Crónica segunda: Sin mérito, pero con ganas.
1. Versión de Goethe Greyskies: Rebelión del Dominio Mar-Mortem
Me llamaban el comandante dorado, y soy famoso por mi determinación. Yo indagaba sobre la llegada de esa joven llamada Rouge hasta aquel rincón perdido y olvidado, pero ella no nos daba explicación.
-Mi nombre es Goethe Greyskies, teniente coronel del batallón “Cazadores de maldad” del segundo ejercito de rey. Están bajo mi protección y para la gloria de nuestro señor, doscientos soldados dorados de Dios me acompañan- Le dije con ligera petulancia –Ahora dime, ¿quién sois vos?
-Soy Rouge, nacida de esta tierra. - Contestó la chica.
¿Padres? ¿Linaje? ¿Lealtades? Ninguna razón.
- ¿Será posible tener una respuesta clara de tu boquita? - Increpó el prior de combate, Elohí Amber. - ¿De dónde viniste? - Insistió.
Y es que la chica en cuestión vestía y lucía joyas nada fáciles de conseguir en el reino. Finalmente, y ante la negativa de hablar de la chica, fue llevada al lado de los prisioneros, pero sin cadenas. Magnet Baldovo quedó enamorado de inmediato de Rouge. Y me dijo que era posible que esa chica viniera de la Republica de Bravía. En ese país del área continental se rebelaron en 1194, (20 años atrás) y expulsaron a la Iglesia Potentada. Podría ser de los muchos ricos que huyeron del continente hacia la isla. Puras conjeturas.
Los paganos tienden a ver la vida de forma sencilla sin indagar mucho sobre el porqué de las cosas. Pero Magnet Baldovo era diferente, el solía cuestionar y reconocer conceptos. su plan era unirse al Dominio Mar-Mortem y acabar con nuestro reino.
El “Dominio Mar-Mortem” iniciaba desde el norte cuando las sabanas daban paso a las numerosas serranías de poca altura, al oeste, entre las márgenes de “Holy River” y su gran lago. Al sur, limitaba con el Río del Atrium y con las montañas nevadas del Atrium pertenecientes al Sacro Reino de Granheim, al oeste con los bosques de Ygenivia. Era un territorio lleno de múltiples riachuelos y arroyos que bajaban de las montañas y embellecían el paisaje con muchas cascadas.
En este territorio, dominaba la familia Mar-Mortem, descendientes de los emperadores del pueblo nativo considerado el más avanzado de la isla antes de la llegada de los Potentados. Antes del arribo de los conquistadores, los Mar-Mortem sometieron y subyugaron gran parte del norte de la isla. Ellos tenían una fe pagana que adoraba a la diosa lunar y lo relativo a la muerte. Muchas semi-bestias y semi-humanos fueron asesinados por los Potentados a su llegada. Pero para evitar la extinción y aceptar que los no-humanos como los elfos pudiesen vivir, se pagaba un alto tributo de parte de quienes no creen en la iglesia del Resplandor Omnipotente. El Sacro Reino de Granheim recibe directamente las riquezas de los impuestos, mientras que los creyentes tienen facilidad de trabajo y no pagan gravámenes.
Sobre una alta meseta, en medio de las montañas se alzaba el castillo del dominio, una estructura circular con altas murallas y torres. Estaban hechas de tal forma que no se pudiese acceder. Dentro, en el gran salón de la Regente Marva, se promulgó la independencia del dominio.
La regente Marva, era una mujer fuerte. Ella creía en las palabras de Magnet Baldovo sobre la libertad, la igualdad y la justicia. Ella arriesgó su privilegiada posición a cambio de nada. Mandó sus soldados contra mí y todos fueron derrotados.
Para mí, fue sorpresivo cuando guerreros de Mar-Mortem atacaron la caravana donde llevaba a mis prisioneros, entre los cuales estaban Rouge y Magnet Baldovo. Cuando el prior, Elohí Amber evocó el poder de dos ángeles de combate, sentí la confianza de la victoria. Pero la niña aparentemente indefensa que había recogido en el camino, logró conjurar palabras que hicieron que ambos ángeles perdieran las ganas de luchar a nuestro favor y tuve que retirar a mis tropas.
Meses después, cuando iniciamos el contra-ataque, las estrellas del tridente la muerte del Dominio Mar-Mortem cayeron bajo mi espada, Cranium D´Gard “Nigromante”, Lucius Bolt “Espada veloz” y Grigor Mar-Mortem, “Sacerdote de los antiguos dioses y protector de la piedra lunar”.
Pero Rouge no se veía ni ligeramente sorprendida. Más bien me veía apáticamente. Esa noche que pacificamos el Dominio Mar-Mortem ella huyó junto a Manuhell y yo me sentí como una burla.

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