiera buscar venganza o me hiciera pasar pena delante de sus amigos... «No pienses eso Lucy» -Me dije a mi misma buscando la forma de consolarme- ¿por qué siempre tenía que ver las cosas negativamente? por qué.. ¡AUCH!
Iba tan distraída que no me di cuenta y había tropezado con alguien haciendo que mis cuadernos cayeran al piso ¡PERFECTO!
-Disculpa, iba distraída y no te vi -Dije mientras me agachaba para recoger mis cuadernos, él fue más rápido y los recogió, levanté mi cara para recibirlos y me encontré con...Creo que mis suplicas en las cuales claramente pedía no encontrármelo no se cumplieron, ahí estaba él, con esa sonrisa de lado a lado y esos ojos grises mirándome.
-Veo que siempre estas distraída -Dijo con una risilla.
-No, Siempre esta esa persona que se atraviesa en mi camino -Fue inevitable no responderle tan borde.
-Mmm ya veo la indirecta -Dijo riendo y eso si que me molestó, pero no lo iba a demostrar -. Entonces supongo que me lo merecía.
-¿El qué?
-Que votaras tu helado encima mío -Dijo sonando obvio.
-Supongo, debo irme -Le pase por el lado y seguí mi paso hacia el salón.
-Pero no me has dicho tu nombre -Se colocó en frente mío impidiéndome el paso, Dios mío pero ¿es que no me podía dejar ir? -Que yo sepa, tú ya sabes el mío.
Suspiré agotada.
-Lucy me llamo Lucy, ahora ¿puedo entrar al salón? -Dije señalando el aula de clases.
-Seguro -Dijo con esa sonrisa, que si la sigue haciendo comprare una cinta de esas grises y se la colocare en toda la boca y no estoy jugando, hablo muy enserio.
Pasé al salón y me senté igualmente que la clase pasada, en el medio.
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