-No puedo quedarme aquí sin hacer nada- Se dijo Miila a si misma mientras se bañaba.

Apresurándose a terminar, se secó el cabello, Juhan tenía unos minutos de haberse ido.

-Un hámster gigante… ¿Qué sigue ahora? ¿Una historia para justificar que vives con tu nueva amiguita? - Dijo Enya a modo de reclamo deteniendo a Juhan que caminaba rumbo al edificio del nivel 4.

Juhan se quedó callado, sorprendido dado que no esperaba encontrarse a la chica de esa manera, estaba apenas pensando en la manera de abordar el tema que no tenía las palabras todavía.

-¡Enya! ¡El que la nueva viva en mi departamento no fue idea mía! -Hizo una pausa -Y eso que viste, no es lo que parece, te lo juro, fue un accidente-

Enya se cruzó de brazos, mirándolo fijamente como esperando que dijera algo más.

-Fue un accidente- Se oyó una voz detrás de Enya haciendo que volteara.

-El comandante me asignó, duermo en su habitación, pero no con él, su estúpida alarma me tomó por sorpresa y lo siento, pero - Añadió golpeando a Juhan – Tenía que hacerlo-

-¿La alarma?- Se quedó pensando Enya soltando una leve sonrisa -Esa alarma yo la configuré asi porque no hay manera de hacerlo levantarse temprano-.

Las dos sonrieron quedando en un ambiente más tranquilo 

-Lo siento, Enya. No quiero dañar su relación, de hecho… estoy pensando en regresar a mi casa-.

-¡¿Qué dijiste?!- Interrumpió Juhan -¡¿Por qué!?-

Miila bajó la mirada -Tú mismo lo dijiste, si fui asignada sin siquiera tener en cuenta mi habitación, es porque probablemente no debería estar aquí-

Enya bajó una ceja, intentando entender lo que estaba pasando, cuando apenas iba a pronunciar palabra, una explosión cimbró el suelo haciendo que todo NTi temblara.

-¡¿Qué fue eso?!- Exclamaron en coro recuperando sus sentidos luego del ruido que los ensordeció por unos momentos.

De pronto las personas empezaron a correr pasando por un lado de ellos.

-¡Allá! ¡Explotó algo en edificio del nivel 10!- Escucharon gritar a uno de los que corrían.

-¡¿El nivel 10?!- Dijo Miila con una expresión de miedo y sorpresa -¡Es el nivel donde está Yedaky!- Gritó echándose a correr en la misma dirección sin pensarlo, siendo seguida por Juhan y Enya.

La organización ya había acordonado el área, en una respuesta inmediata, elementos ya se encontraban apagando el fuego, uno de los pisos había estallado sin un motivo claro.

-¡¿Hay alguien todavía?! ¡¿Dónde está Yedaky?!- Preguntó desesperada al ser detenida justo en la línea del límite por dos elementos de seguridad.

Alzando la vista miró aterrada que la habitación de su hermana era una de las que estaban en llamas. Los bomberos de NTi se apuraban a acarrear mangueras y agua para sofocar el incendio.

-¡Yedaky! ¡Responde, por favor! – Gritó con toda su fuerza hacia el edificio.

Juhan y Enya llegaron para sostenerla y evitar que intentara acercarse.

Una segunda explosión los sorprendió de nuevo, de reojo vieron que algo salió volando hasta caer en unos arbustos que estaban en los jardines del primer piso.

Sin pensarlo, Miila corrió hacia allá, encontrándose a la pequeña foca que estaba mareada entre las hojas.

-¡Foca! ¿¡Qué pasó!? ¿¡Dónde está Yedaky!?- Dijo tomando al pequeño animal de felpa lleno de cenizas en sus manos.

La foca reaccionó de inmediato, levitando a prisa se sacudió las cenizas y miró alrededor hasta enfocar su atención en Miila.

-¡Señorita Miila! ¡La señorita Yedaky! ¡Todo fue tan repentino! - Empezó a decirle con bastante desesperación como buscando sacar esas expresiones de su cuerpo.

Los tres jóvenes pusieron atención en las palabras de la foca que revoloteaba como teniendo un ataque de adrenalina.

-La señorita estaba enviando un reporte de lo que pasó en la selva, de pronto hubo un apagón y luego una enorme luz, ¡Una luz grande! ¡Muy grande! ¡Todo se tornó blanco! ¡Oímos una voz y de pronto hubo fuego! Después... todo se tornó blanco otra vez y... ¡Algo me lanzó por la ventana! - Narró la foca de peluche.

-No puede ser… - Murmuró Miila dándose la vuelta para correr con todas sus fuerzas hacia el edificio en llamas, luchando contra quienes le impedían acercarse.

- ¡Es peligroso, Miila! - Le gritaban deteniéndola, de pronto algo la golpeó en la cabeza, haciéndola desmayarse.

-No hubo más remedio que dormirla- Se disculpó uno de los agentes con Juhan.

Enya la detuvo mientras el joven la levantaba, alejándose unos pasos para colocarla sobre una banca. La foca levitó unos momentos sobre ella para luego acurrucarse en sus manos.

Los jóvenes se quedaron pensativos, volteando a ver en momentos hacia el edificio.

-¿Quién es Yedaky?- Preguntó Enya.

Juhan se quedó mirando el incendio -Es la hermana menor de Miila… pero… es una chica tan extraña…-

Enya se cruzó de brazos, manteniéndose a un lado de la banca donde Miila estaba inconsciente.

-Espero que esté bien- Respondió a secas con un aire de escepticismo.

El incendio se controló hasta llegado el atardecer, poco a poco el lugar fue quedándose solo, ahora solamente el piso afectado quedó limitado con una cinta de advertencia de peligro.

Miila volvió en sí, levantándose de golpe y encontrando frente a ella el departamento de su hermana a oscuras, solamente Juhan estaba a su lado ya que Enya había tenido que regresar a su habitación.

Sin decir nada, caminó unos pasos para acercarse y mirar con atención, como impulsada por un resorte corrió hacia el edificio y llegó hasta la entrada que se había quedado sin puerta.

Juhan y foca la siguieron, quedándose detrás de ella, entrando juntos al departamento luego de pasar por debajo de la cinta amarilla que rodeaba el piso completo.

La luz del atardecer entraba por lo que habían sido las ventanas, las pisadas de ambos jóvenes hacían eco, el lugar olía a quemado, todo el lugar estaba pintado de negro por el paso de las llamas que apenas permitían identificar los objetos que había.

Juhan caminó detrás de Miila, pisando un marco de fotografía y rompiéndolo por su paso encima, era la misma foto que su compañera había sacado de su equipaje al llegar a su departamento.

Miila comenzó a llorar al identificar unos anteojos en el suelo.

-No puede ser…- Se lamentó dejándose caer de rodillas frente a los anteojos de Yedaky.