Hiroshima contra la secta macabra
un experimentado luchador conocido en el ambiente luchistico por el nombre de “Hiroshima” volvía de luchar en una famosísima arena, pero en su camino de regreso a casa se cruzan en su camino dos misteriosos hombres con capucha negra quienes lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.
Mientras yacía sangrando de la nariz en la mojada vereda los sanguinarios luchadores corrían y se reían del pobre luchador hasta perderse en la calurosa noche de enero.
A la mañana siguiente Hiroshima despertó en la cama de un hospital con su esposa sentada al lado suyo y con cara de tristeza le dice lo siguiente: -quien te hizo esto- el luchador le responde con dificultad por el dolor –no lo sé, pero cuando me recupere le voy a romper todo el esqueleto completo-, luego aparece un oficial de policía y le pregunta si quiere hacer la denuncia, pero el luchista le contesta que por el momento no está en condiciones de denunciar el hecho.
Luego de semanas y meses de recuperación física y psicológica Hiroshima se prepara para nuevamente regresar al gimnasio y posteriormente a volver a luchar en un ring, hasta que en una función le tocó ver algo horrible, vio a uno de los luchadores con capucha negra luchando, ente súplexes, llaves, contra llaves, castigos, dimes y diretes la lucha termina con el misterioso hombre siendo el vencedor.
Hiroshima Mirando sorprendido el momento en el cual el segundo sujeto encapuchado subía al ring, se había percatado de que esos dos sujetos son los encapuchados que lo atacaron.
El luchador y el público verían algo extremadamente macabro, los luchadores se desenmascaran uno de los dos grita : -somos la secta macabra y esto es lo más macabro que van a ver a continuación! -, y si, los dos luchadores ejecutan un numero bastante siniestro, uno de ellos pone la rodilla en el cuello del inconsciente rival asfixiándolo y luego le aplica un rodillazo que termina rompiéndole la tráquea y posteriormente matándolo instantáneamente.
La audiencia sale corriendo del espanto por lo que acababan de presenciar, todos menos Hiroshima quien presencia algo más siniestro, los dos asesinos arrancan unos pedazos de carne del pobre luchador con sus dientes y luego beben su sangre saliendo a chorros en un acto tan macabro como repulsivo.
-Tu Heres el que sigue- gritaba uno de los dos asesinos, con el pecho manchado de sangre. Pero eso no intimidaría a Hiroshima quien es conocido como el “valiente y potente”.
Se sube al ring, y observa como los dos luchadores que tiran el cadáver del fallecido luchador como si fuera una bolsa de papas.
Ya con la arena yacía y el ring manchado con sangre empieza una lucha sin referí, los dos asesinos corren a toda velocidad, pero Hiroshima da una voltereta para evadirlos y les aplica un drop kick directo al pecho, con una fuerza descomunal, el dúo asesino se reincorpora y van devuelta a intentar atacar a Hiroshima, pero motivado por su sed de venganza los derriba al mismo tiempo con una tijera y yegua voladora.
Y rápidamente los levanta y los arroja por afuera del ring y luego los deja inconscientes empujándolos contra la barricada de seguridad.
Mientras que Arrastra a los dos adormecidos asesinos nuestro querido Hiroshima escucha unos sonidos de sirenas de patrullas policiales que poco apoco se acercan al lugar de los hechos.
Llegando al lugar, los policías se sorprendieron al ver que el hombre que fue atacado por sus atacantes los tiene atrapados e inconscientes.
Los dos luchadores hoy están cumpliendo una condena por haber matado a seis personas contando al luchador al que le quitaron la vida esa misma tarde.
FIN
[FRANCO PAULINO PARREÑO]
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