Acostada boca abajo en la cama con un pijama, unas tallas más grande a la de su ropa habitual, el pelo castaño y rizado agarrado en una cola, delgada, pero no demasiado, piel color moreno claro, se encontraba Laura leyendo el primer libro de Harry Potter, ajena a su alrededor con los ojos color café claro abiertos como platos y la cara pegada al libro; en su mesa de noche un botellón lleno de agua y un bowl con algunas golosinas que tomaba de vez en cuando al sentir ansiedad cuando leía las partes más emocionantes. Su mamá que es como ver una versión adulta de Laura, contemplándola desde la puerta con una sonrisa que se tapaba con la mano, viendo las reacciones de su hija. Por el rabillo del ojo se dio cuenta de que la observaban y bajando el libro hacia las rodillas voltea para ver quien la observaba.
Sonrió y su madre riendo se alejó de la puerta, ella continúa en el libro. Siente los ojos pesados, pero no quiere parar de leer, voltea a ver el reloj de pared y ya son las 11:00 p.m. toma agua y la última golosina del recipiente, decide que es tarde, se mete a la cama e intenta seguir leyendo por un rato más.
Siente algo pesado en la cara y con los ojos aún cerrados levanta las manos hacia el rostro y siente la pasta y las hojas, toma el libro entre las manos y se sienta lentamente colocándolo a los pies de la cama; hace frío, pero decide levantarse, escucha pazos aproximándose al cuarto.
- Ya te levantaste, pensé que seguías dormida – dice su mamá – ya voy a preparar el desayuno y me vendría bien tu ayuda
- Ya voy – dice Laura, aún medio dormida, se queda un rato más sentado en la cama y se levanta para ir a la cocina, al entrar ve a su mamá apurada
-No sé por qué estás tan pasiva – dice muy seria – desde hoy me empiezas a dejar sola en la tarde y al señorito de tu hermano hay que estarlo arriando para que ayude
Era cierto, hoy empezaba de nuevo la universidad – Por cierto ¿Dónde rayos esta Abner?
- Sigue roncando, intente despertarlo, pero fue imposible – Abner es el hermano mayor de Laura. Es alto, de piel canela, ojos café oscuro, pelo negro y algo fornido
- Ya está viejo y no entiende, pero que se venga solo a preparar el desayuno que ya esta grande, tú coloca la mesa
Laura coloca dos platos, dos vasos y dos tenedores. Desde siempre han sido solo ellos, de su papá lo único que queda es un recuerdo lejano de como la necesidad lo llevo a intentar cruzar la frontera. Su mamá les contó que intento cruzar de Guatemala a México y de México a Estados Unidos, pero durante este último trayecto no logro pasar con vida. Hasta hoy es un recuerdo lejano y triste, pero su mamá no se dio por vencida y con mucho ingenio termino sus estudios como abogada, abriendo su propia firma y logrando salir adelante.
Este año Laura empieza su tercer semestre en criminología; cuando tomo tal decisión para su mamá y su hermano fue una sorpresa porque no la ubicaban en esa profesión.
- ¿Estás segura qué aguantarás? - Preguntó su hermano con un tono de preocupación
- Claro que sí – Responde Laura, casi ofendida - ¿Qué no creen que mi?
- No es eso, es que yo te veo tan soñadora – Respondió su mamá
- Vamos… no escogí una carrera tan dura, digo no escogí medicina
Desde esa conversación no se ha arrepentido de haber elegido estudiar algo que es tan fascinante, es como recrear una de las escenas de alguna novela o película policíaca de esas que le gusta tanto leer, solo que con más estrés.
Laura sirve el desayuno y mientras come saca el teléfono para revisar cuál será su horario y las materias que llevara este semestre – Suelta el teléfono que estamos desayunando – dice su madre frunciendo el seño – Tranquila mamá que solo estoy revisando mi hora de salida y entrada, no es para tanto – dice ella con un tono fastidiado.
Al fondo se escucha la regadera del baño – Ya era hora que se levantara – piensa Laura, ella sabe que él no estuvo anoche en casa y que entro hoy en la mañana, no porque lo hubiese escuchado, sino porque la luz de su cuarto estuvo encendida toda la noche. Casi siempre cuando no está su mamá interroga a su hermano, puede ser una buena ocasión de extorsión para futuros favores, siendo así la mayoría de las veces.
- Bueno, hija, es hora de irme
- Está bien mamá
- Tengo una reunión muy importante y no sé si vendré a comer
- No te preocupes, igual te dejaré comida guardada por si vienes después que me vaya
Al fondo se escucha que se abre la puerta del baño, después de que sale su mamá – Ya se fue – grita Laura. Su hermano sale del baño solo rodeado de una toalla en la cintura y Laura solo lo observaba
- ¿Qué? - pregunta Abner
- Vamos, no te hagas
- ¿De qué hablas?
- Ayer que pase de la cocina a mi cuarto note tu puerta cerrada y la luz encendida ¿Dónde estuviste anoche? Picarón
- No empieces
- Vamos, solo es que hables
- Mira… no es nada malo, ¿si?, solo andaba – suspira – andaba viendo lo de un trabajo
- ¿Tan noche? Eres gigoló o qué
- No seas tonta… si quiero seguir estudiando, necesito un trabajo y encontré como recepcionista en un hotel cinco estrellas
- ¿Turno Nocturno?
- Así es, recuerda que desde que decidí estudiar comunicación mamá no me quiso apoyar y la única manera de lograrlo es trabajando – Baja la mirada y vuelve a suspirar – no le digas nada, haré lo que quieras
- Aunque es tentador… no puedo ser tan mala – Lo abrazo – será nuestro secreto y si mamá pregunta, te has acostado temprano
- Gracias – La abraza devuelta
Laura se ha sentido tan mal por la situación que le ofrece un desayuno a su hermano y para su agrado él acepta. Mientras ella limpia la cocina, Abner le comenta que la paga no está mal y que seguirá estudiando fines de semana, también que planea ahorrar y ayudar con los gastos de la casa.
De cierta manera, para Laura la vida de universidad ha sido más fácil. Su mamá no opuso resistencia a su carrera y le apoya de manera incondicional, en cambio, con su hermano la historia ha sido otra. Cuando Abner le comentó a su mamá que quería estudiar comunicación social, ella se rio pensando que era una broma y al ver que iba en serio, le dijo que si tanto le gustaba, que se la pagara él solo. Fue un golpe muy duro para su hermano y aunque tenía trabajo, hace más de año y medio que está desempleado. Ahora que lo pensaba, ella nunca le había preguntado a su hermano de que se trataba la carrera, qué áreas cubría. Era la primera vez que sentía tanto interés por algo que él hacía.
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