Era, posiblemente, el último día de rodaje de una celebridad en la industria de los caramelos y las golosinas. La mascota o, mejor dicho, la imagen amistosa que poseía las gomas de mascar Frizzy, el Conejo Frizzy estaba por retirarse.
Su verdadero nombre era Fred Nikel, de origen ruso; pero nacionalizado estadounidense en el 52, aquel hombre se vestía de un Conejo gigante cuyo pelaje era rosa, como las gomas de mascar que buscaba promocionar. Su personaje era sencillo: Un Conejo que, en lugar de comer Zanahorias, devoraba, casi las veinticuatro horas del día, la goma de mascar Frizzy, también bebía el refresco que llevaba ese mismo nombre. Eso era todo, una simple caricatura que la empresa Frizzy patrocinaba y que poseía un programa de dibujos animados que siempre se emitía todos los sábados a la mañana. Un logro en mercadotecnia similar al Payaso de “Ronald Mc Donald” o como lo sería el conejo “Trix”.
Pero había una sutil diferencia entre estas mascotas y Frizzy, era tan sutil que muchos no lo notarían a menos que estuviesen al lado de Fred durante varias horas: Mientras que los actores de las mascotas que representaban sus respectivas marcas eran solo actores que interpretaban un papel para cobrar un cheque e ir a hacer otra cosa con sus vidas, Fred, por otro lado, era el conejo Frizzy las veinticuatro horas del día. Aquel pobre hombre, que estuvo en un hospital psiquiátrico ruso, estaba a nada de volver a ser internado; pero esta vez seria en un hospital de nacionalidad Estadounidense.
Frizzy no se quitaba el traje en ningún momento y su dieta si consistía en lo que comía el conejo del comercial, al punto de que su aliento era de un nauseabundo olor a fresa.
Al principio los ejecutivos no sabían que pensar. Su nivel de actuación era impecable e inclusive mejor que cualquier otra persona que pudiese reemplazarlo; pero cuando el Conejo Frizzy comenzó a hacer sus necesidades en el estudio, como si fuese un Conejo real, fue cuando decidieron que debían poner orden dentro de las mascotas de su empresa: pero había otra razón que los obligaba a prescindir de Frizzy. Se haría una transmisión en vivo esa mañana para poder darle la noticia a Fred buscando un modo para que no lo tomara tan mal, Desgraciadamente se equivocarían en su proceder.
Era la mañana del sábado y el Conejo Frizzy hacia su programa semanal, delante de varios niños, en “el show del Conejo Frizzy”. Como siempre solia hacer en su show, cantaba canciones infantiles y alentaba a los niños a cantarlas con él. Todo el programa estaba saliendo bien así que no había forma de que la situación, literalmente, se jodiera, o quizás sí.
- Muy bien amiguitos- les hablaba Frizzy a los niños pequeños que veían su programa, con un tono de voz agudo y caricaturesco- hoy nuestros promotores nos tienen guardada una sorpresa a todos nosotros, incluido yo. Por lo que denle un fuerte aplauso de bienvenida a nuestro nuevo amigo : Fritzol el Gato quien tiene algo muy importante que decirnos
Los aplausos se oyeron con fuerza mientras aparecía en el escenario un hombre disfrazado de un Gato siamés peludo, con un sombrero vaquero junto a un cinturón con cartucheras y pistolas falsas.
- Puesss asssi esssss vaquerrro- le habló el Gato Fritzol con un acento vaquero y felino a la vez, con un tono soberbio se presentó delante del conejo Frizzy y su audiencia - conejo Frrrizzy soy el comissssarrrio de esssste nuevo condado
- Deberías tener cuidado con esas armas Gato Fritzol- le pidió Frizzy con autentica preocupación al ver el atuendo de aquel hombre- podrías dañar a alguien con ellas, aparte de que es un mal ejemplo para los niños el que las portes
- No te prrreocupessss, conejo Frrrizzy, sssoy un agente de la ley con autorrrización para llevarrrlassss- le informó el Gato Fritzol tranquilizándolo, aumentando su soberbia al hablar añadió- y también esssstoy aquí para rrrevocarrr tu derecho a prrrromoverrr comida chatarrra
- ¿Qué?- preguntó, con autentica sorpresa, el conejo Frizzy. Fritzol tomo una de las gomas de mascar que había en una mesa del set y tras observarla con una gran curiosidad felina, puso aquel dulce nuevamente en la bandeja
- Lo que esssscuchasssste conejo Frrrizzy- continuó el Gato Fritzol tirando la bandeja al suelo, un encargado trajo una mesa con varias ensaladas y alimentos nutritivos con la marca de Verduras Fritzol y, sin esperar una orden, el muchacho retiró la otra bandeja con dulces del set- trrrassss una larrrga charrrla, con losss padrrresssss de muchosssss chicossss del paissss, lossss ejecutivosss de la emprrressssa de gomasss de masssscarrr Frrrizzy han decidido dejar de prrrromoverrrr una comida nada ssssaludable a nuesssstrrrossss jovencitossss. Porrr lo que, a parrrtirrrr de hoy, lasss gomasss de massscarrrr Frrrizzy se passssaran a llamar verrrrdurassss Frrritzol
Entre la audiencia se pudo escuchar a varios padres aplaudir esta decisión, mientras los chicos, de unos cinco a nueve años, ya tenían los ojos llorosos y algunos empezaban a gemir con tristeza, otros rompieron a llorar al escuchar eso.
En realidad, más que una estrategia comercial, era casi por obligación que los ejecutivos habían tomado esa decisión. Varias cartas y manifestaciones pacificas; pero muy molestas, de muchos padres de familia que aseguraban que las gomas de mascar Frizzy eran una mala influencia para los chicos porque estas gomas les inducirían, con el tiempo, el mal hábito de fumar. Aunque no tuviesen nada con que demostrarlo, los padres, igual insistían en que lo hacían por el bien de los niños.
Pero los niños, al igual que Frizzy, amaban esas gomas de mascar, como a cualquier dulce. El conejo Frizzy se dio cuenta de que lo estaban despidiendo y quitando algo que amaba solo para ser mas políticamente correctos. Les estaban quitando una golosina a un niño por puro placer e ideologías sin sentido, el enojo no tardó en aparecer en el interior de Frizzy quien lo expuso al exterior sin esperar un solo segundo.
- ¡Eres un gato hijo de puta!- exclamó furioso Frizzy, dejando a todos sorprendidos- ¡¿quién te da el derecho a quitarle las golosinas a estos niños?!
- Losss niñosss necesssitan proteínassss parrra ssserrrr hombrrres de prrrovecho en el futurrro- le explicó Fritzol tratando de mantener la calma ante la inesperada furia de Frizzy
- ¡Ya deja de decir toda esa mierda políticamente correcta! ¡La razón por la que hacen eso es porque una gran cantidad de amargados de mierda, que no tuvieron infancia, creen que todo aquello que hace feliz a sus hijos es algo malo debido no lo conocieron cuando ellos tenían esa edad! – le espetó Frizzy sintiendo una ira que no pensaba contener
Los padres se comenzaban a quejar en voz baja mientras los niños estaban a nada de vitorear al conejo Frizzy porque tenía mucha razón al decir aquello.
- El comerrrr todossss esssossss chiclesss te ha vuelto un prrrroblema parrra el pueblo, erres un mal ejemplo parrra losss niñosss- se defendió el Gato Fritzol asustándose de verdad ante la ira de Frizzy
- ¡Ahora te mostrare lo que es un mal ejemplo, Gato marica! ¡Voy a quitarte las putas nueve vidas que tienes!- rugió Frizzy arrojándose sobre Fritzol dispuesto a patearle su gatuno trasero.
Ambos comenzaron a pelear, el conejo Frizzy le lanzó varios puñetazos mientras el Gato Fritzol intentaba desenfundar sus pistolas de juguete. Los niños vitoreaban al conejo y los padres sentían el sudor frio correr por su cuerpo al no saber si eso era parte del espectáculo o si de verdad ambos se estaban matando delante de ellos. Frizzy golpeó, por segunda vez, la cara del Gato Fritzol y este le intentó pegarle en el estomago, el Conejo Frizzy lanzó varias patadas a su contrincante en las piernas y Friztol trató de arañarlo. Estaba claro que ese set se había convertido en una mezcla entre un manicomio y el coliseo romano
- ¡Peleas como marica!- rugió el Conejo Frizzy, dándole varios puñetazos en el estomago al Gato Fritzol
Los niños gritaban con alegría el nombre de su héroe a todo pulmón
- ¡Frizzy!, ¡Frizzy!, ¡Frizzy!
- ¡Vamos Frizzy acaba con él!
El Gato Fritzol intentó dar un puñetazo al rostro de Frizzy; pero él lo esquivó y le dio una patada en su bajo vientre dando por terminada la pelea. El Gato Fritzol se lamentaba en el suelo gimiendo con voz fina:
- ¡Ay missss cassscabeless!
Frizzy tomó la bandeja con ensalada, que había traído el asistente, y la vertió sobre la cabeza de su rival. El combate había terminado, haciendo una reverencia al público juvenil que lo vitoreaba y aplaudía mientras sus padres estaban silenciosos como también asustados, Frizzy se despidió diciendo:
- Recuerden niños- continuó Frizzy con su voz caricaturesca antes de retirarse de allí- nunca dejen que censuren sus gustos, eso es algo muyyy malo
Con una gran ovación a sus espaldas, Frizzy dejó el estudio de grabación.
A la mañana siguiente, el Conejo Frizzy, estaba en la calle, bebiendo una botella de refresco Frizzy como si fuese una bebida alcohólica.
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