1
Conducía por la carretera dirigiéndose a su hogar después de una larga jornada de trabajo. Con la radio puesta a todo volumen para evitar que se durmiera al volante, el veterano detective Tom Lewister tenía puesta la misma emisora que oía Ramirez unos minutos atrás. La voz del anunciante sonó nuevamente, con el mismo tono tranquilo y agradable, dispuesto a presentar el próximo tema musical:
- La noche es calmada, la noche es para el amor y para el misterio. Encerrado en un cuarto de hotel donde puede pasar todo tipo de situaciones inesperadas como abrir la puerta del baño y entrar en la dimensión desconocida- tras decir sus disparates el presentador finalizó- Golden Earring “The Twilight Zone” solo en Los Ángeles Retro Hit
Subiendo el volumen de la radio, Lewister, tarareó la canción con una sonrisa en su rostro. Debía de ser un muchacho cuando aquella canción fue estrenada por primera vez hace más de treinta o cuarenta años atrás, un muchacho de unos veinte años recién graduado en el curso de supervivencia que tuvo en la guerra de Vietnam. Un muchacho con ambiciones, sueños y principios ¿Cuánto de todo eso había cambiado con el pasar de los años? No lo sabía y no quería pensarlo, solo disfrutar de Golden Earring mientras conducía de vuelta a su hogar.
El sonido de una estructura romperse lo obligó a frenar y ver como una motocicleta policial, siendo conducida por ¿Un dibujo animado?, Descendía por la colina a toda velocidad. La motocicleta se detuvo y aquella animación se sorprendió de haber llegado hasta allí. Lewister frenó su coche, agradeciendo que la carretera estuviese casi vacía a esa hora o de lo contrario habría un choque masivo como pocas veces se veía en las noticias.
Tratando de comprender lo que estaba viendo, Lewister, pensó que podía tratarse de una broma de mal gusto para los videos de Internet; pero su viejo olfato de sabueso le indicó que la situación se veía demasiado real como para ser una elaborada broma que pudo haber acabado mal, quizás la razón por la cual descartaban que aquello fuese un chiste se debía a que los efectos especiales o de animación solían aparecer durante la edición después de las tomas y no durante las mismas. El dibujo se veía perdido y confundido, sin perder tiempo, Lewister, puso la sirena en el preciso momento en que Ramírez informaba que una caricatura le había robado la motocicleta.
2
Su cuerpo le dolía en más de un sentido de la palabra, fuese lo que fuese que aquella cosa le hizo, lo dejo casi inmovilizado. Llevando, con mucho esfuerzo, su mano a donde estaba la radio portátil, Ramírez se comunicó de inmediato con sus compañeros. Estaba seguro de que en la central no le creerían y mucho menos sus amigos; pero valía la pena el riesgo de quedar como un idiota a antes dejar que esa cosa deambulara libre por la autopista con una motocicleta policial.
- Atención a todas las unidades- gimió de dolor Ramírez- robo y agresión a un oficial de policía… el sospechoso se encuentra en mi motocicleta… ha bajado por la colina de Hollywood en dirección a la autopista y es… es un dibujo animado… no se rían, hablo en serio, cambio
- Diez cuatro- le contestó Tiwer por medio de su radio- veo al sospechoso delante mío, pediré refuerzos, cambio
- Cuidado Tiwer- sonrió Ramírez al ver que no lo tomarían por loco esa noche- el sospechoso es muy peligroso. Con un solo golpe me ha dejado con los huesos rotos, cambio
- Entendido, llamare a los paramédicos, cambio y fuera- se despidió Lewister de él
- Diez cuatro- gimió Ramírez riendo de dolor por la locura que estaba ocurriendo
3
La criatura era demasiado veloz y poderosa en más de un sentido, su pelaje blanco con franjas negras en algunas partes la hacía ver demasiado imponente; pero el ver que podía domarla incrementaba un poco su confianza, se sentía un poco desorientado todavía; pero no importaba, lo que debía de hacer ahora era buscar un lugar donde continuar con su práctica para poder despertar el quinto Shinjutsu. Antes de poder pensar donde dirigirse otra enorme criatura se detuvo a sus espaldas. Era de un tamaño mayor a un perro y menor a un rinoceronte, de pelaje metálico negro con un águila tatuada en su cabeza. La criatura emitió un chillido muy ensordecedor que se detuvo cuando su costado se abrió saliendo de su interior una de esas criaturas humanoides con un aspecto más anciano que la anterior. Siendo casi calvo con un cabello negro muy corto a los costados y piel blanca llevando una especie de camisa azul con una corbata roja, en el mundo de Senshi existían las camisas y corbatas; pero no se veían tan extrañas como las que usaba ese sujeto. De un pantalón negro con unos zapatos lustrados del mismo color, aquella criatura sujetaba el mismo extraño instrumento que tenía el otro ser con el cual se enfrento haría un minuto atrás.
Aquella criatura le habló y no pudo entenderlo siquiera, aunque tampoco se iba a quedar allí a averiguar qué era lo que le decían. Esta vez decidió huir en lugar de dar pelea, no tenía intenciones de gastar su Divine Energy en alguien de tan bajo rango de poder, apretando las riendas de su animal, Senshi emprendió la huida.
4
Saliendo del automóvil, Tiwer, le apuntó con su arma a la caricatura que lo veía con un cierto desprecio, un brillo rojizo se divisó en su mirada provocando mucha tensión en Tiwer
- ¡Las manos arriba ahora “Bugs Bunny”!- le advirtió Tiwer apuntándole con su revólver- ¡o tendré que disparar!
La caricatura no le dijo nada y emprendió la huida. Molesto, Tiwer, solo pudo exclamar:
- ¡Mierda!- metiéndose en el interior del coche, emprendió la persecución. Tomando la radio dijo- aquí el detective Tiwer del departamento de Homicidios de Los Ángeles, persigo a un ladrón de una motocicleta policial. Hay un oficial herido, repito, hay un oficial herido. Envíen refuerzos junto al personal médico a la colina de Hollywood, el desgraciado rompió una parte del letrero, cambio
- Diez cuatro detective Tiwer- le respondió la central- enviaremos la ayuda cuanto antes.
Por motivos obvios, Tiwer, no dijo que el principal sospechoso era una caricatura japonesa o de lo contrario no habrían enviado a nadie, en este tipo de casos lo mejor era verlo para creerlo. Los coches de policía no tardaron en aparecer junto a un helicóptero de la policía que alumbraba con su reflector al ladrón animado dejando fuera toda duda de que el evento era algo real y serio. La prensa tampoco tardaría en llegar ni bien el que tuviese la frecuencia policial encendida diese el soplo, fuese uno de los que trabajaban para ellos o el tío loco de algún periodista que tenia la paranoia de que eran espiados por el gobierno de los Estados Unidos o por los extraterrestres.
El piloto del helicóptero, junto con los oficiales en moto y patrulla, no tardaron en exclamar al ver a Senshi
- ¡¿Pero qué carajos?!- la situación era surreal; pero, rara o no, tenían que atrapar a ese Anime cuanto antes
Usando el altavoz del helicóptero, uno de los oficiales gritó:
- L.A.P.D. detenga el vehículo y baje de él con las manos arriba o de lo contrario nos veremos en la obligación de disparar
Antes de saber que estaba ocurriendo, una extraña criatura alada, con un ojo tan brillante como el sol, junto a varios jinetes subidos a las mismas bestias que él montaba en ese momento, acompañados por otras tantas criaturas bajas con luces rojas y azules, lo perseguían dispuestos a matarlo. El extraño mosquito le habló con una potente voz diciéndole algo que él no podía entender, aunque si lo entendiese tampoco dejaría de huir o por lo menos no hasta que vio como dos de esas criaturas metalicas obstruían su camino con varios humanoides apuntándole con esas extrañas herramientas. Al parecer tendría que averiguar qué era lo que hacían si o si, hasta que vio una posibilidad de huida a sus costados: era el océano, solo que a oscuras se veía muy extraño, sonriendo, Senshi, supo lo que debía hacer para huir de allí.
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Sin pensárselo dos veces, desvió la criatura a donde estaba el costado y saltó hacia el océano, cayendo al mismo sumergiéndose en él. Los oficiales detuvieron su persecución y Tiwer se bajó del auto viendo aquella huida, molesto, gritó:
- ¡Hijo de puta!- sin siquiera pensárselo dos veces, corrió a donde estaba la valla de seguridad queriendo averiguar a donde podía dirigirse aquella cosa, viendo que aquel dibujo se veía perdido, solo pudo decir- bueno, es cierto que al llegar a casa me iba a bañar; pero…
Sin añadir nada más saltó al océano en búsqueda de su presa y se sumergió al igual que él continuando con la persecución.
No lejos de donde se encontraba Ramírez, los oficiales, junto a los paramédicos, encontraron, por accidente, los restos de la primer victima de ese año del Asesino del Orbe, no tardarían en relacionarlo con ese incidente.
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