En un principio el bar estaba en calma con varios motociclistas jugando al billar y tomando muchas cervezas; pero todo se fue al caño cuando aparecieron aquellos cinco sujetos.
Todos con el cabello corto rubio, vistiendo como si fuesen nazis antes que motociclistas, llevando camperas de cuero negras con pantalones militares y botas del mismo estilo, sus cascos alemanes no dejaban una impresión de que fuesen sujetos agradables.
Se llamaban a sí mismos los Devil Roads, hasta no hacía mucho se les conocía como simples motociclistas picapleitos; pero después de lo que le hicieron a una familia varada en la carretera, ellos tomaron una reputación temible.
A algunos motociclistas no les agradaba su presencia y el hecho de que aquellos malnacidos no usaban sus nombres sino una especie de apodo, como si fuesen espías.
Los cinco tenían un nombre muy común, Gray Road, Dum Road, Jim Road, Lester Road y su líder Drix Road.
No eran nombres normales, sino apodos que dejaban en claro que aquellos sujetos eran una familia de la carretera y, por sus acciones, claramente unos monstruos.
- ¡Lárguense de aquí malditos desgraciados!- les ordenó el tabernero
- Sé que no somos muy queridos por la sociedad- rió Drix con malicia, añadiendo- pero no imaginaba que los nuestros serian tan maricas como los demás
- Incluso sujetos como el de esa película de la Naranja Mecánica tenia limites, tú y tus bastardos no los tienen- le contestó uno de los motociclistas que se encontraba jugando al billar
- Parece que no somos queridos aquí muchachos- observó Drix con una risa psicópata- pues ¿Que se le va a hacer? ¡Machaquémoslos!
Los Devil Road iniciaron una batalla campal que lograron dominar sin ningún problema, para cuando la música de la rocola dejó de tocar todo había terminado.
No lejos de allí, tres oficiales de carretera estaban patrullando en sus motocicletas, los tres eran los considerados como los tres mosqueteros en su unidad.
Al oír los ruidos de aquel pleito saliendo de ese bar, decidieron ver que sucedía.
Al llegar, el más entrenado de la fuerza, Jonathan Castro, se bajó de la motocicleta y le indicó a sus compañeros:
- ¡Cúbranme! Si ven que no salgo en unos cinco minutos entonces llamen a los refuerzos
Los dos asintieron, el oficial de la derecha se llamaba Carlos y el de la izquierda Diego, ambos eran latino americanos pero se sentían como si fuesen Estadounidenses y, con la ayuda de John, lograron pasar las prácticas para ser policías.
Vestidos con su uniforme azul y casco blanco era casi imposible saber qué aspecto tenían porque hasta sus ojos estaban cubiertos por sus anteojos oscuros.
John se acercó a la puerta cuando esta estalló y los Devil Road salieron armados con una escopeta y varias cadenas.
John sacó su arma reglamentaria al verlos; pero antes de poder dar una sola advertencia, Drix le disparó un escopetazo en la cara tirándolo al suelo, ya estaba muerto cuando su cuerpo golpeo la dura arena del desierto.
Diego y Carlos contraatacaron; pero los Devil Road también sacaron armas de sus espaldas con las que atacaron sin ningún tipo de piedad a los oficiales de carreteras, Diego cayó al suelo siendo seguido por Carlos quien dio unos fuertes espasmos antes de morir.
Sonriendo, Drix, se subió a su motocicleta y la encendió emprendiendo la huida siendo seguido por sus amigos
Pensaban que los tres oficiales estaban muertos; pero se equivocaban, Diego seguía vivo.
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