Los soldados habían odio los disparos y junto a los gritos. No llevaban mucho armamento consigo; pero igual tenían sus cautelas. Algunos tenían rifles de asalto y otros llevaban armas de más potencia como una M-60, solo por si la situación se salía de control.
- ¿Están todos fuera de sus jaulas?- preguntó W.O.L.F. con severidad a los presentes
- Si W 19- le respondió un Doberman que también se encontraba para futuras pruebas
- Mi nombre es W- le respondió enojada W.O.L.F., ella odiaba aquel numero al lado de su nombre
- Entonces mis cuates- afirmó con rapidez R 29- ¡Vámonos a la verga wey!
Los perros ladraron de alegría y salieron de ese lugar dejándolo completamente vacío, salvo por los cadáveres que adornaban la zona.
Una vez afuera, los canes, observaron que había un muro de concreto que les impedía la huida.
- ¡Mierda!, ¿Ahora qué haremos?- exclamó un Buldog asustado
W.O.L.F. observó, con detenimiento, su entorno y notó que la salida era una puerta de madera, también cerca se encontraba cerca un camión negro que, posiblemente, fuese en donde los habían trasladado. La cachorra sonrió y dijo:
- ¿Ahora?, pues ahora daremos un paseo
Todos subieron al interior del camión, W.O.L.F. Junto con R 29 y A 32 se subieron a la cabina del conductor.
- Maneja tú, Arthur- le ordenó con serenidad W.O.L.F.- confió en ti
- ¿Segura?- le preguntó R 29 con una sonrisa que reflejaba su incomodidad
- Si- afirmó, con una sonrisa de triunfo, W.O.L.F. huirían de allí costase lo que costase
A 32, por alguna razón, sabia como operar ese enorme trasto, logrando arrancar el vehículo a la primera oportunidad. Los soldados llegaron en ese momento y vieron como el camión ponía marcha atrás para poder retirarse del lugar.
- ¡Deténganlos!- gritó uno de los soldados sintiéndose asustado ante la idea de que esos experimentos escaparan, los humanos empezaron a disparar hasta vaciar los cartuchos de sus armas
De lo que fuera que estuviese compuesto ese camión, era una maravilla en ese momento porque las balas no le hacían nada.
W.O.L.F abrió la ventanilla del coche y sacó la mitad de su cuerpo, sujetando una M-16 en sus patas. Respondiendo al ataque de los soldados W.O.L.F disparó. Varios hombres caían producto de los impactos de bala que eran bastante precisos. El camión iba a una velocidad media de unos 54 o 60 kilómetros por hora; pero su peso era lo suficientemente grande como para poder destruir aquella puerta de madera. Los hombres que llevaban sus M-60 intentaron matarlos; pero el peso de aquellas armas era demasiado para que pudiesen controlarlas y terminaron disparándole a la puerta en lugar del camión. Esa ayuda fue más que suficiente para que el vehículo, al impactarla, pudiera romperla en cientos de pedacitos. El pesado camión logró salir del laboratorio y todos los perros empezaron a ladrar de felicidad. Asomándose por la ventana, R 29, les gritó a sus antiguos captores:
- ¡Chingen su madre culeros y no les doy otra porque tengo que ir a la toma de agua más cercana! ¡Ay Chihuahua!
Todos rieron al ver que recuperaron su libertad. El camión se alejo de aquel laboratorio hasta desaparecer en la oscura noche, huyendo con ellos la pequeña cachorra callejera conocida como W.O.L.F.
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